"Es necesario buscar un equilibrio entre la flota y el mercado para conseguir una sostenibilidad medioambiental, económica y social"

El sector del transporte de mercancías por carretera es muy amplio, cuenta con una gran cantidad de actores que intervienen en todo el transcurso de la actividad. Para que esta actividad funcione de forma correcta es importante que cuente con una buena representación, y ese es el papel de la Confederación Española de Transporte de Mercancías (CETM). Para conocer más de cerca su actividad, así como la situación actual del sector y los retos a los que se enfrenta, hablamos con José María Quijano, secretario general de la CETM.

El principal objetivo de la Confederación es luchar por el sector en todos los ámbitos, fundamentalmente en relaciones directas con la administración u otro tipo de organizaciones empresariales, tanto a nivel municipal o estatal, como a nivel de la Unión Europea, para lo que contamos con una oficina de representación en Bruselas. Por tanto, estamos pendientes de todo lo que ocurre alrededor de nuestra actividad y lo que hacemos es luchar por la política de transporte en favor de la actividad de nuestras empresas, tanto transporte de mercancías como tal y el camión, como actividades anexas que engloban nuestra actividad.

Partimos de algunos aspectos relacionados con las últimas negociaciones como son la carga y descarga por parte del conductor, se trata de una demanda histórica del sector puesto que entendemos que no es su labor propia, su labor es conducir; también está la problemática relacionada con los tiempos de espera precisamente en la carga y descarga, se trata de un aspecto que se está dando muy habitualmente y desde hace tiempo, esperas de hasta 5 y 6 horas que rompen toda la cadena logística y la cadena de producción, rompe toda la agenda de actividad.

Por otra parte, nos encontramos con la evolución de las subidas y bajadas de los precios de los combustibles, un factor muy importante del aumento de costes en la estructura de explotación de un vehículo. De aquí surge, de forma positiva, el punto de uno de los Reales Decretos publicados, el que haya una fórmula de referencia al movimiento de los precios de los combustibles para dar los precios en el mercado.

Por último, una problemática que no solo nos afecta a nosotros, sino que afecta a nivel europeo y mundial, es la falta de relevo generacional en el personal de conducción, a veces motivado por la nueva dinámica de las nuevas generaciones en cuanto a acceder a un trabajo u otro. Esta problemática de falta de conductores también ha estado motivada por los problemas que he comentado anteriormente, así como la complicada conciliación familiar que supone estar fuera de casa en transportes de larga distancia.

Desde la CETM hemos sido partícipes directos de estos acuerdos puesto que somos la organización con representación mayoritaria del CNTC, y son asuntos que ya veníamos trabajando, y creemos que se ha llegado a unos buenos acuerdos y una publicación rápida de los mismos. Había aspectos que ya urgían, y ese fue el posicionamiento del CNTC, dar un golpe encima de la mesa y decirle a la Administración que había temas que se venían tratando de forma histórica y para los que nunca había una solución, así como los problemas coyunturales motivados por el precio de la energía y todos esos aspectos que también había que abordar. Al final, todo esto se concretó en dos Reales Decretos, el primero en el que se abordaban los puntos que he comentado antes relacionados con problemas históricos, y el segundo Real Decreto que vino a paliar el incremento brutal del precio de los combustibles en los últimos tiempos, buscando algún tipo de ayudas puntuales para paliar esta situación.

El resumen final de estas dos publicaciones es que hemos conseguido herramientas jurídicas validas para el sector, que permiten trabajar de una forma ordenada y reequilibrar las relaciones en el mercado. Y, por otra parte, hemos conseguido intentar paliar estos momentos puntuales y coyunturales relacionados con el incremento del combustible, bien por ayudas que se han conseguido como los descuentos en el momento de suministrar el combustible, o bien por la ayuda directa para las empresas.

Nuestra opinión no es novedosa, siempre ha sido la misma y así se la hemos transmitido a las distintas Administraciones que han querido hablar de este asunto. Creemos que el sector, antes de adoptar ninguna decisión al respecto, debe tener en cuenta diferentes aspectos.

En primer lugar, existe una normativa, la directiva comunitaria para el transporte internacional, que está limitada a un 40 toneladas, con lo cual el pasar de un país a otro en un transporte internacional está limitado sí o sí a las 40 toneladas. Hablar de 44 toneladas implicaría exclusivamente al ámbito nacional, puesto que la legislación europea también permite que un estado, dentro de su ámbito, pueda marcar otros parámetros.

Por otro parte, lo que trasladamos al sector es que primero es necesario que haya un reparto en las eficiencias puesto que en numerosas ocasiones, y dada la inviabilidad de la negociación por el tamaño de las empresas, llevar 4 toneladas más, a veces, supone llevarlas por el mismo precio, cuando las 4 toneladas generan mayores costes y menor productividad a las empresas.

También se debe tener en cuenta que las 44 toneladas influyen muy negativamente en el estado de las carreteras. Ya contamos con un estado de las carreteras defectuoso, con una necesidad de actualización, y esas 44 toneladas podrían llegar a agravar todavía más el problema. Además, este aspecto podría dar pie a la política de pagar por el uso, implantar un mayor canon para la actividad del transporte como el pago de los peajes, etc.

En resumen, el tema de las 44 toneladas es algo que se debe analizar de forma conjunta. Y en cualquier caso, si se llegase a un acuerdo, debería ser algo a aplicar de forma gradual y para especialidades muy concreta donde se viese esa necesidad.

Esto es otro punto que nos preocupa y del que hemos hablado mucho en los últimos tiempos, y que además afecta a muchos sectores. Para el nuestro en concreto, en el que hay una gran cantidad de transporte pesado y a larga distancia, actualmente la tecnología no puede sustituir al gasoil porque no están las tecnologías preparadas, y aquellas que podrían intentar imponerse tienen un coste elevadísimo a la hora de comprar los vehículos, con lo cual te quedas fuera del mercado, con flota que no está renovada.

Además, estamos viendo que existe también una alternativa en la que nosotros estamos presentes que es la relacionada con los ecocombustibles y los biocombustibles. Esto daría un juego mayor a la flota de vehículos actual puesto que servirían los mismos motores y las mismas estaciones de servicio, además de beneficiar a nivel medioambiental, y no supondría un prejuicio tan grave como el tener que cambiar toda la flota y adoptar unas energías de las que no conocemos de antemano cual va a ser su evolución en cuanto a precios.

Hay que tener en cuenta también la capacidad de adaptación tecnológica para que el sector pueda dirigirse a ello. Por ejemplo, la electricidad no vale en estos momentos para el sector. Puede ser adecuada para un reparto en ciudades, para furgonetas o pequeños vehículos, pero no para el resto.

Por otra parte, con la legislación europea existente se ha abierto la posibilidad de acceder al mercado con un solo vehículo y sin un limite de edad, lo que provoca que alguien que se encuentra en paro, por ejemplo, decida entrar al mercado. Con ello entran distintos costes, lo que también genera y provoca problemas en el mercado.

En definitiva, de lo que se trata es de buscar un equilibrio entre la flota y el mercado para conseguir una sostenibilidad medioambiental, económica y social. No podemos centrarnos exclusivamente en la sostenibilidad medioambiental sin contemplar otra serie de argumentos que van en relación muy directa con la sostenibilidad económica y social. Hay que ir marcado hitos, pero también etapas que se puedan ir cubriendo de forma no traumática y acercar y posicionar al sector de cara a futuro. En esto también deben intervenir los clientes, los cargadores, cambiando su forma de actuar en el mercado y adaptándose a las exigencias necesarias para que el sector sea sostenible y pueda seguir dando este servicio. Es un trabajo de todos.