"Los aspectos de bioseguridad externa en una granja son fundamentales para evitar la transmisión del virus PRRS entre granjas"
Entrevista a Jordi Baliellas, veterinario del GSP Lleida y experto en sanidad porcina
¿Qué es el PRRS y cuáles son sus principales síntomas clínicos?
¿Qué cepa es Rosalía y cómo se diferencia de las demás? En este sentido, ¿qué otras cepas emergentes existen y cuál es su procedencia?
Gracias a los datos compartidos por los productores y veterinarios españoles de los brotes clínicos y su grado de virulencia se pueden tipificar las cepas emergentes de patogenicidad atípica. Hace ya decenas de años que se han publicado distintos artículos en referencia a cepas emergentes en prácticamente todos los continentes y el hecho que en España hayan aumentado los movimientos de importación de lechones de otros países hace que haya aumentado el riesgo de entrada de cepas emergentes.
La mayoría de las cepas que se detectan en animales importados no derivan a emergentes porque no tiene la capacidad de diseminarse de forma masiva, pero durante los últimos años se han tipificado dos cepas de probable origen importado, la anteriormente comentada cepa Rosalía y la cepa S10, ambas de probable origen italiano.
¿Cuál son las principales vías de transmisión en los cerdos?
El virus PRRS se puede transmitir por vía directa e indirecta. A nivel interno de granja las vías más frecuentes de contagio entre la misma población de animales es el contacto directo con secreciones corporales con presencia de virus como puede ser sangre, saliva, heces, etc. pero también será importante la transmisión relacionada con actividades humanas como el uso de la misma aguja entre cerdos virémicos y no virémicos, el compartir materiales entre distintos lotes, utilizar el mismo calzado sin limpiar y desinfectar entre grupos etc.
¿Cuáles son las herramientas de diagnóstico disponibles para identificar la presencia de PRRS en la granja?
La técnica clave en su detección es la polimerasa de reacción en cadena (PCR) que nos indica que se detecta la presencia del virus, aunque debemos tener en cuenta que en las granjas vacunadas con vacunas vivas atenuadas podemos tener PCR positivos por un período determinado después de la aplicación de la vacuna, para poder diferenciar el virus vacunal del virus campo disponemos de PCR específicas para algunas vacunas que lo diferencian o podemos utilizar la secuenciación para determinar si es virus campo o vacunal.
Disponemos también de técnicas ELISA que determinan la presencia de anticuerpos que se producen después del contacto con el virus. En granjas vacunadas con vacuna viva atenuada también se generan anticuerpos y la técnica ELISA no diferencia los anticuerpos específicos de las cepas vacunales con las del campo. La técnica ELISA será muy útil para monitorizar granjas libres de PRRS o para valorar la seronegativización de un grupo de animales.
¿Qué estrategias de prevención y control existen para identificar PRRS en una granja? ¿Hay alguna opción para inmunizar animales?
¿Cómo influye la genética de los cerdos en su susceptibilidad al PRRS y su capacidad de respuesta?
¿Cuáles son las medidas para prevenir la propagación a otras granjas?
A nivel de granja, el productor junto con el veterinario, son los responsables de desarrollar el programa de bioseguridad en una granja. Cada granja tiene ciertos condicionantes y por eso es importante diseñar en cada granja un programa de bioseguridad específico. Algunos de estos condicionantes pueden ser: el número de fases en la granja, el sistema de trabajo en bandas, la zona donde se ubica la granja y la capacidad en el control de suministros: reposición, semen, pienso, materiales.
A nivel de zona o región, si existen estructuras sanitarias organizadas como las Agrupaciones de Defensa Sanitaria (ADS) pueden implementarse herramientas que ayudan al programa de bioseguridad individual de granja como pueden ser la gestión de alertas, la elaboración de encuestas en cada granja por personal de la organización e informes de medidas correctoras según los resultados de las encuestas. Paralelamente, el hecho de compartir información y experiencias que son eficaces en la prevención y el control de la enfermedad también son uno de los objetivos en un grupo de trabajo.
Finalmente, a nivel de país, los nuevos requisitos en bioseguridad de las nuevas normativas son una ayuda clave en la mejora de bioseguridad de un país. Por ejemplo, el Real Decreto 306/2020 de normas básicas de ordenación de granjas porcinas intensivas va a exigir a partir de 01/01/2024 distintos aspectos de bioseguridad en prácticamente la totalidad de las granjas porcinas españolas.
¿Cuáles son las consecuencias económicas de un brote de PRRS en una granja?
¿Existen nuevas herramientas para el control de este síndrome?
¿Qué recomendación le darías a los productores de porcino para mantener a raya la enfermedad en sus granjas?
Disminuir los riesgos: tanto de introducción de una nueva cepa o de diseminación cuando ya se ha introducido en una población. Por ejemplo, el sistema de trabajo en bandas reduce los riesgos ya que se reduce la frecuencia de actividades como los movimientos de lechones o cerdas de desvieje con el riesgo que genera el acceso de vehículos de transporte.
Disminuir la presión de infección: a nivel regional: una mejor gestión de los movimientos de lechones virémicos a zonas de alto riesgo ayudan a disminuir la presión de infección de zona, y a nivel de granja: todas las acciones de bioseguridad interna (lotes, cambio de agujas, cambio de ropa, calzado y materiales por zonas, etc.) ayudan a disminuir los animales infectados de nuevo por las actividades habituales en granja en una población ya infectada.