Necesitamos mayor concienciación social, inversión suficiente y racionalidad legal para el sector del agua en España
Agustí Ferrer, director general de Aqua España
04/03/2024La mirada a futuro considerando el pasado nos obliga a hacer un apunte al 2023. Un año donde la sequía en muchos puntos de España ha generado tensiones, que todavía duran y no terminarán en los próximos meses ni, seguramente, en los próximos años.
2023 ha sido un año especial para Aqua España, ya que la asociación empresarial celebró su 40º aniversario. Todo un hito asociativo considerando que han sido cuarenta años de actividad continuada y con una trayectoria ascendente.
Hoy, cuarenta años después de nuestra fundación, constatamos que los principios fundacionales siguen plenamente vigentes, pues la promoción del progreso técnico y económico del sector del análisis, el control y el tratamiento del agua para sus diferentes usos es más necesario que nunca ante el importante reto de garantizar la suficiencia hídrica en el contexto del cambio climático.
Mucho por hacer
Aqua España tuvo una intensa actividad en 2023, participando en diferentes proyectos legales, organizando diferentes sesiones formativas y eventos, y ayudando a nuestras empresas asociadas a estar informadas y preparadas para los nuevos retos y oportunidades en el sector. Nos satisface ver que hemos trabajado bien y, además, que lo hemos sabido transmitir. Nuestros asociados valoraron nuestra actividad con 8 sobre 10, y varias empresas se incorporaron a Aqua España el año pasado. Esperamos seguir en esta línea en 2024.
Hay mucho por hacer en el sector del agua. Y pensamos que lo primero es trabajar la base, incrementando la concienciación social de la importancia del agua para el funcionamiento de la sociedad. El sector frecuentemente reclama —acertadamente— mejor legislación, más infraestructuras y mejor gobernanza público-privada y entre las administraciones públicas. Igualmente, y para que lo anterior mejore, conviene que la ciudadanía sea realmente consciente del coste que tiene disponer de agua de calidad como se disfruta en nuestro país, y por lo tanto de la necesidad de optimizar su uso, de la importancia de las inversiones sostenidas y suficientes en la infraestructura hidráulica, de disponer de una legislación que fomente las mejores tecnologías disponibles y la mejor implementación, así como de la rentabilidad legítima de las empresas del sector para que todo ello sea posible.
Una ciudadanía más consciente de la realidad
Trabajar bien la base es imprescindible para que tengamos un sector profesional próspero. Pero también para evitar problemas de abastecimiento o de calidad. La situación actual por la sequía en Cataluña y Andalucía es una evidencia bien clara que debe servir a ese reto. Conviene explicar que los problemas de agua que ahora viven esas zonas se deben esencialmente a la falta de inversión en infraestructura hidráulica que se sabía necesaria. Y más aún: que si no se hicieron fue porque los políticos no sintieron la presión social para realizarlas, al igual que tampoco sintieron la necesidad de explicar realmente el coste del abastecimiento y, por lo tanto, la necesidad de los presupuestos a movilizar. Trabajar la base es el reto estratégico más importante que el sector del agua tiene, pues es la primera ficha de dominó cuyo cambio de posición inicia el cese de las siguientes.
Una ciudadanía más consciente de la realidad del agua en nuestro país presionará a los poderes públicos a realizar las inversiones necesarias orientadas a optimizar la calidad, la eficiencia del uso y la sostenibilidad ambiental y económica.
También será más fácil alcanzar pactos sociales en torno al agua para facilitar todo lo anterior. Y con ello, el establecimiento de marcos legales que lo hagan posible con seguridad jurídica y que incentiven la inversión y la innovación empresarial. También debería fomentarse la armonización legal entre comunidades autónomas. Un reto todavía pendiente y muy conveniente.
Lo anterior resulta especialmente relevante en el nuevo marco legal sectorial, caracterizado por tres novedades legales especialmente importantes. El Real Decreto 3/2023, por el que se establecen los criterios técnico-sanitarios de la calidad del agua de consumo, su control y suministro, la Directiva de tratamiento de aguas residuales urbanas y el Reglamento sobre reutilización del agua depurada para uso agrícola.
Acelerar inversiones
Además, ante el impulso inversor de la implementación del PERTE, que debe mejorar la digitalización del sector, alcanzado así la optimización del uso del agua y la sostenibilidad de todo el sistema.
Los poderes públicos deben acelerar inversiones. Mas cuando el sector ha constatado desde hace tiempo los importantes déficits inversores en el sistema, que comprometen el buen funcionamiento de la red. Los gobiernos deben también defender la aplicación del principio de recuperación de costes, de quien contamina paga, así como de una tarifa transparente para el ciudadano que le ayude a entender verdaderamente el coste real del servicio de agua.
Igualmente, la administración pública debe promover ayudas a las empresas y a los ciudadanos para obras de mejora del uso del agua en las viviendas y edificios, como son los sistemas de aprovechamiento de las aguas pluviales, el reciclaje de las aguas grises, o los sistemas de depuración prefabricada compacta para pequeños núcleos. Se ha olvidado sistemáticamente este apartado, que comparativamente es económicamente menor, pero de enorme impacto social y en la concienciación de la ciudadanía. La base que mencionábamos al principio del artículo. La base de todo.
La realidad retratada nos deja ver que hay mucho por hacer, que debe hacerse con celeridad, e igualmente que debe hacerse bien. Que se debe regular inteligentemente, con sentido común, promover las colaboraciones lógicas para atender las necesidades y garantizar los recursos necesarios para lograr los hitos identificados de manera racional. Y todo ello debe hacerse con seguridad jurídica y facilitando la vida a las empresas y profesionales. Se trata de crear palancas, no barreras.
En este contexto de retos y oportunidades, podemos decir que las empresas de Aqua España funcionaron bien en 2023 y la previsión es que tengan un buen desarrollo en 2024, según los datos del Barómetro Sectorial de Aqua España 2023, presentado en enero de este año.
Facturación agregada superior a los 1.800 millones de euros
En Aqua España representamos esencialmente Pymes, y durante el pasado año la mayoría de ellas actuaron a nivel internacional, lo que refleja su enorme competitividad. Gracias al buen desarrollo el sector logró una facturación agregada superior a los 1.800 millones de euros, cifra que supuso un crecimiento anual del 14% en facturación, con una rentabilidad media del 17%, que en la mayoría de las empresas también experimentó un crecimiento anual.
Nuestro sector tiene un componente claramente social, al igual que nuestras empresas, que presentaron nuevamente excelentes datos de empleo. Más de 4.400 puestos de trabajo en 2023, cuando la mayoría de las empresas aumentó plantilla.
Un excelente 2023 en términos empresariales y de empleo, que parece que puede repetirse en 2024, donde las previsiones nos dicen que tres de cada cuatro empresas del sector prevén aumentar la facturación este año, mientras que el 96% prevé mantener o aumentar la rentabilidad y el 97% mantener o aumentar el empleo.
Todo ello, datos que hacen que nuestro sector tenga unos índices de confianza empresarial claramente superiores a la media de la economía española.
Así que, si bien hay retos y dificultades, parece que las empresas están preparadas para afrontarlos. Que ello sea un éxito depende de los profesionales del sector, pero también, y mucho, de que las administraciones públicas respondan de acuerdo con su responsabilidad. Y de que la ciudadanía exija que así lo hagan. Nuestro sector, representado por Aqua España, hará su cometido y procurará influir en las otras partes.