La PAC debe ser para los agricultores
31 de agosto de 2012
“La PAC debe ser para los agricultores” decía el Presidente de la Comisión de Agricultura del Parlamento Europeo el pasado 29 de mayo en Barcelona. Y ésta es una afirmación con la que JARC-COAG no puede estar más de acuerdo. Nada explica que en España haya cerca de un millón de perceptores de ayudas de la PAC, mientras en Francia son 400.000 y en Alemania 300.000. Y eso, repercute sobre el sector.
En JARC pensamos que si como quiere la Comisión se simplifica la PAC, deberían limitarse las ayudas a aquellos que viven de la actividad agrícola y ganadera y suprimir los que no tienen o no han tenido la agricultura o la ganadería como fuente principal de ingresos. Y por eso, es tan importante la definición que se haga del agricultor activo.
Ya son muchas las reuniones que se han hecho para hablar de la nueva PAC, pero en todas echamos de menos que se hable a fondo de las medidas de mercado. No podemos olvidar que de los ingresos que tiene una explotación media, el 70% proviene de lo que produce y sólo un 30% de ayudas (en los sectores subvencionados). Desde JARC queremos hacer mucha incidencia en la necesidad de habilitar mecanismos que reduzcan la volatilidad de los precios de los alimentos y de las materias primas, que impidan los problemas de abastecimiento que parece ser habrá a medio plazo y que garanticen la transparencia de la cadena alimentaria. Y esto quiere decir, también, abordar seriamente la normativa de la Competencia de la que el sector agrario, por sus particularidades, debería ser excluido. O al menos así lo creemos desde JARC.
Dicho esto, y en cuanto a las directrices de las ayudas que se perfilan en la nueva PAC, cabe decir que las perspectivas presupuestarias, en el contexto de crisis económica que vivimos no son demasiado optimistas. Si se mantuviera la misma dotación que hasta ahora, y teniendo en cuenta la incorporación de nuevos países, ya representaría un recorte del 12%. Por ello, una vez más será clave ver quién tendrá derecho a acceder a las ayudas. Para JARC, el agricultor activo ha de ser una figura asimilada a la del agricultor profesional, el que vive de su actividad agrícola o ganadera y por ello sólo entendemos una excepción: la de los campesinos que a pesar de estar jubilados siguen trabajando la tierra para obtener unos ingresos dignos que la pensión que les corresponde no les da. Porque se la merecen después de tantos años trabajando la tierra. De esta manera terminaríamos de una vez con las “campesinadas de sofá” y reduciremos el número de perceptores.
Por ahora, con los documentos que tenemos al alcance la principal damnificada de la nueva Política Agrícola Común es la ganadería intensiva, tan importante en Cataluña. El planteamiento que hace la PAC habla una y otra vez de superficies y nunca considera las ayudas al ganado, excepto en el caso de la capa acoplada. Consciente de esta realidad, JARC defiende que la mayor parte del presupuesto de esta capa se destine exclusivamente a los sectores ganaderos, ya que sino algunos quedarán tocados “de muerte” al no poder seguir el ritmo de adaptación a nuevas normativas que les exigen. Y esto sucederá si los precios que perciben por la carne no les permiten ahorrar para hacer frente a los gastos.
Para JARC, la PAC es una política agraria y por tanto, todos los condicionantes que determinen hacia dónde debe ir deberán ser agrarios. Porque ésta es su razón de ser. De lo contrario, será cualquier cosa menos política agraria.