Entrevista a Pedro Espinosa, fundador de Llaollao
El primer establecimiento Llaollao se inauguró en la localidad alicantina de Dénia el 19 de junio de 2009. Hoy la compañía, convertida en franquicia, cuenta con una red de 150 establecimientos, 40 de ellos en el extranjero. Su fundador, Pedro Espinosa, nos explica las claves de su éxito.
Díganos, ¿con cuántas franquicias cuenta Llaollao en la actualidad?
Disponemos de una red de 110 establecimientos en nuestro país y 40 en el ámbito internacional, en países como Marruecos, Arabia Saudí, Rusia, Singapur, Reino Unido y Turquía, entre otros.
Por favor, explíquenos cómo un pequeño negocio de yogurt helado en Dénia se ha convertido en menos de cinco años en una franquicia con 150 establecimientos.
En un principio, la compañía nació como un negocio familiar. Entonces, empezamos a recibir solicitudes de personas interesadas en la marca, en abrir un negocio de las mismas características, así que decidimos comenzar a franquiciar el modelo. Hoy, bajo esa fórmula de franquicia, nos hemos instalado en toda España y estamos presentes en 16 países.
¿Cuál cree que ha sido el secreto del éxito de la franquicia?
Creo que ha sido la mezcla de diferentes factores: innovación constante, oferta de productos sanos y de calidad y un modelo de negocio que encaja con cualquier tipo de público y en cualquier cultura.
¿Y cómo surgió la idea de crear este negocio?
Desde que era pequeño crecí con la idea de emprender y de montar mi propio negocio. Después de analizar el mercado, me decanté por el ‘frozen yogurt’, un nuevo concepto de restauración adaptable a todas las culturas y países.
¿Cuál es el origen de este nombre tan curioso, Llaollao?
Buscábamos un nombre pegadizo y, sobre todo, capaz de generar marca visual y sonoridad.
¿Qué ofrece Llaollao al consumidor, al cliente?
Productos de elaboración 100% artesanal con bajo contenido en grasas e ingredientes de primera calidad. Un producto sano, natural y a buen precio, basado principalmente en el yogurt helado e innumerables toppings y frutas de temporada. Su amplia variedad de productos permite infinidad de combinaciones para que cada usuario elabore el producto personalizándolo a su gusto.
¿Qué cree que le atrae de su negocio al franquiciado?
La inversión es relativamente baja si se compara con otras franquicias de restauración. Además, es una forma de autoempleo y un modelo de negocio que gusta a todo tipo de público y en cualquier cultura. Buscamos franquiciados con ilusión, que se hayan sentido atraídos por el concepto, y con ganas de gestionar un negocio propio.
Una vez el franquiciado cuenta con su propio establecimiento, ¿qué le ofrecen desde la central?
Nos encargamos de dar a todos nuestros franquiciados una formación constante para que mantengan los estándares de calidad que exige la franquicia. Además, en todo momento se les facilita el apoyo necesario en relación a estrategia de ventas y promoción de productos.
¿Cuánto tiempo puede tardar el franquiciado en recuperar la inversión, en amortizar el dinero necesario para crear el negocio?
Cada franquicia es diferente, no se puede dar un tiempo o fecha concreta ya que es algo que depende de muchos factores.
¿Cuál es la previsión para el año que acaba de empezar?
Nuestro objetivo es consolidar el mercado nacional y seguir apostando por la expansión internacional para poder llegar a nuevos países donde implantar nuestra marca.
Y ya para concluir, ¿qué será Llaollao dentro de cinco años? ¿Qué espera de la franquicia?
Esperamos seguir creciendo, consolidarnos en aquellos países en los que ya estamos y llegar a nuevos destinos para que conozcan nuestro concepto y producto.
