En tu empresa ocurre lo que tú permites que ocurra con el ejemplo que das
Si durante décadas no nos hemos preocupado ni de la mejora de los procesos, ni de la productividad, ni de nuestras personas y equipos, ¿qué podemos esperar? ¿Una organización super ágil y con una rápida capacidad de reacción frente al mercado, o por el contrario, una organización lenta, tediosa y poco competitiva?
Si NO quieres equivocarte, NO cambies nada, NO hagas nada nuevo, NO lo intentes... Pero prepararte para desaparecer.
Sin embargo, si eres una de esas empresas que yo llamo excelentes, porque SÍ, SÍ que te preocupas cada día de mejorar tus procesos, tu competitividad, te preocupas de tu equipo y colaboradores, estoy segura que, solo en este caso, te encontrarás compitiendo perfectamente, aprovechando las oportunidades, creciendo y ganando dinero.
Intenta y falla, pero nunca falles en no intentarlo
En tu empresa, tanto los resultados, como la imagen que transmites, como el equipo que tienes y en el que se va convirtiendo, está unido a las actividades, a las acciones y a la cultura que estás haciendo cada día y que piensas hacer. Así que vigila en cada momento el contenido de tu mochila en cuanto a gestión, actuaciones, cultura, valores…
Un día, una de las personas que he tenido la suerte de conocer y que para mí ha sido un gran referente en mi aprendizaje, me enseñó que “si no te diferencias, es mejor NO competir”. El éxito está en la diferenciación, es decir, tener o hacer algo diferente al resto, todos los días, ya que lo que te diferencia hoy, mañana alguien te lo ha copiado. Y, además, esta filosofía te mantiene activo y motivado ya que no hay peor enemigo que la MONOTONÍA.
Puestos a apuntar ideas “milagrosas“ ahí va otra y diferenciadora:”Consigue que tus empleados y directivos vayan todas las mañanas a la empresa pensando en cómo mejorar el producto/servicio y con el punto de vista prioritario del servicio al cliente”. Esa actitud, tan rara hoy en día, suele conseguir resultados sorprendentes; pero, claro, requiere de un esfuerzo e impulso por parte, sobre todo, tuya, de la gerencia, dirección y responsables.
Esfuerzo y voluntad de aprendizaje
El talento no es lo más importante. Lo más importante es el esfuerzo. La actitud ante el aprendizaje es tan importante como la habilidad innata para el éxito.
Y si conseguirlo por ti mismo te resulta complicado, siempre puedes contar con empresas especializadas externas que puedan guiarte, orientarte, animarte, apoyarte y hacerte el camino más fácil como si de un entrenador personal se tratasen, que pueden aportarte ideas frescas, diferenciadoras y allanarte el camino para convertir tus ideas en resultados más rápidamente.
En nuestro caso, como consultores, cada día es diferente y fascinante, hecho que nos permite aprender cada día y compartir las experiencias para que de ellas podamos conseguir las mejores fórmulas para cada uno de vosotros.
Después de los ya 11 años que llevamos ayudando a las empresas en la mejora, observando y analizando las compañías de mayor éxito, hoy puedo confirmar que si bien cada uno de nuestros trabajos comienza como un proyecto, solo aquellas empresas en las que:
- el gerente consigue que la organización entre en la rueda de la mejora y diferenciación continua, siendo capaces de extenderlo a lo largo de todos sus procesos (producción, almacén, compras, calidad, análisis de costos, logística, desarrollo producto)
- el gerente convierte esta filosofía-cultura de mejora continua rápidamente en la manera con la que la organización actúa y convive en su día a día
- el gerente consigue que las personas que trabajan en la organización, sean partícipes de los cambios de su entorno y sus procesos
son las que consiguen que los cambios queden impregnados en los procesos de la organización no solo en un corto plazo, sino en un medio y largo. Es decir, el ÉXITO, el poder CONSEGUIR depende de TI, GERENTE – RESPONSABLE.
Y la respuesta a por qué estas son las empresas que alcanzan el éxito, es muy sencilla: porque están entrenadas a la situación real, actual e instaurada que estamos viviendo del cambio, preparados para reaccionar más rápido que su competencia porque conocen mejor las necesidades (reales) de sus clientes y se zambullen en un permanente proceso de revisión de sus procesos, productos y/o servicios. En definitiva… se movilizan rápido ante la variable fija en la que se ha convertido el cambio.
Adaptarse al cambio
Ser inteligente es la capacidad de adaptarse al entorno de la forma más eficaz, capacidad que varía según el contexto, e implica flexibilidad en situaciones muy diferentes. Con estas palabras no te cuento nada revolucionario, es la idea originaria de Darwin (Teoría de la evolución, año 1859.
Son empresas donde el gerente y los responsables sufren en sus propias carnes cada vez que hay cambios, pero a pesar de ello trabajan cada día de forma apasionada, en equipo y sin descanso por conseguir alguna mejora, alguna diferenciación, y reconociendo que hay tantos derechos como obligaciones.
Sin embargo, y por otro lado, a pesar de que esta situación del cambio constante parece ser una realidad, la realidad es que aún hay muchas empresas cuya velocidad a la que cambian y mejoran sus procesos, sus políticas y procedimientos sigue siendo demasiado lenta o, incluso me atrevería a decir, nula, independientemente de su tamaño e, incluso, ubicación geográfica o país. Y para dar ese cambio se necesita de gerentes, líderes que entiendan que la clave para incrementar la velocidad de crucero para reaccionar al mercado consiste en dar ejemplo, cambiando ellos los primeros y obteniendo cambios muy rápidos y, en muchos casos, reaccionando simplemente ante reacciones como “ya no puedo más”, “ya no puedo continuar así”.
Si quieres aprender a triunfar tienes que ayudar a las personas de tu empresa con tu propio ejemplo.
Al fin y al cabo, por mucho empeño que pongas a las cosas, si no cuentas con el apoyo y el respeto de los que te rodean, te acabarás quedando sólo con tus ideas. Y recuerda que para triunfar siempre necesitarás de ayuda y de un magnifico equipo.