LIFE-BRAINYMEM: Optimización de la tecnología de Biorreactor de Membrana reduciendo costes e impacto medioambiental
El proyecto LIFE-BRAINYMEM es un proyecto apoyado y financiado por la Comisión Europea, dentro del programa LIFE, para reducir el consumo energético en las depuradoras y minimizar su impacto medioambiental. Agua, aplicará sistemas de control avanzados a las depuradoras no sólo para ello sino también para reducir la emisión de gases efecto invernadero y la concentración de contaminantes recalcitrantes en el agua residual. El proyecto será replicable en cualquier otra planta depuradora.
El biorreactor de membrana es una solución compacta para regeneración de aguas que combina la tecnología de fangos activos y la filtración por membranas. En ella, el decantador secundario es sustituido por una membrana, que filtra directamente el fango activado. Así, se obtiene un efluente libre de patógenos y sólidos en suspensión, lo cual hace que sea una tecnología interesante en reutilización de aguas, ya que la calidad de agua obtenida cumple con la Ley de Reutilización (RD1620/2007) para la mayoría de los usos propuestos en dicha ley.
Sin embargo, su consumo energético es aún relativamente superior al de sistemas de regeneración de aguas más sencillos (fangos activos seguido de discos rotativos, filtros de arena, etc.), lo cual limita su implementación. Esto es debido principalmente a que, en los biorreactores de membrana, además de energía necesaria para la aireación biológica, agitación y bombeos, existe la necesidad de aireación de las membranas para controlar su ensuciamiento.
El consumo energético de los sistemas de tratamiento de aguas residuales no solamente implica mayores costes de operación, sino que tienen consecuencias medioambientales negativas. Por un lado, debido al uso de combustibles fósiles para la producción de electricidad necesaria para operar las plantas, y por otro por emisiones directas de gases de efecto invernadero que tienen lugar durante los procesos biológicos (NOx, CO2 y CH4).
Aparte de ello, además del impacto medioambiental asociado al consumo energético, los sistemas de tratamiento de aguas residuales, sean fangos activos convencionales o MBR, vierten al medio natural una serie de contaminantes, llamados contaminantes emergentes, que no se eliminan de manera efectiva en los sistemas de tratamiento de aguas convencionales y cuyo impacto puede ser negativo para la fauna acuática. Estos compuestos son de muy variada naturaleza, e incluyen desde fármacos a productos de higiene personal y nanomateriales.
Teresa de la Torre, Ingeniera del Departamento de I+D+i de ACCIONA Agua
Artículo publicado en: FuturENVIRO Septiembre 2015