El bricolaje pierde peso en la televisión

Bricomanía cumplió el pasado mes de julio su programa número 700, todo un mérito en unos momentos en que se realizan producciones super millonarias que no aguantan más de dos semanas en antena. El "éxito" particular de Bricomanía –éxito entre comillas porque su declive en audiencia ha sido constante en los últimos años– no debe impedirnos ver que el estrellato del bricolaje en televisión ha llegado a su fin.

La crisis es, sin duda, una de las causas que ha provocado la perdida de interés hacia este tipo de programas. Aunque las soluciones que proponen están enfocadas a provocar un ahorro aparente -por qué comprar una caseta para el perro o un armario zapatero, si te lo puedes construir tu mismo-, a la hora de la verdad el material y el equipo necesario para llevar a cabo cualquiera de los trabajos citados supone un desembolso no asumible por muchas economías familiares. Ante este tipo de situación la audiencia lo tiene claro. No interesa un tipo de programa hecho para explicar cosas que no se podrán hacer.

Otra de las razones del declive de los programas dedicados al bricolaje es el propio cambio generacional que ha sufrido la sociedad en estos últimos 20 años. ¿Alguien tiene tiempo hoy para el bricolaje?. ¿Tiene sentido hablar hoy de bricolaje como una actividad de ocio?.

Finalmente hay quien atribuye a la propia televisión la culpa de la perdida de audiencia de este tipo de programas. El continuo desplazamiento de los programas por diferentes cadenas y en diferentes horarios ha dificultado que las emisiones especializadas en bricolaje hayan podido incrementar su número de espectadores. Si a esto se le suma la suspensión repentina de algunos programas y la reorientación de contenidos de ciertos canales temáticos, la verdad es que no faltan argumentos para culpabilizar a la propia televisión de la decadencia de los programas de bricolaje.

La aparición en TVE de Bricomanía en 1994 marcó una nueva etapa en el desarrollo del bricolaje en España, una actividad prácticamente desconocida para el gran público por aquellas fechas. Bricomanía logró que muchos espectadores perdieran el miedo a hacer sus propios trabajos en casa, además de difundir otra manera de disfrutar del ocio. Tras él, surgieron otros programas, especialmente con la aparición de las cadenas temáticas, aunque ninguno ha llegado nunca a eclipsar la fama de este espacio pionero. Entonces parecía que el bricolaje se había convertido en el tema televisivo de moda, algo similar a lo que ocurre ahora con los mini programas de recetas de cocina.

Bricomanía mantuvo su papel de programa estrella hasta 2005. Su audiencia inicial de un 20% del share se mantuvo prácticamente inalterable hasta esa fecha en la que sumó una cuota de pantalla del 18,1%. A partir de ahí, y según cifras de Kantar Media, se inicio el descenso de la audiencia con unos índices del 16,9% en 2006, 15,7% en 2007, 11,9% en 2008 y 9,8% en 2009 en la primera emisión del programa en Antena 3.

Junto a Bricomania convivieron en pantalla durante varios años programas como Bricolocus y Bricodeco, por citar los dos más representativos. Bricolocus fue un programa que siempre contó con una audiencia mucho más modesta y que intentó emular la exitosa fórmula de Bricomanía, sin conseguirlo. Después de un tiempo en La 2 de TVE, Chello Comunicación adquirió los derechos de emisión para su canal temático DeCasa, pero en la actualidad el espacio ha desaparecido (la empresa que lo realizaba, Onis Comunicación, ha cesado su actividad). En cuanto a Bricodeco, que también se emitía en DeCasa, su formato evolucionó hacia temas relacionados con el ‘lifestyle’, el bienestar, la familia… y se fue alejando del ‘hazlo tú mismo’. Después de una desaparición temporal, Bricodeco reapareció en La Otra de Telemadrid, que compró en 2009 los derechos por dos años. Ya no se emite.

Desde finales de 2010, Bricomania y Decogarden, ambos programas producidos por la productora Bainet, tienen su espacio en el canal Nova de Antena 3, cadena con un target centrado en el público femenino. 'Bricomanía', que continúa siendo presentado por el incombustible Kristian Pielhoff, se emite los sábados con una audiencia media del 1,5% (102.000 espectadores) de share y un 1,6% de target comercial. Por su parte Decogarden, que se emite los domingos por la mañana, presentado por Yolanda Alzola, tiene una audiencia media del 2% (174.000 espectadores) y un target comercial del 1,8%. Nada que ver estas cifras con las audiencias millonarias de finales de los 90, pero sí lo suficientemente precisas para evidenciar que sigue existiendo un público fiel a este tipo de espacios. Desde esta base, y teniendo en cuenta que las tiendas de bricolaje continúan creciendo, quizás habría que pensar que es posible recuperar unas audiencias que en su día mostraron su interés por el bricolaje.

Según el análisis de las audiencias, Bricomanía, pese a emitirse en un canal dedicado al público femenino como Antena Nova, es seguido por más hombres que mujeres, un 1,9% del total de la audiencia masculina, frente al 1,1% del total de la audiencia femenina. En cuanto a edades, el veterano programa tiene mayor audiencia en la franja entre 45 y 54 años donde logra alcanzar un 3,2% de cuota de pantalla. También superan la media los jóvenes de 25 a 34 años con un 2,2%, la horquilla entre 35 y 44 años con un 1,5% y los espectadores que se encuentran entre los 55 y 64 años con un 1,8%. Por áreas geográficas, es Castilla - La Mancha la comunidad autónoma con más interés por 'Bricomanía' con un destacable 3,4%.

Por su parte, Decogarden resulta ser más interesante para las mujeres ya que consigue entre el público femenino una audiencia media del 2,1%. La audiencia masculina se sitúa en el 1,8%. Por edades, la franja que más se interesa por los consejos de Yolanda Alzola es la de entre 35 y 44 años con un 3,5%. Entre los 45 y 54 años se mantiene en un 3,2%, entre los 55 y 64 años logra un 2,1% y los mayores de 65 están pendientes con un 1,4%.