Un nuevo método genético permite identificar el origen de los atunes rojos
El atún rojo del Atlántico es un recurso pesquero importante, que hasta hace pocos años ha estado seriamente sobrexplotado y aún se encuentra amenazado por la sobrepesca y el tráfico ilegal. Una nueva investigación ha permitido desarrollar una herramienta para la trazabilidad del origen genético de los atunes precisa, rentable y no invasiva. Así lo asegura la responsable del estudio, Naiara Rodríguez Ezpeleta, de Azti.
El atún rojo sufrió una situación de sobreexplotación entre los años 1990 y 2008, lo que hizo reaccionar a las instituciones ante un escenario que amenazaba el futuro de la especie. Así, la Comisión Internacional para la Conservación del Atún Atlántico (ICCAT) implantó un plan de recuperación en 2008 que cosechó y continúa cosechando resultados muy favorables.
El sistema desarrollado hace posible mejorar la evaluación de las poblaciones de atún rojo, ya que permite determinar el origen de los ejemplares que se pescan con independencia del lugar en el que se produce la captura.
En la actualidad, conviven en el Atlántico dos poblaciones de atunes rojos: los ejemplares del este, que nacen en el Mediterráneo y vuelven allí para su reproducción, y los del oeste, que nacen en el Golfo de México y también regresan a su zona de origen para el desove.
Esta segunda población es menos abundante y demanda una mayor protección. A pesar de tratarse de poblaciones genéticamente distintas, su apariencia externa es idéntica. Por este motivo disponer de herramientas genéticas que permitan conocer el origen de cada ejemplar es clave para mejorar la gestión de los stocks de atún rojo, optimizar los resultados de las medidas de gestión adoptadas y definir con más precisión las cuotas pesqueras, que no afectan de la misma forma a los atunes orientales y a los occidentales.
“Conocer cuánto se pesca de cada población es un requisito esencial para poder evaluar y gestionar eficazmente las poblaciones. Hasta ahora no era posible, pero con esta nueva herramienta lo es, al poder determinar el origen del atún capturado en el Atlántico (la zona de mezcla). El principal reto de nuestro estudio ha sido reunir todas las muestras biológicas necesarias para desarrollar los marcadores genéticos, una labor para la que ha sido necesario coordinar un consorcio internacional formado por socios de África, Asia, América y Europa”, añade la investigadora.
Ejemplar de atún rojo. Foto: Iñigo Onandia-Azti.
Análisis de larvas, alevines y adultos
La herramienta generada en el marco de la investigación se ha basado en el análisis de más de 600 larvas, alevines de menos de un año y reproductores recolectados en las principales áreas de desove de esta especie, cantidad muy relevante dada la dificultad de obtener larvas y crías de esta especie.
En concreto, se han descubierto decenas de miles de marcadores distribuidos en el genoma del atún rojo de entre los que se han seleccionado una centena para el diagnóstico del origen. Esta herramienta se ha aplicado para estudiar el origen de mil atunes adultos pescados a lo largo del Atlántico.
“Nuestro objetivo es ofrecer respuestas a la necesidad de gestionar mejor un recurso que hasta hace poco se encontraba en una situación crítica. Hemos intentado resolver la necesidad de determinar correctamente el origen de cada una de las grandes poblaciones de atún, la Mediterránea y la del Golfo de México, que, aunque no se relacionan entre ellas para reproducirse, sí se juntan en el mar y además tienen la misma apariencia, por lo que la identificación genética es la única fórmula de distinguirlas”, añade la experta en investigación marina.
El estudio ha permitido, además, demostrar genéticamente que el atún rojo regresa a su lugar de nacimiento, después de un periodo de varios años de migraciones transatlánticas.
Un nuevo impulso para la recuperación del atún rojo
Los esfuerzos para gestionar de manera sostenible al atún rojo, no obstante, no han cesado y el centro de investigación Azti concluyó la quinta edición de la campaña BFT Index, una iniciativa impulsada por la Viceconsejería de Agricultura, Pesca y Política Alimentaria del Gobierno Vasco que ha sido llevada a cabo este año entre el 14 y el 22 de junio en el Golfo de Bizkaia a bordo del buque Nuevo Horizonte Abierto (Hondarribia). Con esta campaña se busca proporcionar un índice de abundancia de atún rojo a través de técnicas basadas en herramientas acústicas.
La evaluación del stock de atún rojo se apoyaba hasta ahora en datos de captura por unidad de esfuerzo de las pesquerías, lo que aportaba datos sesgados por la actividad alimentaria del atún, de la cual depende la posibilidad de capturarlo por artes de pesca usando cebo.
“La evaluación del stock requiere indicadores que reflejen de forma no sesgada la abundancia del atún rojo en sus zonas de alimentación”, asegura Nicolas Goñi, responsable técnico del proyecto BFT Index en Azti.
En este sentido, el método utilizado por los investigadores de la campaña BFT Index para obtener un indicador de la biomasa de atún rojo (principalmente juvenil) se ha basado en la utilización de herramientas acústicas que realizan una prospección activa, así como un muestreo de tallas. De este modo, el indicador obtenido en esta investigación se podrá usar para la evaluación del stock, completando y sustituyéndose progresivamente al índice de abundancia de juveniles actual basado en datos de capturas por unidad de esfuerzo en el Golfo de Bizkaia. Está previsto que los datos de esta campaña se conozcan en los próximos meses.
Las técnicas empleadas en la campaña se están utilizando con éxito desde el año 2003 para la evaluación de la biomasa de anchoa juvenil y se empezaron a usar desde 2015 para el atún rojo. Así, a través de la campaña BFT Index, que se inició en 2015, se podrá disponer de un indicador no sesgado de cara a la evaluación del stock de atún rojo del Atlántico Oriental y Mediterráneo.
“Con este proyecto pretendemos dar un paso adelante de cara a la evaluación del stock de atún rojo mediante la incorporación de una nueva herramienta y de informaciones independientes de la pesquería, que puedan ayudar a los gestores a tomar decisiones”, señala el investigador de Azti.
En busca de una mejor gestión de las pesquerías
El análisis de los datos grabados durante las cinco ediciones de la campaña dará un primer índice de la abundancia y de la distribución de los atunes rojos juveniles de la zona.
Según detalla Goñi, “ese indicador nos permitirá disponer, a medio plazo, de una herramienta independiente de la pesquería para estimar las variaciones en la abundancia del atún rojo en el Golfo de Bizkaia y poder usarla para la evaluación del recurso que se lleva a cabo en ICCAT”.
Más allá de la recuperación progresiva de la especie, es necesaria una mejor gestión de las pesquerías, por lo que la ICCAT, organización pesquera intergubernamental responsable de la conservación de los túnidos y especies afines en el Océano Atlántico y mares adyacentes, aprobó en 2018 un plan de gestión plurianual.
Entre las mejoras de ese plan destacan la flexibilización de las temporadas de captura y la eliminación de las restricciones a la inclusión de buques artesanales en los planes anuales de pesca.