El mercado del cabrito también se paraliza por la falta de demanda de los restaurantes
La organización agraria Asaja Almería ha saltado a la palestra para denunciar la difícil situación en la que han quedado, a su juicio, algunos sectores ganaderos como el ovino-caprino tras el cierre de los establecimientos de restauración debido a la crisis del COVID-19. “Las lonjas se encuentran paralizadas, se ha reducido el número de operaciones y la preocupación por la incertidumbre se hace patente especialmente para carnes como la de cabrito y cordero tras una semana en la que el número de sacrificios se ha reducido un 75% respecto a la misma semana del año anterior”, señala en un comunicado.
La complicada situación para el sector ganadero productor de carne, como puede ser la de cabrito, que se consumen en menor medida en hogares y que dependen casi en exclusiva de su consumo en los establecimientos de restauración, ha hecho que tras el cierre, han caído en picado los pedidos y la actividad en mataderos y canales de comercialización lo que está ocasionando importantes pérdidas económicas a este sector.
Asaja apunta a que la demanda de productos como el pollo, el cerdo e incluso la ternera, aunque en menor medida, sigue aguantando, ya que su consumo en los hogares está bien implantado, pero en el caso del cabrito o el cordero no suelen formar parte del menú salvo en campañas puntuales como la navideña.
Un cabrito se amamanta en una sala de lactancia.
Asaja apunta a que la demanda de productos como el pollo, el cerdo e incluso la ternera, aunque en menor medida, sigue aguantando, ya que su consumo en los hogares está bien implantado, pero en el caso del cabrito o el cordero no suelen formar parte del menú salvo en campañas puntuales como la navideña.