Mientras aumentan las emisiones de CO2 por el transporte en la UE, Suecia y Francia se decantan por las ecotasas en lugar de intercambio de cuotas
El último informe de la Agencia Europea del Medioambiente (EEA) con los datos de 2007 revelaba en mayo de 2009 que las emisiones de gases de efecto invernadero habían bajado un 9,3% respecto al año base de 1990. Si se tiene en cuenta que la reducción fijada en Kyoto para la UE era del 8% para el periodo 2008-2012 es una buena noticia, sin embargo, quedan fuera del promedio España y Grecia y los nuevos países incorporados hasta llegar a la UE 27. En el futuro, la UE se ha comprometido a reducir sus emisiones un 20% en 2020 respecto a 1990 para evitar que la temperatura media del planeta suba 2ºC. En este contexto, el dato negativo según la EEA es que han aumentado las emisiones del transporte internacional, aéreo y marítimo en un 6% para la UE-27, respecto a 1990. En el caso del transporte marítimo, la celebración del Día Marítimo Mundial ha llevado a la Cámara Naviera Internacional (ICS en sus siglas en inglés) a poner en marcha diferentes actuaciones para reducir las emisiones de CO2 producidas por los buques. Según, ANAVE (Asociación de Navieros Españoles) se están llevando a cabo acciones para reducir estas emisiones y en el sector existe un convencimiento de que es posible reducir las emisiones de CO2 por TN/Km entre un 15% y un 20% para 2020. A esta reducción puede contribuir de forma importante los desarrollos tecnológicos para optimizar el consumo de combustible, junto a nuevos carburantes y fuentes de energía alternativas.
Un importante aspecto de discusión en Europa con diferentes puntos de vista es el establecimiento de intercambios de cuotas con un mercado al respecto o la aplicación de tasas sobre el carburante se encuentra en discusión en los diferentes países. En el caso concreto de Suecia, la aplicación de una tasa sobre el transporte desde 1991 ha llevado a una reducción del 9% de los gases de efecto invernadero en esta país, mientras que el crecimiento económico fue del 48%. Por ello, como “la tasa no frena el crecimiento”, según el portavoz del ministerio sueco del medioambiente Mattias Johansson, en contra de lo que pensaban algunos escépticos y con ocasión de la toma de posesión de la presidencia de Suecia de la UE, el ministro de medio ambiente Andreas Calgren, trató de convencer a sus socios europeos de que a la hora de reducir las emisiones, “una tasa sobre el carbono es más eficaz que el sistema de intercambios de cuotas”.
En Suecia, los sucesivos aumentos de la tasa que en 1991 era de 27 € por TN de CO2 y hoy alcanza los 108 € ha llevado a una reducción de las emisiones de CO2 procedentes de los transportes, principalmente los particulares. Se debe tener también en cuenta que Suecia tiene una dependencia del petróleo menos acusada que otros países ya que la energía nuclear y las centrales hidroeléctricas producen casi la totalidad de la electricidad sueca. Además, junto a Finlandia es el país que utiliza más combustibles no fósiles como la biomasa forestal o de otros recursos renovables.
Aunque no se trata de una tasa europea lo cierto es que el ejemplo sueco está llevando a que otros países como Francia el anuncio de una tasa sobre el carbono de 17€ por TN, está llevando a un proyecto de ley de finanzas para 2010 para determinar el peso de la tasa de carbono sobre el transporte de mercancías y que ha sido presentado a las federaciones profesionales. La discusión se centra en el mecanismo de compensación que se debería crear por la tasa del carbono dentro de la denominada tasa general de actividades contaminantes que hasta ahora no se aplicaba sobre el transporte. Se trata de establecer el mecanismo de pagos por los diferentes usuarios del transporte.
En el caso de España, el anuncio del nuevo impuesto sobre la emisión de dióxido en Francia llevó a que José Luis Rodríguez Zapatero lo considerara una iniciativa interesante a tener en cuenta. Lo cierto es que España debe reducir sus emisiones en un 15% para cumplir con Kyoto.
