Claves para una fertilización nitrogenada sostenible
La campaña de fertilización nitrogenada está a punto de comenzar para los cereales de invierno y también para el cultivo de la colza.
En estos momentos el agricultor debe manejar la mejor información que le permita escoger el abono nitrogenado más adecuado a su explotación y que se adapte a las características fisicoquímicas del suelo y a la climatología predominante en la zona geográfica de actuación.
Todas las iniciativas puestas en marcha en el marco de la UE, como el Pacto Verde o De la granja a la mesa, están encaminadas a impulsar una agricultura más saludable y sostenible donde se reduzca de manera significativa la huella de la actividad humana en el medio ambiente. En este punto las emisiones, ya sea en forma de gases (CO2 especialmente) o por lavado (en función del tipo de fertilización nitrogenada) están conduciendo a los países miembros de la UE hacia los nitrógenos más eficientes.
Por ello, ante la gran oferta de productos que actualmente se puede encontrar en el mercado hay que tener en cuenta que no todos tienen el mismo poder fertilizante, ni las mismas concentraciones ni la misma trazabilidad medioambiental. Es fundamental que antes de invertir en soluciones de nutrición vegetal se analice la ficha técnica del producto y se exija siempre al vendedor para no generar confusiones.
Para interpretarla adecuadamente, un fertilizante nitrogenado puede presentar tres formas químicas, únicas o combinadas entre sí:
- Ureica o Amídica.
- Amoniacal.
- Nítrica.
El nitrógeno en forma ureica o amídica presenta como característica principal que no puede ser directamente asimilado por el cultivo, por lo que necesita de una transformación para pasar a nitrógeno amoniacal.
Esta transformación está condicionada por la temperatura y humedad presente en el suelo. En determinadas zonas podemos tener humedad en los meses de aplicación de coberteras, de enero a marzo, pero casi con toda probabilidad no tendremos temperatura para que esta transformación se haga de forma adecuada, lo que provoca pérdidas de nitrógeno en forma de gas amoniaco que pueden ir desde un 15 hasta un 50 por ciento.
Sin embargo, el nitrógeno en forma amoniacal queda fijado en las arcillas del suelo y apenas tiene perdidas, por lo que el cultivo lo irá absorbiendo en función de su transformación a forma nítrica.
El nitrógeno en forma nítrica es como mayoritaria y más rápidamente absorben los cultivos el nitrógeno, siendo ésta la forma más eficiente por unidad de nitrógeno aportada.
Existen estrategias para ser más eficientes, rentables y sostenibles en las coberteras como:
- Fraccionarlas en varias aplicaciones si el cultivo lo permite.
- Utilizar nitrogenados conteniendo formas nítricas.
- Aplicar formas nítricas acompañadas de azufre, que aporta al fertilizante más eficiencia además de completar la fertilización con otro elemento necesario, siendo óptimos para usarlos en coberteras tempranas y también en las tardías.
En Fertiberia seguimos investigando para ofrecer al agricultor una gama completa donde pueda elegir el nitrogenado que mejor se adapte a sus condiciones de cultivo, creando productos más eficientes y sostenibles, pero sobre todo testados y rentables.