La Certificación Energética de Edificios Existentes: un nuevo escenario para el sector inmobiliario
Probablemente nunca hemos sido tan conscientes de la importancia de la energía en nuestras vidas como lo somos en la actualidad. Toda nuestra sociedad gira en torno a ella ya que directa e indirectamente impregna cada actividad que realizamos. Las transformaciones que se han producido como consecuencia tienen costes en términos económicos, sociales y medioambientales de los que no debemos desentendernos, y por ello tenemos que interiorizar que la energía ‘cuesta’ y que es nuestra obligación minimizar este coste.
Parafraseando una máxima del sector, podríamos decir que ‘no hay mejor energía que aquella que no se consume’, ni menos contaminante, ni más sostenible y, por supuesto, ni más barata que aquella que no necesitamos producir. En esta premisa se basa la Eficiencia Energética: consumir la mínima cantidad de energía necesaria para cubrir nuestras necesidades ya sean personales, industriales, sociales, etc.
De todas las decisiones que podemos tomar a lo largo de nuestra vida, una de las más importantes es, sin duda, la adquisición de nuestra vivienda habitual. Resulta paradójico que, ante esta elección clave en nuestro día a día, no dispongamos de toda la información necesaria para hacerlo con la mayor de las garantías en materia energética. Esto era así hasta la entrada en vigor del CTE. Al amparo de dicha norma se instauró el Certificado de Eficiencia Energética para Edificios (RD47/2007) para las nuevas construcciones a partir de aquel año, con el objetivo de contar con un procedimiento para comparar energéticamente edificios a partir de una escala establecida en función de emisiones de CO2 (aunque bien podría haber sido kWh/m2) sustanciada en su Etiqueta Energética.
A día de hoy la implantación de este certificado es testimonial y aunque no hay un registro que aglutine los datos de las comunidades autónomas, me atrevo a decir sin miedo a quedarme corto que menos del 10 % de los edificios que obligatoriamente deberían estar certificados lo están realmente. Además en breve debe publicarse el procedimiento para certificar edificios existentes, lo que tendría que haber ocurrido antes de fin de 2012, y por cuyo incumplimiento la Comisión Europea ha abierto un procedimiento de sanción a España, que obligará a que los edificios tanto para venta como para alquiler muestren su Etiqueta Energética.
Es evidente que el número de edificios a certificar será ingente y que el número de técnicos cualificados es a todas luces insuficiente para abordar este reto. La norma prevé esto último, y además de aquellos con competencias en edificación e instalaciones térmicas de los edificios, se incluye el término de técnico certificador habilitado aunque aún sin detallarlo demasiado. Por lo tanto la Certificación Energética de Edificios Existentes supondrá una importante oportunidad laboral para un gran número de técnicos que podrán orientar su actividad profesional a este nuevo e imprescindible escenario. Por ello, formarse de manera adecuada en este campo será una gran ayuda para abordar este nuevo nicho de mercado que se abre a los profesionales del sector.