Los aranceles de EE UU abren y cierran puertas en la ruta para las empresas alimentarias
El sector agroalimentario es uno de los más afectados por el conflicto de los aranceles, como ha quedado patente tras una semana de hitos: la réplica de China, el anuncio de contramedidas de la Unión Europea (UE) o el tiro verbal de EE UU al vino y las bebidas alcohólicas.
De un lado, la guerra comercial genera mucha inquietud y frena la inversión de las empresas pero, al ser generalizada, expertos y fuentes del sector ven oportunidades en destinos ajenos al estadounidense, pero a largo plazo.
El valor de mercado EE UU
EE UU es el primer destino fuera de Europa para los alimentos y bebidas españoles, con ventas por 3.500 millones de euros (un tercio por el aceite de oliva) y el séptimo socio comercial; hasta ahora ha sido puerto muy deseado por su desarrollo y el poder adquisitivo de sus consumidores.
Patronales de sectores como el vino (la FEV) o las conservas de pescado llaman a la negociación para que en abril no se hagan realidad las amenazas arancelarias anunciadas por el presidente de EE UU, Donald Trump, contra los alimentos.
La alarma se desata también entre los importadores, ya que, en el caso de la soja, si la UE aplica represalias contra la de EE UU, como ha advertido Bruselas, se “generará zozobra y apenas habrá alternativa” para los fabricantes de piensos, según la asociación de comerciantes de cereales Accoe.

Foto de Paul Teysen en Unsplash.
La oportunidad del pulso EE UU-China
La réplica de China a los aranceles de Estados Unidos es un ejemplo de esa posible puerta que se abre a la exportación española.
El director general de la patronal de la industria cárnica Anice, Giuseppe Aloisio, define esa “partida de ping-pong” como una posible oportunidad. China necesita importar mucha carne de cerdo y que España abrió mercado allí en 2021 cuando tuvo que suministrarle y paliar la bajada de la oferta por la peste porcina, un liderazgo que ha menguado.
Además, los precios propiciaron que ese país prefiriera comprar carne de EE UU y Brasil; no obstante, España mantiene sus ingresos por los despachos de suproductos del cerdo al mercado chino. Ahora, según Anice, el precio del cerdo europeo en China baja y sube el estadounidense y el brasileño, sin contar que Pekín ha impuesto aranceles a las carnes estadounidenses.
Otro análisis que comparten desde ese mismo sector es la posibilidad de que Pekín relaje su litigio contra los alimentos de la UE (como el brandy o el cerdo) que inició en represalia por los gravámenes comunitarios contra los coches eléctricos chinos.
En 2024, el chino fue el primer mercado en volumen de las ventas de porcino, por más de 1.066 millones, aunque con una bajada del 10% anual.
En cuanto a EE UU, Aloisio ha apuntado que las exportaciones cárnicas españolas rondan los cien millones, sobre todo de productos elaborados: “Es un mercado de valor y con miras a largo plazo”.
Un mapa al margen de EE UU
El director de Coyuntura de la fundación Cajas de Ahorro, Funcas, Raymond Torres distingue dos tipos de impacto de los aranceles en la economía: el directo y la incidencia negativa en la inversión de las empresas, entre ellas las alimentarias.
Torres opina también que es probable que un bloque como la UE redirija sus relaciones comerciales hacia otros destinos como China, Australia o América Latina, como Mercosur.
Pero apunta que hay ámbitos en los que la UE y EE UU comparten campo de juego, como por ejemplo en exigencias ambientales, y que aunque haya acercamiento con China, su economía “no va muy bien y su Gobierno trata de reactivar el consumo”.
En cualquier caso, según Torres, "Washington sobreestima su poder" en el comercio internacional y si bien es un socio potente, ”no es el único”. Si persiste por la vía de los aranceles "se reorganizará el comercio al margen de EE UU", aunque esta nuevo mapa solo se conformará a largo plazo, añade.