Del secano al regadío para que la viña se adapte al cambio climático
Diferentes proyecciones apuntan que, en Cataluña, la temperatura a mediados del siglo XXI se habrá incrementado en 1,4 °C respecto a la media del periodo 1971-2000, y que, en cuanto a la pluviosidad, se producirán incrementos significativos de la evaporación y evapotranspiración, así como de la duración de los periodos sin precipitación y de los episodios de precipitación diaria muy abundante. Esto hará que haya menos recursos hídricos disponibles, y que se pronostiquen cada vez más periodos más largos y frecuentes de sequía.
El crecimiento, el rendimiento y la calidad de la uva y del vino dependen, en gran medida, del clima. En la comarca del Penedés, los recientes periodos de sequía han conllevado o bien una pérdida de producción, o bien la pérdida de calidad de algunas variedades más sensibles. Para adaptarse al cambio climático, una de las estrategias que se plantean para la sostenibilidad de la vitivinicultura catalana y española (el 65% es de secano) es que se pase a regadío. ¿Es esta, sin embargo, la mejor estrategia de adaptación al cambio climático?
Para responder a esta cuestión, un grupo de expertos analizaron en una sesión técnica las limitaciones técnicas e hidrológicas, así como las estrategias de adaptación de los viñedos al cambio climático, y los pros y contras de aplicar el riego deficitario en condiciones de sequía extrema. Lo hicieron el 6 de noviembre, en el Edifici de l’Enològica de Vilafranca del Penedès (Barcelona), en la jornada técnica titulada 'Regar es la mejor estrategia adaptativa al cambio climático. ¿Cómo, cuándo, cómo y por qué?'.
La organización corrió a cargo del IRTA y contó con la colaboración del Institut Català de la Vinya i el Vi (INCAVI) y la Agència Catalana de l’Aigua (ACA). En la jornada participaron David Comino, de la ACA, que habló de las aguas del freático y las limitaciones hidrológicas y legislativas; Felicidad de Herralde, investigadora del IRTA, que se centró en la estrategia de adaptación de la viña ante el cambio climático; Arturo Torrecillas, profesor de investigación del CEBAS – CSIC, que analizó la aplicación del riego deficitario en condiciones de sequía extrema, y Joan Girona, Investigador del IRTA, que habló de la tecnificación en el uso eficiente del agua, sus proyecciones y límites. El acto finalizó con una mesa redonda moderada por Xoan Elorduy, de INCAVI, y Robert Savé, coordinador de Viticultura del IRTA.
La clave: soluciones integrales y duraderas
“Regar es la mejor estrategia solo si tienes agua y dinero para hacerlo, y el problema en Catalunya es que no en todas partes hay agua, y no en todas partes hay dinero”, apuntó Robert Savé. En el caso del Penedès, el agua es mayoritariamente de freático, y aunque cuenta con un cabal razonable “tenemos poca información de la dinámica de estos freáticos, y, por tanto, del balance de entradas y salidas, así como el mantenimiento de la calidad química y biológica”, señaló. Por todo ello, el investigador propuso “estudiar si, realmente, es viable reconvertir el secano a regadío, y si esto servirá para mejorar la productividad y garantizar la sostenibilidad del sector vitivinícola”.
Una solución para que el riego sea más eficiente es el uso de la tecnología. De ello habló Joan Girona, también investigador del IRTA, que afirmó que “a pesar de la existencia de la tecnología y de su contribución a la eficiencia hídrica, no es ni será la solución al problema global al que hacemos frente”. La solución, concluyó Savé, pasa “por seguir indicadores holísticos a nivel de cada parcela, y de cada bodega en el contexto de su denominación de origen y realidad geográfica, con el objetivo de buscar soluciones integrales y duraderas”.