Diseño, gastronomía y arte, el triángulo en el que se mueve el 'Food Design'
De esta novedosa pero a la vez ancestral especialidad ha hablado con EFE la experta Elsa Yranzo, diseñadora, directora de arte y gerente del estudio Food Design & Food Art de Barcelona, quien será la coordinadora de un nuevo Máster que impartirá a partir enero de 2025 el Basque Culinary Center, en el que será el undécimo postgrado que oferta la Facultad de Ciencias Gastronómicas de San Sebastián.
“Todo lo relacionado con el acto de comer tiene un diseño intrínseco, lo que sucede es que, mientras se ha puesto nombre a otros diseños, como el gráfico, el de interiores o el de moda, el de los alimentos siempre ha existido pero no se ha sido consciente de ello”, explica Yranzo, para quien “es el momento de revindicar esta disciplina”.
El 'Food Design' incorpora el pensamiento de diseño para la creación de proyectos gastronómicos.
Alimentar a 9.000 millones de personas
El BCC se convertirá en la primera “institución del ámbito gastronómico“ que la reconocerá como tal y la tratará ”desde la propia cocina”, como una especialidad, ya que es preciso enfrentarse al desafío que supone alimentar a los más de 9.000 millones de personas que tendrá la Tierra en unos años.
“Debemos ser capaces de encontrar nuevas fórmulas para poder alimentar a toda esa sociedad de manera sostenible, ética, justa e incluso bella”, proclama la experta, para quien los futuros diseñadores gastronómicos tendrán que auditar y poner en cuestión los productos que se venden actualmente en los supermercados.
En su opinión, el 'Food Design' no es sólo “estética y practicidad sino que es en sí mismo un agente de cambio social que abre vías de exploración y trasciende a lo tangible”, porque está llamado a “mejorar la vida humana y la alimentación es crucial en ese objetivo”.
El chupachups, ejemplo de diseño
Para poder hacerse a la idea, Yranzo menciona como ejemplo avances históricos en este campo como el que supuso en su momento el chupachups, surgido para que los niños comieran caramelos de forma práctica, fácil y limpia; o las pastillas de caldo, inventadas para poder alimentar a las tropas con pequeñas raciones y una mínima elaboración.
“Ahora estamos en otro contexto social pero también necesitamos diseñar alimentos acordes al momento actual”, esto es, crear comida “con una visión holística que integre salud, cultura y estética”, indica.
Entre las tendencias que cabría explorar, podría estar la alimentación con insectos, que abriría “un campo inmenso de oportunidades de negocio” que podría abarcar desde su forma de cultivo hasta su transporte, sin olvidar formatos de consumo e incluso utensilios.
Visualizar oportunidades y adelantarse
"¿Cuántas cosas habría que diseñar si se decidiera que comer insectos fuera una opción sana, sostenible y nutricionalmente adecuada?", se pregunta la experta, que agrega que el 'Food Design' se centra en “visualizar nuevas oportunidades y adelantarse al futuro”.
Yranzo destaca no obstante la importancia de plantearse el diseño alimentario desde la historia y la tradición, para conocer cómo se ha evolucionado desde la alimentación de subsistencia de la prehistoria y poder “identificar los retos de la del siglo XXI”.
El término 'Food Design' abarca por tanto toda innovación gastronómica a través del diseño, tanto de productos –alimentos y bebidas– como de otros servicios o experiencias vinculadas.
A él se dedican profesionales que investigan nuevas tecnologías alimentarias y nuevos comestibles para la industria, pero también quienes diseñan restaurantes y otros espacios u objetos, herramientas y utensilios, además de quienes configuran eventos y experiencias culinarias o quienes usan la gastronomía como arte.