Bricolaje: omnicanalidad y otros conceptos extraños
Mucho se está hablando desde hace un tiempo de omnicanalidad, es el concepto de moda entre todos los que nos dedicamos al marketing online. Mediante estas líneas trataremos de dar luz a este asunto, siempre con la visión puesta en el sector del bricolaje, que cuenta con no pocas particularidades y casuísticas.
Para comenzar a desgranar este concepto de omnicanalidad, conviene empezar por el principio, es decir, por el usuario; que es en realidad el centro de todo en el mundo del marketing. Ya muy avanzada la segunda década del siglo XXI —el tiempo avanza veloz— nos encontramos con un usuario muy diferente al de años atrás. Actualmente contamos con un consumidor mucho más informado, mucho más activo en la búsqueda de información, en la comparativa entre productos, en la proactividad a la hora de conocer los detalles de su siguiente compra. El usuario es también multitarea y multipantalla y puede decidir interaccionar con una marca en concreto en cualquier momento, en cualquier lugar. Es la dictadura del smartphone: la inmensidad de Internet en cada bolsillo.
Así es el nuevo usuario, es el usuario del presente, pero sobre todo es el usuario del futuro próximo. Los llamados ‘millenials’ están ya derribando la puerta de los grupos de target principales para las marcas del sector. Algún teórico del marketing bautizó a este nuevo usuario como ‘Usuario 360º’ y creemos que es un término que le hace justicia.
El 98% de búsquedas nunca pasan de la primera página y el 90% ni siquiera llega a hacer nunca scroll, por lo que los primeros tres o cuatro resultados de Google acaban siendo mayoritariamente la solución a las necesidades de la mayoría abrumadora de usuarios.
Hasta aquí, realidades. A partir de aquí, comienza nuestro experimento. Hicimos algunas búsquedas en Google relacionadas con la actividad del bricolaje y analizamos los resultados. “Arreglar baldosas baño”, “taladro percutor”, “comprar pintura plástica”, “cómo imitar vetas de madera en pintura”, “cómo eliminar el moho de las juntas de pintura”… fueron algunos de los ejemplos utilizados. Invitamos al lector a que pruebe las suyas. El ejercicio es sencillo, sólo hay que ponerse en la piel del usuario, teclear y disfrutar del resultado.
Los resultados seguramente sorprendan a más de uno. Tres grandes bloques gobiernan las primeras posiciones en todas esas búsquedas. En primer lugar, destaca el material audiovisual: imágenes, pero sobre todo vídeos casi en su totalidad alojados en Youtube (que también pertenece al grupo de Google). En segundo lugar la parte de anuncios: Google Adwords y Google Shopping dominan gran parte del espacio principal del buscador. En tercer lugar pero no menos importante, queda toda la parte llamémosle social: Redes Sociales, influencers, foros, comunidades, portales colaborativos…
Google nos marca un camino muy claro. SEO sí, pero la multicanalidad acaba devorando las primeras posiciones del buscador. O dicho de otra manera: una marca que quiera tener buena presencia en las búsquedas relacionadas con su actividad, no puede conformarse con hacerlo en su portal corporativo, deberá tener una intensa actividad en todos esos otros canales que abundan en los primeros puestos de Google: Redes Sociales, SEM, foros, y ¡Youtube!, claro.
Este artículo es una adaptación de una parte de la conferencia ‘Usuario 360º. Omnicanalidad y digitalización del sector DIY’ realizada en Eurobrico 2016 por Alejandro Casero, socio de Houser & Houser y autor de la pieza. En la misma conferencia tomaron también parte Borja Fernández, CEO de Handfie e Inés Torres, responsable del blog DIY Boho Deco Chic.
La conclusión sólo puede ser una: estar presente en muchos canales, o mejor, en todos. Repitan tres veces conmigo: omnicanalidad, omnicanalidad y omnicanalidad. Hoy es el concepto está de moda. Mañana será un must y pasado mañana se habrá llevado por delante a muchas empresas y marcas que no se hayan sabido subir al tren de la omnicanalidad.
Ojalá este texto haya servido para hacerles reflexionar o quizás para inspirarles. Sino siempre podrán decir que la omnicanalidad no es más que otro invento del marketing, otro concepto extraño.