Medir la huella de carbono ya es posible en pequeñas y grandes bodegas
17 de febrero de 2012
Contribuir a una estrategia climática orientada a la reducción de los gases de efecto invernadero generados en bodegas del País Vasco y a la mejora de la fiabilidad de la comunicación ambiental de los productos alimentarios, es el objetivo del Plan sectorial de Huella de Carbono. Un Plan desarrollado por la Dirección de Innovación e Industrias Alimentarias del Departamento de Medio Ambiente, Planificación Territorial, Agricultura y Pesca del Gobierno Vasco. En este marco, el centro tecnológico AZTI-Tecnalia ha diseñado un software que permitirá a las empresas bodegueras aplicar la técnica del Análisis de Ciclo de Vida (ACV) para el cálculo de la huella carbono de una forma sencilla y económica, pero al mismo tiempo rigurosa y certificable. El plan sectorial y la herramienta se presentarán en la segunda quincena de marzo en la sede de la Cuadrilla de Laguardia, capital de La Rioja Alavesa.
Conocer y reducir el impacto ambiental de los productos
La metodología de Análisis de Ciclo de Vida (ACV) se considera una de las herramientas más avanzadas y eficaces para conocer y disminuir el impacto ambiental de productos y aplicar medidas de ecodiseño. Si bien estas medidas suponen un apoyo a la mejora de la competitividad de las empresas, hasta la fecha su nivel de implementación ha sido limitado, especialmente en el ámbito de pequeñas y medianas empresas, ya que a menudo supone un coste y tiempo de dedicación añadidos, y requiere además de conocimientos específicos para su aplicación.
El software creado por AZTI-Tecnalia pretende superar dichos obstáculos y permite a las empresas del sector del vino aplicar la técnica del análisis de ciclo de vida para el cálculo de huella de carbono de sus productos de una manera rápida, fiable y sencilla, superando las dificultades que impiden su utilización entre las pequeñas y medianas empresas.
¿Qué aporta el cálculo de la huella de carbono?
La medición de la huella de carbono de un producto puede generar además verdaderos beneficios para las empresas, ya que permite identificar las principales fuentes y causas de emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI). Esta información es la base para definir objetivos y políticas de reducción de emisiones más efectivas, identificar oportunidades de ahorro de costes dirigidas a mejorar la eficiencia en la cadena productiva, así como planificar estrategias de marketing orientadas a la diferenciación de producto que ofrezca un mayor valor añadido a los mismos o el acceso a nuevos segmentos de mercado más sensibilizados.