Mecanizados Cas inaugura sus nuevas instalaciones
Una demanda creciente, la evidencia de las nuevas exigencias de los mercados y la competencia global y en definitiva el empuje de quien quiere seguir mejorando su posición y sus servicios a los clientes fueron los motores de la nueva planta de producción de Mecanizados Cas en la localidad asturiana de Avilés. Inaugurada el pasado 7 de julio oficialmente, la nueva fábrica cuenta con nuevos equipos que permitirán a la empresa seguir mecanizando una gran variedad de productos: “nuestro punto fuerte”, según explica Javier Bousoño, Gerente de la empresa.
Mecanizados Cas es una empresa familiar que tiene sus orígenes en el año 1967. Ha ido creciendo de forma continua con la intención de ofrecer cada vez un mejor servicio y calidad. Ya desde sus inicios, en poco más de 50 metros cuadrados, la empresa se dedicaba al mecanizado en general. Con el paso del tiempo, la empresa fue ampliando sus recursos humanos, logísticos y tecnológicos, pero siempre basándose en la misma actividad del mecanizado.
La nueva fábrica de Avilés es un paso más en la progresión de la compañía. Ha sido posible tras una inversión global que asciende a unos 5 millones de euros, sumando maquinaria e instalaciones. Se trata de una ampliación de sus capacidades en la que ha instalado nuevo equipamiento, que se verá complementado con otras máquinas en el futuro. En Mecanizados Cas, sin embargo, no descartan la posibilidad de trasladar a las nuevas instalaciones, de forma puntual, alguna máquina de las que disponen actualmente. Con el fin de poder mantener los requerimientos de calidad necesarios, los responsables de la empresa se decantaron finalmente por máquinas que dieran el perfil de precisión y de relación calidad-coste adecuado. Así lo demuestran la fresadora-mandrinadora Soraluce de 14 metros de mesa modelo FR 14000, con cambio automático de cabezales y de herramientas, el torno vertical Berthiez de 2200 de plato y el centro de mecanizado Mazak de cinco ejes y doble palet con cambio automático.
En la elección de las máquinas también hubo que tener en cuenta la diversidad de las piezas que se mecanizan. “No tenemos ningún tipo de pieza concreta -confirma Javier Bousoño-. Es más, la diversificación en las mismas es una de nuestros principales puntos fuertes a la hora de conseguir nuevos clientes. Algunos ejemplos de piezas que mecanizamos pueden ser cabezas de mandriles completas (tanto el núcleo como los segmentos), todo tipo de rodillos (engomados, rectificados, recargados, etc.), piñones y coronas rectas y helicoidales, tornillos sin-fin, cuchillas circulares y de tijera y una extensa familia de piezas destinadas a múltiples funciones de la industria en general”. Antes de la última inversión en la fábrica nueva, el parque de maquinaria estaba, lógicamente, dimensionado adecuadamente. En su taller se puede encontrar un importante número de rectificadoras cilíndricas y rectas que aportan una gran versatilidad para poder ofrecer productos acabados. También realizan reparaciones de reductores, prensas, cizallas y maquinaria en general.
Dispone de siete tornos, seis fresadoras, diez rectificadoras, un centro de mecanizado de cinco ejes, dos sierras, una mortajadora, una máquina de corte por hilo, una de electroerosión por penetración y una máquina Dea de medir por coordenadas. Todas ellas equipadas con CNC. Además, cuenta con una zona de ajuste, calderería y un amplio almacén de materiales.
Con las nuevas instalaciones llegan también nuevas inquietudes. “En la actualidad no disponemos de un departamento de ingeniería, aunque en un futuro a medio plazo estamos pensando en incorporarla también, aprovechando que en las nuevas sedes disponemos de más espacio. Nuestras expectativas pasan por realizar proyectos más grandes donde se realice tanto el diseño como la fabricación. Ahora mismo fabricamos bajo condiciones impuestas por planos y por el cliente, aunque a veces te toca hacer un poquito de investigación para saber realmente lo que quieren hacer”.
Es una empresa sin producto propio, suministradora de todo tipo de piezas para una gran diversidad de clientes provenientes de los sectores más diversos del mercado (siderurgia, minería, transportes, etc.). Otro de sus valores es su capacidad para dar una rápida respuesta en el mantenimiento de grandes empresas como es el caso de Aceralia, AZSA, Fertiberia, entre otras.
Pero la diversidad mantiene siempre un punto en común: la precisión. Por el tipo de piezas que realizan están obligados a fabricar con las mínimas tolerancias y con especificaciones muy severas. “Tenemos una cartera de clientes que exige una calidad de primerísimo nivel. Para ello estamos contamos con el certificado ISO 9001, gracias al cual hemos conseguido un sistema de calidad continua. Las máquinas que utilizamos son de un alto nivel tecnológico y pasan unos controles periódicos. Además una sala de verificación equipada con una máquina tridimensional es el último paso para todas las piezas que pasan por el taller antes de expediciones”.