Entrevista a Giorgio Grillo, director general de Deceuninck
Deceuninck estuvo presente nuevamente en Veteco, celebrada el pasado mes de noviembre. Durante el certamen, la firma presentó sus innovaciones en el mundo de la ventana de PVC, fundamentadas en los tres pilares en los que se basa el desarrollo de sus productos: innovación, ecología y diseño. Interempresas Media y Novoperfil tuvo la ocasión de hablar con Giorgio Grillo, director general de Deceuninck para España y Portugal, que nos habló de las nuevas soluciones de la firma y de sus impresiones acerca de la situación del sector de la ventana en España.
Deceuninck ha sido, una vez más, protagonista en Veteco. ¿Cuál ha sido su objetivo en su asistencia, en esta ocasión, al certamen?
Los que ya llevamos tantos años acudiendo a Veteco hemos sido testigos de su evolución. Hace diez años fue una convocatoria apoteósica y unos meses después comenzó la crisis. Hoy en día, Veteco no ha llegado ni mucho menos a esas cotas, pero se aprecia que en el sector vuelve a haber dinamismo.
Deceuninck ha venido a Veteco a ‘De(ke)ar’, al hilo de nuestro mensaje publicitario, un sinónimo de disfrutar de la compañía de nuestros amigos, nuestros ‘partners’ o compañeros de viaje de largo recorrido. Tenemos intereses comunes con ellos y buscamos relaciones más cercanas para crecer juntos en el mercado y, además, disfrutar haciendo lo que sabemos hacer.
La ventana es un producto transparente, miramos a su través y en función de la información que recibimos sabemos si hace sol o si llueve, y nos vestimos en función de ello. La gran paradoja es que para comprobar que es un buen producto, debe pasar inadvertida. Por todo ello, en Veteco, aunque también hemos querido informar sobre la parte técnica de nuestros productos, nuestro objetivo ha sido De(ke)ar, recoger ese espíritu de que somos compañeros de viaje con nuestros ‘partners’. Y en nuestro centro de atención también debe estar el usuario final, al que a veces no conocemos suficientemente. La ventana debe transmitir sensaciones porque es parte de la envolvente, y esa envolvente debe generar confort, algo que no apreciamos hasta que lo echamos en falta. Tenemos que hacer llegar este mensaje, porque, al fin y al cabo, todos somos usuarios finales.
¿Qué innovaciones ha presentado Deceuninck en esta ocasión en Veteco?
El desarrollo de productos en el grupo Deceuninck se basa en tres pilares: innovación, ecología y diseño. La innovación debe fundamentarse en una tecnología de fácil comprensión. En cuanto a la ecología, si el desarrollo no es cien por cien reciclable, no sale de la cadena de ideas. Pero es que, además, la ventana debe ser bonita.
Siguiendo estos fundamentos, en Veteco hemos presentado innovaciones muy importantes, tanto desde el concepto de fabricación y montaje, como desde el estético. Algunas de ellas ya son realidades y las estamos suministrando, mientras que otras van a llegar en los próximos meses.
Desde el punto de vista mecánico y operativo, Deceuninck presenta Storbox, un sistema de fabricación de cajón de persiana que ofrece grandes propiedades de aislamiento, y que no precisa ni tornillos, ni silicona para su montaje. Su troquelado permite que se pueda montar con las manos. El cabezal incluye el aislamiento y se sella mediante unos clips de presión. Sus propiedades de aislamiento son altísimas. Si la ventana en la que se ha de instalar está certificada como apta para casa pasiva, Storbox ofrece de serie unos valores de aislamiento un 30% por debajo del valor mínimo exigible.
También hay novedades en la serie corredera iSlide#neo.
Ya la presentamos hace dos años, pero ahora es destacable que este sistema de corredera en línea, iSlide#neo, se presenta con sus secciones centrales reducidas –solo 35mm-, gracias al composite ThermoFibra. Gracias a la ingeniería de materiales, la ThermoFibra nos permite realizar una sección central en una corredera en línea de 35 mm, cuando tradicionalmente, en PVC, suele ser de 70 u 80 mm. Los materiales habituales ya han llegado al fin de su vida útil, ya no podemos exigir más al aluminio o al PVC. Tenemos que cambiar. A veces me siento como en la revolución industrial, con el paso del hierro al acero. Necesitamos nuevos materiales y ThermoFibra es uno de ellos. En poco tiempo dejaremos de hablar de ventanas de materiales puros, como las de madera, de aluminio o de PVC.
Deceuninck ha desarrollado también innovaciones que facilitan la labor sobre todo al instalador y al propio usuario final. ¿En qué consisten?
Pensando en los casos en los que tenemos que montar una ventana de gran formato en las plantas altas de un edificio, de difícil manipulación, hemos desarrollado una unión mecánica que nos permite transportar la ventana desmontada para montarla de manera segura en el salón del cliente final. Este sistema nos permite una instalación perfecta, pudiendo sellar y garantizar la estanqueidad como si se tratara de una unión soldada. En Veteco invitamos a los visitantes a nuestro stand a montar el sistema con estas uniones y premiamos con un diploma a los que lo hicieron en menos de dos minutos.
Y en cuanto a la estética, ¿qué novedades presenta Deceuninck en sus series?
Sobre todo, este aspecto se puede apreciar en las series elevadoras para huecos grandes. En el mercado ibérico gusta mucho el conocido como ‘esquema A’. Hasta ahora esta solución se traducía en dos hojas, una de ellas atornillada, pero para ello necesitamos un considerable paquete de perfiles. Con esta serie tenemos la hoja, mientras que la parte fija se realiza con un fijo, como si se tratara de un sistema practicable. Así, tenemos más luminosidad, facilitamos el ‘De(ke)ar’, ya que con menos perfil se consigue mayor sensación de confort, en la línea de los sistemas minimalistas.
También estamos trabajando en unas primeras pruebas de extrusión de sistemas con pestaña exterior de 7 mm, destinados a revolucionar la estética de lo que tradicionalmente asociamos a la carpintería de PVC.
Además, hemos presentado recientes novedades en la estética de nuestros perfiles. Desde hace más de quince años, Deceuninck ha ofrecido el acabado lacado, lo mismo que los acabados con recubrimiento de folio, que van cambiando a medida que lo hacen las tendencias. Hoy en día están de moda los colores grises. Como novedad, hemos cambiado el color base del perfil, porque hasta ahora el mercado siempre ofrecía el color caramelo para unas maderas o el marrón oscuro, pero los colores grises están teniendo un auge muy importante. Por ello hemos puesto un color de masa gris neutro, de forma que al abrir la ventana la estética se ve reforzada.
Deceuninck lleva ya algún tiempo innovando con su nueva generación de perfiles ThermoFibra. ¿En qué consiste esta nueva tecnología?
Como decía antes, hemos llevado al límite los materiales. En su momento el aluminio innovó con la rotura de puente térmico para acercarse a las exigencias de aislamiento térmico que se demandaban. Hay muy buenos sistemas de aluminio, pero en el mercado seguimos encontrando series frías, que fueron un paso adelante tecnológico en los años 70, aunque hoy esta solución ha quedado obsoleta.
El PVC ya de por sí ofrecía unos resultados de aislamiento térmico muy buenos, pero cada vez se exige más. Hace unos años pocos eran los que hablaban de casa pasiva; tan solo hace doce años que tenemos código técnico y con todo lo que se le puede criticar, si hoy echamos la vista atrás, hemos mejorado muchísimo. Cuando en septiembre de 2006 entró en vigor el CTE, el único parámetro numérico asociado a la ventana era el precio. Hoy hablamos de transmitancia, factor solar o renovaciones de aire, por ejemplo.
La nueva generación de perfiles ThermoFibra es un composite entre PVC y fibra de vidrio continua que respeta los tres requisitos que Deceuninck exige en el desarrollo de productos: innovación, ecología y diseño.
Tenemos que volver a pensar en nuevas soluciones y en Deceuninck hemos hecho ese ejercicio y el resultado ha sido ThermoFibra. Se trata de un composite entre PVC y fibra de vidrio continua, que cumple con nuestros tres pilares, innovación, ecología y diseño, y que nos permite una sección central muy esbelta, con pestañas de acristalamiento minimalistas. Se puede aplicar a todas las series. Empezamos a hacerlo en nuestra plataforma Zendow, de 70 mm practicable. Teníamos la versión con refuerzo tradicional de acero y luego la versión Zendow#neo Premiun, que ya incorporaba material de ThermoFibra. Esto fue hace cinco años. Hace dos se incorporó al sistema de corredera iSlide#neo, y la nueva plataforma de 76 mm ya lo incorpora. Es nuestro material, está probado y funcionando.
Un ejemplo de su buen funcionamiento ha sido un proyecto importante de un cliente en Cuba, con unos requisitos que exigían poner al día arquitectura colonial del siglo XIX, con huecos de 8 m2, que además debía resistir vientos de 300 Km/h y la corrosión salina. La ThermoFibra respondía a todos estos requisitos. Es un material que ya ha echado a andar y que está consolidado en el mercado.
Nuestros ‘partners’ que más crecen tienen como ventana de serie la que incorpora ThermoFibra, porque, por ejemplo, respeta las exigencias del estándar Passivhaus. De alguna manera, podríamos decir que hemos arrastrado a nuestros ‘partners’ y a los usuarios a ‘De(ke)ar’.
Deceuninck es una empresa comprometida con la promoción de los edificios de consumo casi nulo y forma parte del Consorcio Passivhaus-ECCN. ¿Qué aportan las soluciones Deceuninck a este tipo de construcción?
Todos nuestros productos se enfocan hacia la eficiencia energética, porque el PVC, además de ser un producto reciclable, durante su vida útil tiene que ser eficiente y consumir lo menos posible. Por cada ventana que una persona pueda tener en su casa, solamente cambiándolas por ventanas de PVC con refuerzo metálico, se ahorraría lo equivalente al consumo de 21 bombillas de tecnología LED de 10 vatios, que es mucha luz. Aún más, por cada cuatro ventanas de PVC con refuerzo metálico que se colocan en una vivienda, el ahorro equivale a las emisiones de gases de efecto invernadero de un coche medio, con 150-160 gramos de emisiones por kilómetro. Y estamos hablando de una tecnología de ventana de PVC ya obsoleta. Con ThermoFibra incrementamos esos valores en un 30%, por lo que el número de bombillas de la comparación anterior sería 28. Con 2,7 ventanas con esta tecnología sería como si retiráramos de la circulación durante un año un coche con emisiones medias.
Los coches son los responsables del 26% de la contaminación en las grandes ciudades, pero el 40% es la edificación residencial. ¿Vamos a sacrificar confort? No es necesario, disfrutemos en casa de una temperatura agradable, tanto en invierno como en verano de manera más eficiente. La casa pasiva, la vivienda de consumo casi nulo –que son términos complementarios y no contrapuestos, como algunos quieren dar a entender- es un horizonte hacia el que caminamos y llegaremos a ello. Cuando lleguemos, el horizonte seguirá estando lejos, pero como decíamos respecto al CTE, si miramos atrás veremos cuánto hemos avanzado.
Podemos acometer una vivienda pasiva o de consumo casi nulo si partimos de cero. Pero si cero es la situación actual y 100 es cumplir el criterio de diseño, con pequeños cambios en nuestra casa, como por ejemplo las ventanas y poco más, podemos estar en el 60 o el 70. No será una casa pasiva, pero habremos mejorado mucho. Con estos cambios, la economía del país se va a beneficiar porque somos energéticamente dependientes. Si pudiéramos cambiar todas las ventanas del país con ventanas eficientes, el país se ahorraría 12.000 millones todos los años.
Los Planes Renove de Ventanas ha sido una de las iniciativas que han adoptado las administraciones autonómicas para incentivar el cambio de las ventanas y así mejorar el ahorro energético en los hogares. ¿Es suficiente para conseguir este objetivo y, a la vez, dinamizar la producción del sector?
Creo que hay otros métodos para incentivar la renovación, como a través del IRPF, que no es dinero gratis. Además, no se bloquearía el mercado, porque con los Planes Renove, que son subvenciones puntuales, el mercado se acostumbra y se espera a que haya una nueva subvención para acometer una renovación. De esta manera, perdemos un año de ahorro de energía y de ahorro de gasto público. A través del IRPF o del IBI se puede incentivar la inversión del usuario en la renovación de sus ventanas; o creando un IVA que fomente la eficiencia energética, algo que ya se practica en Portugal. Un IVA de eficiencia energética impulsará que se cambien más ventanas, que se mejore la eficiencia térmica de la ventana y que se recaude ese impuesto.
Además, una vez se instala la ventana el ahorro energético ya se empieza a producir. Probablemente, el usuario no lo verá hasta que reciba la primera factura energética, pero el confort en su hogar lo empezará a notar desde el primer momento. Y las cuentas nacionales también, porque cuando se habla de recortes, con el cambio de ventanas ya podríamos disponer del dinero suficiente para cuadrar los presupuestos generales del Estado. Y todo podría salir de algo tan simple como cambiar una ventana. Aquí se plasma que la expresión tirar el dinero por la ventana es literal, lo hacemos todos los días. No tenemos que esperar a 2040 eliminando los coches para dejar de consumir combustibles fósiles; lo podemos hacer ya con el cambio de las ventanas y con medidas fiscales válidas que lo incentiven.
Finalmente, ¿cómo ve la situación del sector de la ventana y el cerramiento en España, cuál está siendo su evolución y a qué retos deberá hacer frente en el futuro cercano?
Veteco ha cogido un auge espectacular, aunque no es lo que vimos hace diez años, que fue un exceso, también reflejo de la situación que había entonces. Ahora ha vuelto a la normalidad. En lo que respecta al mercado de la ventana, lo veo un poco estancado, no crece al ritmo que debiera hacerlo. La obra nueva se está activando, pero me da la impresión de que algunos no han aprendido nada en estos diez años. Las empresas que hoy siguen activas es porque han sufrido mucho y sus espaldas económicas les han permitido, con muchos esfuerzos, llegar hasta donde estamos hoy, pero no se les puede exigir mucho más. Tenemos que volver a plazos razonables de pago. Tenemos leyes que establecen plazos de pago de 60 y 30 días pero la administración es la primera en no cumplir con los plazos. Estamos viendo obras donde se está llegando a los 220 días. No se puede seguir así, porque las empresas no están como hace diez años, hay que ser razonable.
El 20 o el 30% de lo que se construye es obra nueva, lo que significa las 200.000 viviendas que puede necesitar la demografía del país. Si multiplicamos estas nuevas viviendas por siete huecos de media para cada una, esto se traduce en 1.400.000 ventanas nuevas. Este país hace diez años estaba fabricando 10 u 11 millones de ventanas, prácticamente todas para obra nueva. Lo sano ahora es que el mercado se ha reconvertido y la fortaleza está en la renovación. El parque de viviendas en España es de 26 millones y tenemos más de 150 millones de ventanas con más de diez o veinte años que necesitan ponerse al día. Hay un gran mercado.
En los últimos 18 o 24 meses hemos notado que, por parte del fabricante de la ventana, está creciendo el interés por la tecnificación para ampliar la productividad. Veteco ha sido una feria de grandes máquinas, algo que ya vimos en Fensterbau. Hace cuatro años había máquina pequeña. Existe demanda porque existe capacidad de producción. En este sector siempre existe la máxima de que ‘si los maquinistas están contentos es que será un buen año’, y se está dando.
Sin embargo, yo creo que, aunque estamos creciendo y recuperándonos, el mercado todavía tiene que crecer más, aún estamos muy por debajo. En una región como la del mercado ibérico, creo que las cifras en las nos movemos fácilmente deberían duplicar o triplicarse. El mercado está preparado y ha aprendido en estos diez años. Antes el fabricante hacía cien ventanas distintas que iban al mismo sitio. Hoy, esas cien ventanas distintas se instalan en otros tantos sitios. Yo lo veo en nuestros ‘partners’, se ha aprendido muchísimo, han sido ingeniosos y creativos, han pasado de ser fabricantes a ser proveedores y eso ha supuesto una revolución en el sector. Hemos cambiado la forma de pensar. Somos optimistas.