La firma ha inaugurado instalaciones tras una intensa reforma

El pasado 4 de abril, Talleres Filsa, firma especializada en la fabricación de controladores de nivel para sólidos y líquidos, celebró una jornada de puertas abiertas en sus instalaciones de Mollet del Vallès, en Barcelona, coincidiendo con su sesenta aniversario. Autoridades de la localidad, así como los máximos responsables de la compañía, colaboradores y amigos asistieron a la jornada. Su director general, Wolfgang Hageleit, nos relata cómo fueron los inicios, lo satisfecho que está por los resultados de la empresa en España, que gestiona María Teresa Galobardas, y de cómo sus productos se encuentran tan bien posicionados en todo el mundo.

La historia de Filsa es peculiar. Creada en 1957 fue adquirida, cuando su fundador se jubiló, por su distribuidor en Alemania, quien regentaba una empresa en su país a la que denominó Mollet Füllstandtechnik GmbH, en honor a la localidad barcelonesa donde se ubica Filsa. Wolfgang Hageleit, actual director general y propietario acudió a la inauguración de las nuevas instalaciones y celebración de las seis décadas de actividad y estuvo acompañado de empresas colaboradoras de Filsa, de sus trabajadores y de autoridades como el alcalde de Mollet del Vallès, Josep Monràs. Hoy Talleres Filsa se ubica en el centro de la ciudad, cuenta con 16 trabajadores y estrena nuevas instalaciones de unos 500 metros cuadrados que casi duplican el espacio anterior. Las obras de rehabilitación han supuesto una inversión de 800.000 euros y han consistido fundamentalmente en la mejora del espacio para los trabajadores: comedor, vestidores, baños, áreas de expedición y de calidad. “El bienestar de nuestros trabajadores es fundamental”, señaló el director general.

Wolfgang Hageleit, director general, María Teresa Galobardas, responsable de administración de Talleres Filsa, y el alcalde de Mollet del Vallès, Josep Monràs.

La empresa la fundaron Joaquín Guasch y Baudilio Ribas en 1957. Siete años después se constituyó Talleres Filsa y en 1979 se transformó en sociedad anónima. Desde 1976 yo mantenía una estrecha relación con la empresa ya que comercializaba los productos de Filsa en Alemania y en los países del Este de Europa.

María Teresa Galobardas, responsable de administración de Talleres Filsa, y Wolfgang Hageleit, director general.

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En 1983 creé una empresa en Alemania a la que denominé Mollet Füllstandtechnik GmbH para comercializar los productos de Filsa. La colaboración funcionó muy bien hasta que en 1998 Baudilio Ribas quiso vender la empresa y finalmente la adquirí. Soy propietario al 100% de Mollet y compré el 100% de las acciones de Talleres Filsa.

Las dos empresas son independientes. Ambas venden en todo el mundo y se venden productos mutuamente. Existe una estrecha colaboración pero son entidades independientes.

Desde su fundación, la compañía ha crecido sólidamente y ha ampliado de forma continua su cartera de productos para satisfacer las necesidades de los clientes en cada momento. Filsa ha ido consolidando las buenas relaciones con los clientes, lo cual la ha convertido hoy en día en un prestigioso proveedor de la tecnología de medición de nivel, sobre todo en España y Latinoamérica. Trabajamos tanto con tecnología española como alemana.

Inauguración de las instalaciones tras la rehabilitación.

Sí. Tras la compra de la empresa, se llevó a cabo la primera reforma del edificio original y pasados los años se unió al edificio de al lado. Ahora hemos realizado una intensa reforma que aprovechamos para mostrar en una fecha muy especial para la empresa, como es el 60 aniversario de Filsa.

El director general muestra algunas de las soluciones de Filsa.

El posicionamiento en el mercado es muy bueno. De hecho, la buena situación que mantienen ambas empresas en el mercado ayudó a que incluso en los años de la crisis no se perdieran muchas ventas.

Fundamentalmente los controladores de nivel para materiales a granel de toda índole, desde harinas, tierra, arenas, etc. y también para productos médicos o de la industria farmacéutica. Nuestros controladores de nivel tienen una calidad muy alta y específica para poder suministrarse a estos sectores que requieren de excelentes calidades.

Desde el año 2004 tenemos la certificación ATEX, por lo que también podemos suministrar productos a sectores donde existe un potencial peligro de explosiones. Así, por un lado, tal certificación demuestra que Filsa cumple con las más altas exigencias de calidad y seguridad de la producción. Por otra parte, tenemos también la posibilidad de crecer en un mercado cada vez mayor de dispositivos con homologaciones para uso en atmósferas potencialmente explosivas. Aquí hay que destacar también nuestras certificaciones para mezclas híbridas.

Talleres Filsa en la actualidad y en 1957.

Sí y es un sector en el que Filsa está muy bien posicionado. También contamos con certificaciones para gas y productos muy especiales que pueden emplearse en sectores con potencial no solo de gas sino también de polvo y mezclas híbridas donde hay unas certificaciones únicas.

Detección de máximo y mínimo con un único controlador gracias al L-27 DS de Filsa para líquidos.

La combinación de dos ocasiones: los sesenta años de la fundación y la reforma en ambos edificios, que tiene como objetivo crear unos puestos de trabajo más agradables para nuestro personal.

Es fundamental velar por las condiciones laborales de nuestros trabajadores. Pretendía crear puestos agradables para ellos y alcanzar una calidad de producción superior a los demás. Es algo que se percibe en el personal. Crear un espacio motivador hace que ellos fabriquen con una calidad excelente. En Talleres Filsa, además, somos una gran familia.

En cualquier industria orientada a los procesos. La medición de nivel es un elemento importante en la automatización de procesos en casi todas las industrias. De ahí que las aplicaciones de los controladores de nivel vayan desde la industria química hasta la de los materiales de construcción y la producción de alimentos. Como especialistas en el control de niveles podemos responder a las muy diferentes tareas de medición de niveles de nuestros clientes de forma individualizada y ofrecerles el controlador de nivel adecuado para cada caso.

La firma está especializada en la fabricación de controladores de nivel para sólidos y líquidos.

Nuestro mercado está muy diversificado y, debido a que las nuevas aéreas de aplicación de nuestros productos están definidas por las nuevas necesidades de medición de nuestros clientes, se puede decir que donde haya un producto a granel puede haber un controlador de nivel de Filsa.

Los controladores de nivel para líquidos se componen de un microrruptor accionado por una membrana sensible a la presión.

El controlador rotativo es el producto más demandado pero le siguen muy de cerca las membranas. En Alemania sigue siendo principalmente el rotativo, que tiene más campos de aplicación, pero ahora cada vez más vemos cómo los niveles de membrana están en auge. En Filsa las principales ventas recaen en las membranas.

Estoy muy satisfecho con el aumento de ventas de los dos últimos dos años. El mercado español está respondiendo muy bien.

Autoridades, colaboradores y amigos acudieron a la jornada de Filsa.

En este punto me gustaría agradecer al personal que ha soportado todos los cambios, porque las obras han sido difíciles ya que la producción seguía con normalidad. Pero sobre todo, me gustaría agradecer a María Teresa Galobardas, responsable de administración al cargo de la filial, su labor. Ha trabajado incansablemente por la empresa y ha sido clave para que Talleres Filsa se encuentre actualmente donde está.

Filsa estrenó su imagen corporativa en 2014.