Entrevista a María Córdoba, directora general de Deroceras
Deroceras S.L, spin-off de la Universidad de Santiago de Compostela especializado en la investigación, el desarrollo y la innovación en el control de plagas, es la empresa encargada de comercializar el nuevo sistema para la detección de moluscos gasterópodos terrestres, desarrollado por investigadores del CiTIUS y del Grupo de Malacología Terrestre Aplicada (Malaterra). En esta entrevista, su directora general, María Córdoba, nos explica algunos detalles para conocer mejor un sistema que adapta las tecnologías más avanzadas al sector agrícola.
Siguiendo el lema ‘mejor prevenir que curar’, ¿la detección de plagas puede ser clave para evitar la pérdida de cultivos?
En el caso de las plagas agrícolas habría que decir ‘mejor prever que curar’. Sin duda alguna, prever en qué momento una plaga puede llegar a producir daños significativos en un cultivo es fundamental para poder tomar una decisión racional con respecto a la necesidad de aplicar medidas de control para protegerlo.
La detección precoz de plagas ayuda a decidir qué medidas tomar y en qué momento aplicarlas para que el control de la plaga resulte, además de eficaz, lo más rentable posible desde el punto de vista económico y lo menos agresivo posible desde el punto de vista ambiental. La detección precoz de plagas y la toma de decisiones de control basada en ella, así como en toda otra información relevante (ciclo biológico de la plaga, susceptibilidad del cultivo, modo de acción de los plaguicidas, etc.) representa lo que se denomina un control integrado de plagas, que es todo lo contrario del control profiláctico o preventivo, tan habitual tradicionalmente, en el que los plaguicidas se aplican sistemáticamente ‘por si acaso’ (es decir, siguiendo la filosofía de ‘mejor prevenir que curar’), de modo que se aplican cantidades ingentes de plaguicidas sin que realmente exista una necesidad real para ello.
Se necesita disponer de criterios que permitan determinar tanto la necesidad como la conveniencia de la aplicación de medidas de control físico, químico o biológico. En la mayoría de los casos, la eficacia de cualquiera de estas medidas de control dependerá de la fase del ciclo en la que se encuentren los organismos causantes de la plaga, de su nivel de abundancia, de su estado de actividad, del tipo de cultivo y su fase de desarrollo, entre otros factores. La detección precoz de las plagas representa uno más de estos criterios, con la particularidad de que es un criterio de extremada importancia puesto que es el desencadenante de todo el proceso posterior de toma de decisiones.
Por medio de sistemas integrados conformados por métodos para la detección precoz de las plagas y modelos de predicción de la evolución de las mismas se consigue aumentar el porcentaje de efectividad de los fitosanitarios u otras medidas de control, evitar o reducir significativamente los daños causados por las plagas, y reducir los costes económicos y el impacto ambiental del control de plagas.
¿La utilización del sistema de detección de gasterópodos terrestres es una alternativa más ecológica que uso de pesticidas? En caso afirmativo, ¿podría explicar por qué?
El emplear un sistema de detección precoz de gasterópodos, como para cualquier otra plaga, sin duda alguna contribuye a acercarnos a una agricultura más ecológica. Como se ha dicho anteriormente, este tipo de sistemas contribuyen a prever el desarrollo de la plaga y decidir sobre la necesidad y conveniencia de la aplicación de medidas de control; no se descarta a priori el uso de un plaguicida si se considera necesario, pero se aplicará en el momento en que realmente sea necesario y cuándo su uso sea más eficaz, evitando aplicarlo de forma abusiva o en momentos en los que su eficacia sería baja.
En la descripción del sistema se habla de él como un producto de bajo coste que ofrece una ‘reducción del mantenimiento de los sistemas de detección’. ¿En qué consiste esta reducción?
¿En qué áreas tiene efectividad el sistema de detección de gasterópodos terrestres?
Este sistema de detección tiene grandes oportunidades de aplicación práctica en zonas geográficas que posean una climatología caracterizada por precipitaciones abundantes y alta humedad, como el norte de la Península Ibérica, Islas Británicas e Irlanda, países centroeuropeos, etc., donde la abundancia de gasterópodos terrestres llega a niveles muy elevados, capaces de ocasionar grandes daños a los cultivos.
Con respecto al tamaño (superficie) de la zona de cultivo que se puede monitorizar con los sensores, evidentemente ello depende de múltiples factores, lo que implica la necesidad de realizar un estudio previo para conocer las características de la zona de interés: en particular, es extremadamente importante determinar la uniformidad u homogeneidad de las condiciones ambientales del terreno que se quiere monitorizar, conocer las especies de gasterópodos terrestres que existen en la zona, su distribución espacial, si el terreno se dedica a un monocultivo o a cultivos diversos, etc.
Por último, este sistema es un claro ejemplo del uso de las Tecnologías de la Información y la Comunicación en el sector agrícola. ¿Cree que este campo tiene mucho camino que recorrer, con grandes posibilidades, en el mundo de la agricultura?
Sí, por supuesto, está claro que las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) cada vez están más presentes en el ámbito de la agricultura (agricultura de precisión, agricultura inteligente), pero todavía queda mucho que investigar y muchas herramientas que descubrir para sacarle a estas nuevas tecnologías todo el beneficio que pueden proporcionar al mundo agrícola. Cada vez se ve un mayor interés en las empresas dedicadas a las nuevas tecnologías por abrirse un nuevo campo en el tema de la agricultura y aportar soluciones tanto de control de plagas, como gestión eficiente de cultivos, sistemas de riego que optimicen el uso del agua, etc.