Nuria Álvarez Rodrigo regresó a su Almendra del Pan natal para establecer una empresa productora de moras
Viaje de ida y vuelta al medio rural
Mujer, rural, emprendedora. El orden de los factores no altera el producto. Y el producto es Agroberry, un negocio creado en 2015 en Almendra del Pan (Zamora) por Nuria Álvarez Rodrigo, licenciada y MBA Executive que decidió regresar de la ciudad al campo para convertirse en una empresaria especializada en el cultivo de la zarzamora.
Estudios superiores, máster, experiencia, idiomas… Agripino Álvarez y Juana Rodrigo trabajaron durante décadas de sol a sol para darles la mejor formación posible a sus dos hijas, Nuria y Eva. Ellas en principio no parecieron muy interesadas por el campo, por lo que pensaron que se iba a romper la tradición familiar de seguir en la agricultura.
Pero Nuria decidió volver. Con 13 años se marchó de Almendra del Pan, pueblo zamorano de 166 habitantes (INE 2017) situado 20 km al noroeste de la capital provincial. Después de muchas experiencias que le enriquecieron a nivel personal y profesional, esta licenciada en Ciencias de la Información y MBA Executive llegó a una conclusión en la Navidad de 2013: "Quiero emprender en el medio rural, el medio que me vio nacer, el medio con el que tengo un vínculo muy especial, el medio que me ha convertido en la persona que soy. Es una forma de entender la vida, una forma de poner en valor la educación de la infancia, una actitud".
Con apenas 30 años había completado un viaje de ida y vuelta, "porque un futuro mejor no se encuentra en las grandes ciudades". Fue una decisión en la que tuvo una influencia notable el papel jugado por sus padres, "personas que sin estudios universitarios tienen unos valores y una inteligencia por encima de muchos directivos que he conocido", señala.
Precisamente en el día que recogió en Madrid el Premio Excelencia a la Innovación para Mujeres Rurales, concedido por el Ministerio de Agricultura en reconocimiento a la innovación en la actividad agraria, recordó que una buena parte de la fuerza que le llevó a buscar nuevos horizontes "fue reconocer el gran trabajo que habían hecho mis progenitores en un sector imprescindible y necesario en nuestro país, pero que a veces está mal reconocido y mal valorado".
Nuria tiene claro que su mérito "es muy pequeño al lado del de mi padre, que siendo un excelente agricultor, y con 68 años, tuvo la capacidad y las miras de ver una oportunidad en un cultivo alternativo en la zona. Y respaldarme, apoyarme y ayudarme de una manera impecable".
“Ganaba dinero cuando estaba fuera del pueblo y ahora cuesta mucho”
A su regreso, esta joven empresaria puso en marcha Agroberry en una nave antigua que construyó su padre en 1973. Fue la primera explotación que se dio de alta en Almendra del Pan para la cría de cerdos. "Tomar una foto a la pared donde mi padre escribió ese año y pensar que eso mereció la pena, es impagable", cuenta con felicidad. "Pero no todo es bonito, yo ganaba dinero cuando estaba fuera del pueblo y ahora cuesta mucho, aparte de la inversión que un proyecto como el mío supone. Emprender cualquier actividad hoy en día es un trabajo titánico en el que das todo sin saber si tendrás algo a cambio”.
A nivel general, no observa una evolución a positivo del sector agropecuario en España. "Los pueblos cada vez tienen menos iniciativas. Quedamos algunas/os valientes y en un sitio pequeño como el mío, lo que te motiva es juntarte con otros/as emprendedores/as del medio rural". Insta a buscar soluciones que eliminen trabas y no pongan freno al desarrollo "porque hay mucha gente que quiere trasladarse al medio rural, pero no cuenta con los recursos". "Para mí, teniéndolo todo, es muy costoso", reconoce.
Califica la agricultura como "un sector glamouroso, potente, innovador, vital". "El único en el que me gustaría tener mi empresa y soñar, como sueño ahora, en que crezca”. Nuria pide "una reflexión general a todos y apostemos por un medio rural poblado, con empresas, con gente, con juventud, con ilusión y con vida, mucha vida".
Entre las medidas concretas que propone, a nivel nacional y/o regional, se encuentra la reducción o supresión de la cuota de autónomos para quienes decidan empadronarse en pueblos que sufren el problema del despoblamiento, donde sería necesaria la instalación de empresas en expansión que posibiliten el asentamiento de núcleos familiares con perspectivas de futuro. A nivel europeo, sin embargo, observa que "hay muchos fondos, pero no se distribuyen bien".
A este respecto, de momento no tiene una opinión definida sobre la PAC. "Comenzaré a solicitarla a partir del próximo año, porque me quedaré con la explotación agraria de mis padres, aparte de la mía propia con las moras, para poder vivir", señala.
"¿Cómo vamos a producir con estos precios?"
Precisamente, esta búsqueda de negocio a través de cultivos alternativos constituye la mejor vía para afrontar el futuro con esperanzas de éxito. "Una de las razones por las que hace unos años viré mi profesión fue precisamente cuando comprobé que en España nos iba fatal y me decidí por el sector que nos da de comer".
Analizó la situación del negocio familiar y llegó a la conclusión de que la coyuntura actual es muy diferente a la que afrontaron sus padres cuando mantuvieron el negocio puesto en marcha por la generación anterior. "En aquel momento, quizás no hubieran podido vivir solo con la agricultora", subraya Nuria, que, sin embargo, mantendrá únicamente el negocio agrícola, pero con una perspectiva diferente, enfocado también a cultivos alternativos. "Porque como la cebada y el trigo se sigan regulando desde Europa, ¿cómo vamos a producir con estos precios? ¿Quién se encarga de mantener todo el patrimonio que tenemos? Podremos dejar de construir cohetes, pero no podremos dejar de comer".
Esta joven zamorana se refiere a "un entramado muy grande en el que hay que solucionar muchas cosas que se han ido enraizando a lo largo de años". Y tiene claro que "nos deberíamos haber puesto las pilas hace mucho".
Agroberry, un negocio con crecimiento pausado
Un año después de tener decidida su vuelta al pueblo, Nuria puso en marcha Agroberry, una empresa familiar especializada en la producción de zarzamora, un cultivo de regadío —en área donde predomina el secano— del que apenas había referencias en la zona y cuya elección se produjo tras examinar factores clave, como el tipo de tierra y la disponibilidad de agua.
Se trata de un cultivo estacional, cuya fruta fresca se vende en temporada básicamente en el periodo entre junio y septiembre. Posteriormente, con la fruta congelada la propia empresa realiza otros productos derivados, como mermeladas, chupitos y miel, para poder mantener actividad durante todo el año. “Estamos cerrando el círculo agroalimentario, con la finalización de un obrador para la transformación del producto primario”, detalla Nuria.
Con vistas a seguir con la expansión del negocio, la empresa está inmersa en un proyecto de I+D a cuatro años para desarrollar vino de mora, una de las diferentes líneas de negocio abiertas relacionadas exclusivamente con este cultivo. El objetivo es “crecer, crecer y crecer”, dice entre sonrisas, pero reconoce que hacerlo solo con recursos propios “es complicado y va lento". De momento, el negocio “va bien, pero muy despacio”, concluye.
La producción de berries en España se focaliza principales en el sur de la provincia de Huelva. En otras regiones del norte peninsular también se cultiva mora, pero a cubierto con producciones fuera de temporada, opción desestimada por Agroberry, que apuestan por un valor añadido y un sabor diferenciador en la fruta.
La empresa zamorana cuenta actualmente con una parcela de dos hectáreas con una capacidad de unos 4.000 plantones. Por ahora ha cubierto una hectárea con unos 1.800 plantones.
La producción estimada a pleno rendimiento (tercer año) es de cerca de 10 toneladas. Esta última campaña la cosecha ha sido de unas 2 toneladas, pero no todas las plantas se encuentran todavía a pleno rendimiento.
Cuando la empresa apenas había cumplido su primer año de vida, y gracias también al apoyo y esfuerzo de su novio, Agustín Martín, Nuria recibió el reconocimiento nacional ‘Joven Agricultor Innovador 2016’. Al año siguiente, la Asociación Zamorana de Mujeres Empresarias (AZME) reconoció su labor como Joven Empresaria en la gala anual de los premios EVA, lo que supuso una satisfacción especial por el hecho de ver reconocido el tesón en su propia tierra.
Este año ha obtenido el Premio Surcos Joven, concedido por CyLTV, el Premio a la Mejor Idea Emprendedora Rural, creado este año por la Junta de Castilla y León y, recientemente, el Premio a la Excelencia a la innovación en la actividad agraria, otorgado por el Ministerio de Agricultura.