Entrevista a José Palacios, gerente de Asoma
¿Cuáles son los principales pilares de actuación de la asociación? ¿Cambia algo con respecto al anterior ciclo?
Se está siguiendo con las directrices fijadas durante el anterior periodo, basadas principalmente en la promoción de la ventana de madera y madera-aluminio en entes de interés, principalmente arquitectos y prescriptores, es decir, todos aquellos que deciden que se ponga un cerramiento u otro.
Para ello, asistimos a ferias profesionales, realizamos jornadas técnicas (hasta la actualidad 15) realizamos asesoramiento directo a profesionales.
También existen otros pilares basados en estrategias de marketing, fomento de asociacionismo entre fabricantes, asesoramiento legal, estudio del mercado y vigilancia del Marcado CE.
Muchas empresas de subsectores de la construcción ven en la rehabilitación una válvula de escape, un seguro de vida. ¿Ocurre así también con el sector de las ventanas de madera?
Por supuesto. En el caso de la ventana de madera resulta el gran nicho de mercado, sobre todo desde el punto de vista de rehabilitación histórica, ya que la posibilidad de realizar formas complicadas, grandes luces y variedad de acabados manteniendo aislamientos térmicos y acústicos punteros es inherente en la ventana de madera.
Desde el punto de vista de la rehabilitación energética, debido al apoyo de los planes renove, también hemos encontrado buen mercado. Y ahí está uno de los grandes pilares de la asociación: el fomento del uso de la ventana de madera, dar a conocer sus posibilidades de aislamientos térmicos y acústicos, superiores al de sus competidores, siempre en un mismo rango comparativo. Y es que la ventana de madera en un mismo rango comparativo es más asequible y proporciona mejores prestaciones.
Las ventanas de madera o de las mixtas de madera-aluminio frente a las de otros materiales
Haciendo un análisis completo, desde la extracción de la materia prima hasta su gestión como residuo, José Palacios, gerente de Asoma, destaca las siguientes características:
• Materia prima sostenible, procedente de montes gestionados de modo correcto por profesionales, con sellos y certificados que así lo avalan, primando en todo momento la sostenibilidad y perpetuación de las masas forestales y los ecosistemas que albergan.
• La madera supone el mayor sumidero de carbono que existe (de los pocos), ya que un metro cúbico de madera instalada en obra en cualquiera de sus vertientes alberga 1 tonelada de CO2, cosa que el resto de materias primas no pueden decir (metales, plásticos, áridos) que fuera de albergar, sus procesos tanto de extracción como de transformación son altamente contaminantes.
• Desde el punto de vista del uso, dados los mejores valores de aislamiento térmico del conjunto ventana, son aptas para la reducción cuantitativa del consumo energético en el hogar. Además se trata del cerramiento preferido en viviendas de bajo consumo energético, e incluso nulo.
• Ya en su gestión como residuo, decir que todas sus partes son reciclables y valorizables, tanto materialmente (transformables en otro producto maderero) como energéticamente (para generar energía calorífica o eléctrica).
• Por tanto en su conjunto, podemos decir, que su huella de carbono en el ciclo de vida es incluso negativo, es decir, que alberga más CO2 en su seno, que el que se emite en su obtención de materia prima, transformación, fabricación, uso y gestión como residuo.
Además, según destaca Palacios, en el producto en sí son posibles multitud de formas, acabados, tipos de apertura con prestaciones superiores. “Se trata de un producto versátil, tecnológicamente puntero y sostenible”.
¿En qué medida una ventana de madera puede contribuir a la eficiencia energética de un edificio?
Cuanto mejor sea la transmitancia térmica de un cerramiento, más se contribuye con la disminución del consumo de energía primaria de un edificio. Sin embargo, una buena ventana se convierte en una mala ventana si no se encuentra bien instalada. Por ello, desde Asoma promovemos la aplicación de buenos sistemas de instalación acordes con el buen producto. Colaboramos estrechamente con empresas especializadas en este tema que nos asesoran sobre cómo instalar mejor para lograr una mayor reducción en el consumo energético de una vivienda, de edificio de uso privado o público.
¿Cuál cree que es el grado de compromiso de las compañías que representa con el medio?
El medioambiente debe ser una punta de lanza de la asociación y de sus fabricantes. Materia prima sostenible, comercio justo de la madera, promoción de los análisis de ciclo de vida, alta eficiencia energética, gestión integral como residuo.
Ustedes están en contacto directo con las empresas del sector. ¿Cuál es la queja o el problema más habitual entre ellas?
La tendencia actual es, sobre todo, la falta de financiación por parte de las entidades bancarias y los impagos por parte de las constructoras o promotoras. Dado esta coyuntura, se tiende a ir a la venta asegurada con la consiguiente reducción de posibilidad de mercado y reducción de estructura en las empresas. Una especie de reacción en cadena que tiende a la reducción del tejido empresarial nacional.
¿Y de qué manera apoyan las administraciones el sector?
Hasta el año 2012, eran comunes los Planes Renove de Ventanas para el fomento de la eficiencia energética en viviendas y edificios públicos. Sin embargo, estas partidas por parte del Idea y entes regionales de la energía o van a otros sectores o han desaparecido. Siempre existe la vía de ayudas a la I+D+i del CDTI.
¿Cuáles son las tendencias actuales en la fabricación de ventanas?
Actualmente, se hace mucho hincapié en el tema de la alta eficiencia energética en edificios de consumo energético nulo. Esto se debe a que de aquí a 2020, una directiva europea exigirá que todos los edificios, tanto públicos como privados posean esta característica (claro está que con tramos de adecuación). Para ello, se precisan de cerramientos de alta tecnología, con grandes aislamientos térmicos y acompañados de instalaciones que favorezcan el “trabajo” de las ventanas.
A su vez, futuras modificaciones del regulador de construcción en edificación (CTE) fomentarán el uso de cerramientos altamente eficientes, por lo que los cerramientos en España deberán subir de calidad. Con la madera tenemos hechos los deberes desde hace tiempo.
¿En qué sentido?
En España, en torno al 85% de la población, se deberán instalar cerramientos de menos de 1,6 W/m2K de transmitancia térmica (manera de medir el aislamiento). Actualmente, casi todos los fabricantes de ventanas de madera poseen cerramientos con U térmica de hasta 0,8-0,9 W/m2k.