Vertex Bioenergy y la Universidad de Sevilla combaten las emisiones de CO2 en la producción de maíz
Vertex Energy y la Universidad de Sevilla han puesto en marcha un proyecto conjunto con el propósito de generar datos precisos sobre las emisiones de carbono resultantes del ciclo completo de cultivo de maíz para la producción de bioetanol.
El proyecto persigue la adopción de la agricultura de precisión con el objetivo de reducir las emisiones de CO2.
Para lograr datos precisos sobre las emisiones de carbono resultantes del ciclo completo de cultivo de maíz para la producción de bioetanol, se utilizarán técnicas de teledetección como imágenes satelitales y sensores en maquinaria agrícola. Adicionalmente, esta colaboración entre Vertex Energy y la Universidad de Sevilla busca alcanzar una disminución importante en la cantidad de carbono emitida durante el proceso de producción de su materia prima, aportando así al compromiso medioambiental.
Las herramientas de agricultura de precisión ofrecen la posibilidad de realizar un seguimiento exhaustivo de todo el ciclo productivo del maíz, incluyendo todas las actividades agrícolas que se llevan a cabo en este proceso. Gracias a la tecnología de teledetección, es factible efectuar análisis preliminares del área de producción, lo que permite ajustar minuciosamente los insumos necesarios para alcanzar un rendimiento óptimo. Este ajuste preciso conduce a una disminución en la utilización de fertilizantes, lo cual resulta en una significativa reducción de la huella de carbono generada.
Este proyecto surge ante la urgencia de nuestro país de cuantificar su propia huella de carbono para el cultivo del maíz, que consideran inferior a la asignada por la Unión Europea. Este se desarrolla en colaboración con Vertex Bioenergy, compañía especializada en la producción de bioetanol en España y Francia.
El incremento constante en la producción global de este biocombustible es un fenómeno que se prevé continúe, dadas las notables ventajas que aporta a la sostenibilidad. Entre estas ventajas medioambientales destacan la reducción significativa de emisiones de gases de efecto invernadero comparado con la gasolina, la disminución de otras emisiones contaminantes y partículas, el incremento en la eficiencia de los vehículos y la consiguiente reducción en la demanda de petróleo, con todos los beneficios asociados a ello.
Para la producción de bioetanol, es requerido que la huella de carbono generada en todo su proceso productivo sea inferior a ciertos estándares establecidos. Sin embargo, dado que la huella de carbono asignada en España es particularmente alta, las empresas productoras se ven forzadas a importar el maíz desde países con valores de huella de carbono más bajos.
Primeros resultados en Castilla y León
Las dos entidades realizaron una primera reunión técnica para compartir y evaluar los datos recopilados en esta campaña agrícola aún sin finalizar. Observaron una tendencia a la reducción de emisiones de CO2 a nivel de agricultor en Castilla y León.
Los resultados presentados en las instalaciones de Vertex Bioenergy en Salamanca son muy alentadores. Indican que este estudio posibilitará la formalización de un proceso de certificación que garantice valores precisos de huella de carbono para los productores de maíz en España. Con la ayuda de las herramientas digitales disponibles, se espera lograr una reducción considerable en las emisiones de CO2 durante el proceso productivo.
El grupo de investigación Smart Biosystems Laboratory (AGR-278) se centra en la innovación de los procesos agrícolas mediante el uso de nuevas tecnologías. Los miembros del grupo forman parte de los departamentos de Ingeniería Agroforestal e Ingeniería Gráfica de las Universidades de Sevilla y Córdoba, y sus áreas de conocimiento abarcan diferentes disciplinas como la mecanización, el riego, la geomática o la teledetección.
Todas sus líneas de investigación tienen en común la utilización de soluciones de alta tecnología para resolver necesidades reales de la producción agraria, y su capacidad para añadir valor a la cadena agroalimentaria mejorando la trazabilidad, seguridad y rentabilidad de los productos. Este enfoque está alineado con las actuales estrategias Smartfood y S3 Agrifood a nivel regional y europeo, que apuestan por la investigación y la innovación tecnológica como pilares básicos de la agricultura y la alimentación del futuro.