Cambio 'Lean' de mejora organizativa: ¿es el momento?
Por supuesto que siempre, y repito, siempre es un buen momento para implantar metodologías que nos permitan ser mejores que ayer.
Pero, cuidado, siempre será buen momento implantar estas metodologías-sistemas cuando te permitan simplificar tus procesos y con ello mejorar tu productividad, tus plazos de entrega, tu control y seguimiento, reducir los costos y vivir más tranquilo, ya que es importante y necesario disponer de más tiempo para ti, para pensar, para escuchar, apoyar y animar a tu equipo y para atender a tus clientes como se merecen. Si no lo haces así, tu rentabilidad decrecerá exponencialmente, tu crecimiento será limitado y, aún peor, tu vida y la gestión en tu empresa se convertirán en un infierno, en una gestión llena de acciones y actividades enfocadas exclusivamente a resolver problemas, a apagar y extinguir fuegos continuos, en lugar de dedicar tiempo y energías a investigar las causas por las cuales se provocan esos fuegos y evitando que se inicien.
Sin embargo, a no ser que seas de esos empresarios excelentes, con cultura de mejora continua en la empresa, el mejor momento para alcanzar los mejores resultados, es aquél en el cual la empresa está realmente necesitada, bien porque ya no tienes casi beneficios, bien porque te quita el sueño crecer o porque se detecta que el crecimiento es proporcional al decrecimiento en beneficios.
Además, como puede apreciarse, la situación y el entorno cambian y esto hace que nuestro conocimiento previo pueda verse afectado por la “ley del retorno a cero”, “comenzar de nuevo”. Es decir, todo aquello que sabíamos ha cambiado o bien es radicalmente diferente a cómo lo hacíamos, por lo que debemos encontrarnos con humildad para reconocer que ha llegado el momento de cambiar pensamientos, paradigmas y culturas muy arraigadas a lo largo de toda nuestra vida profesional para salir de esta encrucijada con éxito.
Ha llegado el momento de cuestionarnos lo que hemos realizado durante toda una vida, porque evolucionan los pensamientos, evolucionan los sistemas, las costumbres, la cultura y lo que antes servía ahora ya no sirve o no es lo suficientemente bueno como lo era anteriormente. Para ello, es importante disponer de sistemas, metodologías y herramientas que por medio de unas grandes dosis de liderazgo nos permitan implantarlas, llevarlas a la práctica y que nos conduzcan al buen puerto de un cambio cultural, adaptado a las circunstancias actuales. El concepto ‘porque lo he hecho así todo la vida', ya no es valido
También necesitas fuerzas e ilusión suficientes para cambiar no sólo tus pensamientos, sino a todo tu equipo.
Principios Lean, idea-acción
Una de las posibilidades (a día de hoy, la más exitosa) es la utilización de los principios 'lean', que nos permitirán combatir el problema mediante el robusto binomio idea-acción, trabajado de manera constante, sin descanso.
Podríamos resumirlo en un ciclo formado por las siguientes etapas:
- Necesitaremos visión, conocer, establecer cuál es nuestra situación actual y saber cuál debe ser nuestro destino futuro. Si no sabemos dónde vamos, difícilmente conseguiremos llegar, difícilmente conseguiremos triunfar.
- Necesitaremos humildad y comprensión, saber parar a tiempo, para mirar y escuchar el entorno, con el propósito de replantear todo aquello que haga falta, por muy arraigado que pueda estar en la organización y comprender el porqué debemos hacerlo.
- Simplicidad y dejar reuniones que no conducen a nada en despachos. Superar el caos que se haya podido generar en la empresa u organización, por situaciones vividas, centrándonos en trabajar allí donde ocurren las cosas, en el proceso o departamento correspondiente. Toda la verdad emana de ese lugar.
- Agilidad y acción. Ser muy ágiles en nuestra toma de decisiones y en la implementación de las mismas, para no perder el ritmo de la competitividad en nuestro mercado.
Si somos capaces de asumir quiénes somos y dónde estamos, tendremos mucho camino recorrido para superar cualquier problemática que se nos haya planteado en este difícil y, a la vez, apasionante tiempo que nos ha tocado vivir. A partir de ahí, sólo nos cabe mejorar de manera continua y progresiva. Sin parar, porque siempre podemos ser mejores.
¿Qué puedo decir para animarte y convencerte? Que es más fácil de lo que parece, que la recompensa merece la pena y os animo a que aprendáis de todas las personas y circunstancias que se cruzan en vuestro camino, ya que las positivas nos ayudan a crecer y las negativas a cómo no hacer.