Azti realiza pruebas experimentales para facilitar la adaptación de las empresas pesqueras a la nueva ley OD
Azti ha terminado el proyecto MENDES para aportar información técnico-científica con la que tratar de favorecer la adaptación de la actividad de las flotas de arrastre a la regulación europea sobre Obligación de Desembarco (OD). Para ello, se ha seguido un enfoque tecnológico y científico con el fin de diagnosticar y tratar de reducir la captura no deseada (antes descarte), abordando las tres facetas de la sostenibilidad de la actividad pesquera: ambiental, social y económica.
El proyecto ha sido llevado a cabo por un consorcio liderado por el Centro Tecnológico Azti, con dos organizaciones de productores como socias: Opromar (Organización de Productores de Pesca Fresca del puerto de Marín) y OPPAO (Organización de Productores de Pesca de Altura del puerto de Ondárroa) y ha contado con el apoyo de la Fundación Biodiversidad, del Ministerio para la Transición Ecológica, a través del Programa Pleamar, cofinanciado por el FEMP.
El estudio se ha realizado principalmente con bacaladilla, jurel, merluza, gallo y caballa porque son las especies más afectadas por la OD. Se ha trabajado sobre las modalidades de arrastre practicadas en aguas del Cantábrico y Noroeste Ibérico (arrastre a la pareja y arrastre de baca en sus dos variantes, con red de fondo y con red jurelera).
Buscando una posible solución, se han llevado a cabo pruebas experimentales de mar, realizadas por personal técnico de Azti a bordo de buques de arrastre comerciales, para probar cambios en la configuración de las redes de arrastre a fin de reducir la captura no deseada. Para ello se ha utilizado una dimensión de malla de 100 mm, la cual se propone en el nuevo reglamento europeo de medidas técnicas para las pesquerías de Europa, actualmente en vías de discusión en foros de la Administración europea.
El caso de estudio adoptado (evaluación de las prestaciones de la malla mínima de 100 mm en el copo de la red de arrastre) deriva de que tanto la Secretaría General de Pesca, como el sector pesquero y Azti coincidieron en que era imperativo comprobar con información científica el efecto de esta dimensión de malla en las pesquerías comerciales. Es con este planteamiento con el que se desarrollaron las pruebas experimentales de mar, en las se compararon las prestaciones de la malla de 100 mm con la malla mínima en vigor (70 y 55 mm dependiendo de las pesquerías).
Un aumento de la malla a 100 mm no solucionaría la problemática
La malla de 100 mm conlleva reducciones importantes de la captura no deseada, pero también de las especies comerciales principales en las tres modalidades de arrastre estudiadas, lo que tiene implicaciones en los resultados económicos de las empresas pesqueras.
Los resultados indican que un cambio de malla a 100 mm en las pesquerías estudiadas condicionaría la viabilidad financiera a largo y corto plazo de las empresas de pesca que practican la modalidad de arrastre a la pareja, así como de las que practican arrastre con baca de fondo y jurelera (actividad mixta). Ello es debido fundamentalmente a la reducción de ingresos derivada de la disminución sustancial en las capturas comercializables con cada unidad de esfuerzo. El cambio de malla a 100 mm no compensaría las ventajas de una mejor ratio ‘captura comercializable/captura total’.
Los resultados del proyecto MENDES apuntan a la necesidad de seguir investigando en el desarrollo y evaluación de medidas de minimización de la captura no deseada que no impacten de modo crítico en los niveles de las capturas comerciales de las flotas de pesca.