El sector agrario analiza la situación del mercado
16 de septiembre de 2011
El pasado mes de mayo, los operadores de materias primas agroalimentarias y sus transformadores industriales, además de instituciones públicas y asociaciones profesionales indirectamente implicadas se reunieron en Madrid con el fin de profundizar en el conocimiento de la situación, calificada como “de extrema volatilidad e incertidumbre”, a la que se enfrenta el mercado. Su intención también es la de generar debate en torno a la gestión del comercio y aprovisionamiento de materias primas.
La jornada comenzó con una ponencia de José María Sumpsi, catedrático de la UPM y ex subdirector de la FAO, quien habló de la agricultura y de la volatilidad, acusando al desequilibrio entre la oferta y la demanda mundial como principal causa debido al crecimiento de las economías emergentes y señalando el aumento de la producción como gran reto.
La jornada contó con cinco grupos de trabajo, en los que tras la exposición de expertos y posterior debate, se llegaron a una serie de conclusiones. El primer grupo trató el tema de la ‘comercialización de cereales’, mientras que el segundo, llevó por título ‘Proteínas vegetales, un bien preciado’. El tercer grupo trató la ‘gestión del riesgo y seguridad en el abastecimiento’ y el cuarto, trató a fondo el tema ‘producción y comercialización de insumos para la producción agroalimentaria’. El último de los grupos se enfocó en el ‘análisis y prospectiva de la producción y consumo agroalimentario’.
Análisis y prospectiva del sector
Este último grupo precisamente dejó claro que la mencionada volatilidad “se puede mitigar mediante la aplicación de mecanismos de gestión de mercados” como se realiza ya en otros suministros, pero calificó la política agraria europea como “contradictoria e inaceptable”. Las razones de tales calificativos fueron que, según comentaron, Europa “permite entrar en nuestro mercado productos que no se pueden producir ‘in situ’. Esto es aplicable –comentan– a los OGM y a muchas otras prácticas agrícolas (fitosanitarios), ganaderas (bienestar animal) o veterinarias (medicamentos veterinarios)”.
En dicho grupo destacaban también que “la orientación actual de la PAC no está adaptada a los nuevos escenarios, como pone de manifiesto la reforma de amplio alcance que está proyectada”. Además explicaron que “el modelo europeo de producción genera unos costes adicionales que limitan la competitividad a nivel internacional”.
Por otra parte, aseguran que “la prolongada situación del sector primario dará lugar a la disminución de las exportaciones agrarias con consecuencias demográficas, económicas, sociales y medioambientales”. También explicaron la importancia del agua como “uno de los factores más limitantes del crecimiento y desarrollo de los países de este siglo” y protestaron ante “las carencias en investigación en áreas agroalimentarias. En este último punto, destacaron que en España y en Europa dicha carencia “es notoria, cualquiera que sean los elementos que se utilicen para compararnos con otros países”.
Estrategias y soluciones
Ante dicho planteamiento, el mismo grupo cinco planteó una serie de medidas a tomar que podrían beneficiar al sector. En el marco de la PAC, el grupo consideró imprescindible “la existencia de mecanismos de gestión de los mercados, facilitando la posibilidad de mantener stocks de seguridad en cereales básicos”. También propusieron “aplicar procedimientos contractuales” para resolver el déficit de materias primas para alimentación animal existente en España.
En su opinión, la Unión Europea “no debería renunciar a la biotecnología para mejorar la productividad y competitividad del sector primario”, para evitar sincronías en las autorizaciones de nuevos eventos. Por otro lado, este grupo de trabajo aseguró que se deberían “replantear políticas dictadas sobre el control de las llamadas harinas cárnicas”. También plantearon la urgencia de “reorientar la PAC, para desarrollar “políticas orientadas al incremento de producción agrícola en general y de las proteaginosa en particular”.
También fueron propuestas otras posibles soluciones como trabajar en “el equilibrio de la cadena agroalimentaria para trasladar de forma eficiente los costes de producción en cada uno de los eslabones”, como “impulsar en las organizaciones internacionales la existencia de reciprocidad para las importaciones de alimentos” o incluso “transmitir a la sociedad la necesidad de incrementar la producción de alimentos de una forma sostenible” usando mejores tecnologías disponibles para garantizar el abastecimiento.