Tendencias globales en alimentos saludables 2020
En la búsqueda por alcanzar las expectativas de sus consumidores, las empresas prevén anualmente las tendencias que pautarán las decisiones de compra. El impacto de la COVID-19 en ellas ha sido notorio y, por ello, el Clúster Alimentario de Galicia (Clusaga) ha analizado cómo se han visto afectadas.
Según datos de GlobalData, las ventas en 2018 de alimentos con beneficios para la salud alcanzaron casi los 800 mil millones de euros a nivel global, de los cuales el 20% correspondieron a productos funcionales. Sin embargo, con la previsión de grandes declives en las economías globales para el próximo año y con los ojos puestos en la salud, los alimentos asociados al concepto de lo saludable entrarán a competir por la atención de unos consumidores cada vez más cautelosos y exigentes.
El impacto de la COVID-19 en las tendencias de alimentación del año 2020 ha provocado la aceleración de muchas de ellas. A continuación, pueden conocerse aquellas más relevantes y acentuadas por la situación postcovid:
- Alimentos para fortalecer el sistema inmune y digestivo. Desde suplementos adaptógenos hasta yogures con bífidus. Sobresalen ingredientes, como el ashwagandha; hongos, como el shiitake y el turkey tail; preparaciones como el kimchi y el sauerkraut; condimentos, como el vinagre de cidra; y las bebidas fermentadas, como la kombucha y el kéfir. ¿Qué busca con ello el consumidor? Prevenir enfermedades a través de lo que come, beneficiarse de antiinflamatorios naturales, aliviar el estrés y reducir la ansiedad. En 2018, según GlobalData, las ventas globales de alimentos enfocados en el sistema inmune fueron de 3,3 millones de euros y de 58,3 millones para los de la salud digestiva.
- Hacer lo nuevo más familiar. Los prebióticos, probióticos y cannabiodioles como ingredientes para el bienestar general, explicando al consumidor su origen, proceso y beneficios, a través de una historia. Prima la tendencia de generar un vínculo, una emoción con la marca.
- Equilibrio entre bienestar y placer. Destaca el concepto botánico y herbal en infusiones frías y en bebidas carbonatadas. También, el jazmín, las rosas, el té, el hibiscus, las frutas estacionales, los sabores a espresso, latte y caramelo, la reducción o ausencia de azúcares refinadas. Sin embargo, las bebidas no alcohólicas y los snacks podrán verse afectadas por la primacía de los bienes básicos sobre los productos de carácter premium durante la crisis.
- Alternativas de origen natural, de preferencia vegetal. Continuará la búsqueda de sustitutivos. Primará el uso de pseudocereales y vegetales para productos secos como harinas y pastas; híbridos de productos vegetales y animales en alternativas lácteas y cárnicas; algas como snacks, fuentes de proteína y materia prima para la elaboración de aditivos naturales en la industria de productos plant-based; e insectos como fuente de proteína, con el reto de mejorar la solubilidad de la proteína, y su aceptación sensorial, para integrarla a alimentos como patatas chips, galletas, panes y salchichas.
Para realizar un análisis holístico del impacto de la COVID-19 en las tendencias de consumo preestablecidas, algunas de las variables que deben tenerse en cuenta son: el cambio estacional, el tiempo en casa, el estado emocional durante el confinamiento y la afectación del bolsillo. A estas se le suman la edad del consumidor, la frecuencia del uso de tecnologías, redes sociales y plataformas e-commerce, la exigencia por la transparencia y la trazabilidad, los hábitos de alimentación ya interiorizados y el gusto y tiempo destinado a cocinar.
Una crisis sanitaria como la actual hace que los consumidores sean más conscientes de la calidad, estando dispuestos a pagar más por alimentos santos y nutritivos. Sin embargo, la situación económica derivada también influye en el poder de gasto. Por ello, la sociedad analizará cada vez más la relación coste-beneficio en su decisión de compra.