Pescado siempre fresco, cualquiera que sea su origen
El EPS (poliestireno expandido) es el material de envasado líder mundial para pescado y otros productos marinos en cualquier estación del año. El motivo es muy simple: no existe ningún otro que le iguale en prestaciones: alta capacidad aislante, resistencia a la humedad y capacidad de absorción de impactos entre otras. Además, el hecho de ser un envase monomaterial constituido en un 98% por aire, asegura una optimización máxima del uso de recursos naturales en su proceso de fabricación y reciclado.
Únicamente un envase que ofrezca una baja conductividad térmica permite satisfacer unas exigencias estrictas, tanto las derivadas de la normativa como las del punto de vista de la calidad y seguridad, a los que se someten los profesionales del sector alimentario en lo referente al control de temperatura de los productos que fabrican. El poder aislante del poliestireno expandido es muy elevado en relación con otros materiales de envasado convencionales, propiedad esencial para asegurar que no se rompa la cadena de frío del pescado o el marisco.
En la estabilidad térmica de los alimentos frescos pueden influir distintos factores como las operaciones de carga y descarga, el transporte a las áreas de almacenaje, al lugar de distribución y por último del centro logístico al punto de venta. Otros parámetros de incertidumbre que entran en juego son además la fiabilidad de los equipos de refrigeración en los almacenes, en los vehículos de transporte y en las cámaras del punto de venta. Por ello, la elección correcta del material del envase es crucial para asegurar la correcta conservación del pescado.
Este tipo de producto fresco inherentemente cuenta con un elevado porcentaje de agua, a lo que se debe sumar el hielo que se utiliza para asegurar su mantenimiento en una temperatura óptima que evite la proliferación bacteriana. El carácter no higroscópico del EPS, asegura que el pescado no se deteriore ni estropee por la pérdida de humedad. Además, el envasado en cajas de poliestireno expandido permite el contacto directo con el producto sin necesidad de interponer ningún tipo de elemento entre ambos (bolsas de plástico/separadores, etc.), gracias a su carácter higiénico.
Un aspecto fundamental de un envase es tener la suficiente capacidad de adaptación a las peculiaridades del producto. En el caso de los pescados y mariscos frescos, hay especies que precisan un agujero en la parte inferior de la caja y, en otros casos, necesitan una forma redondeada u ovalada. La gran versatilidad del EPS, por su capacidad de moldearse en todo tipo de volúmenes, permite que el envasado se amolde totalmente a las necesidades del producto.
Para garantizar el mantenimiento de la calidad del pescado, es fundamental que se establezcan regulaciones que lo verifiquen. A través de la prolija normativa de control y regulación de envases plásticos en contacto con alimentos en el ámbito europeo, se garantiza que los envases de poliestireno expandido no solo no presentan ningún impacto sobre la calidad del producto, sino que aseguran su conservación óptima frente al ataque de los diversos agentes ambientales. En el siguiente cuadro puede verse toda la normativa europea que aplica a los envases de EPS:
El material, completamente ensayado para comprobar que no presenta ningún tipo de migración respecto al producto específico que va a contener, se introduce en el mercado para un solo uso, por lo que tiene las garantías sanitarias originales de la fábrica; después se recicla al 100%. Se descartan así los posibles riesgos sanitarios que pueden tener la desinfección poco controlada en el caso de productos reutilizables
Por todas las propiedades expuestas con anterioridad, no es de extrañar que la caja de pescado de poliestireno expandido continúe líder en todos los mercados, mundiales, europeos y también nacionales. En el caso de España, aunque la crisis ha supuesto un descenso el ultimo año en la producción de cajas de EPS, es un mercado que se ha mantenido estable desde 2007 alrededor de las 12.000-13.000 toneladas, a las que hay que sumar las provenientes de la importación de productos marinos procedente de Europa.
La web www.fishboxes.info se recopila información de datos de mercado europeos y otros aspectos de interés este producto.
Aspectos ambientales
Dado el corto periodo de vida útil de un envase, necesariamente habrá que tener en cuenta su carga ambiental en la ecuación final para elegir el material más adecuado. Para ello, se analizarán factores como la energía y materia prima consumida durante su producción y los impactos ambientales que provoca (consumo de agua, sustancias contaminantes emitidas al suelo y/o aire, etc.), así como las opciones de reciclado o valorización existentes de sus residuos.
El compromiso del poliestireno expandido, no solo es con la garantía de calidad del producto envasado, sino que va más allá, asegurando una optimización máxima en el uso de recursos naturales en su producción y dando una solución al reciclado de la caja de pescado una vez finalizada su vida útil.
Un estudio de 2011 sobre el Análisis del Ciclo de Vida de la Caja de Pescado realizado por PWC Ecobilan compara el comportamiento de tres cajas de pescado de distintos materiales: EPS, polipropileno corrugado y cartón resistente al agua (usa datos de mercado francés, español y danés). El informe pone de manifiesto las ventajas en términos ambientales de la utilización de las cajas de poliestireno expandido teniendo en consideración el reciclado.
En el caso de los residuos de EPS, su ligereza y gran capacidad de adaptación han sido las dos características que han supuesto un reto en su gestión. Los residuos de envase y embalaje de EPS generalmente presentan un gran volumen y bajo peso, lo cual ha delimitado mucho su logística. Conscientes de esta peculiaridad del material, el sector ha centrado sus esfuerzos en lograr una gestión eficiente de sus residuos, identificando para ello varias opciones de reciclado: desde el mecánico para su posterior introducción en el proceso productivo de nuevo hasta la producción de nuevos materiales que sirven de materia prima para nuevos productos (por ejemplo, CD, perchas, etc.). Con ello, se elimina la fase de producción de materia prima, principal fuente de consumo de energía y recursos en la ciclo de vida de cualquier producto.
No hay que olvidar que los envases de EPS tienen una fracción mínima de materia prima (2%), siendo el 98% restante aire, minimizándose aún más por tanto la cantidad de recurso que se utiliza en su fabricación respecto a otros materiales de envase/embalaje. Gracias a su bajo peso, se consigue que el transporte de productos embalados con EPS sea más eficiente, minimizándose así las emisiones de CO2 derivadas de su logística.
En el ámbito de España, la industria transformadora de EPS ha desarrollado una iniciativa pionera: la constitución de una red de Centros ECO-EPS para la recogida, tratamiento y reintroducción de los residuos de EPS. Además, como soporte adicional a los Centros ECO-EPS, y con el fin de identificar a todos los agentes que tratan residuos de poliestireno expandido y el tratamiento que se les da, se está desarrollando una red de información pública donde se identifican todos los agentes que gestionan los residuos de EPS. Adicionalmente, la industria está comprometida con el desarrollo de proyectos e iniciativas de I+D que continúen mejorando los aspectos entorno al reciclado y las prestaciones del producto.
Una vez identificadas todas las propiedades del material en lo referente al envasado de productos marinos frescos y el marco legal que garantiza su calidad e idoneidad para esta aplicación, se puede entender más fácilmente el éxito de las cajas de pescado de EPS, como lo avala la estabilidad de su mercado a lo largo de los 10 últimos años. Por último y no menos importante, resaltar el compromiso de la industria con la sostenibilidad y la eficiencia en el uso de recursos a través de las iniciativas mencionadas anteriormente.