Limpieza y mantenimiento del parquet

Para empezar, vamos a señalar que hablaremos de la limpieza de parquets barnizados, ya que los aceitados o encerados requieren otros cuidados que, aunque similares, tienen sus particularidades propias.

En segundo lugar, debemos distinguir entre un parquet que viene barnizado de fábrica –como son la mayoría de los parquets multicapa– de otro que se haya barnizado y acabado en obra. Para este último, atendiendo a las instrucciones o la ficha técnica del barniz utilizado, existe un margen de tiempo en el que el parquet no debería lavarse en húmedo. Un plazo que puede ser una semana o más, debido a que, aunque la mezcla del barniz ya ha endurecido, lo que llamamos la catalización de los componentes es progresiva y no adquiere su estado final hasta al cabo de un tiempo; así, durante este período, si el barniz aplicado no se mezcla con otros productos químicos –como jabones y demás–, se producirá una catalización más pura. Es como si, de alguna forma, el lavado contaminase la mezcla y pudiera mermar algunas prestaciones del acabado.

En cuanto a la limpieza en seco, todos los métodos son buenos, siempre que no sean agresivos. Cuando vemos un aspirador especial para parquet es porque las ruedas no lo rayarán y el cepillo es probablemente más suave para proteger de mejor manera el suelo. Barrer, aspirar, los robots de limpieza…, todos los métodos son buenos, cada uno con sus ventajas e inconvenientes.

Para la limpieza en húmedo, siempre más higiénica, es cuando, normalmente, surgen las dudas para el consumidor. La frecuencia con la que se debe realizar, la conveniencia de mojar mucho la madera o no, qué jabón usar, son algunas las dudas más habituales. Intentemos aclarar diferentes costumbres y usos:

• ¿Agua fría o caliente para fregar? Mi recomendación es que el agua fría surtirá mejor efecto, ya que el agua muy caliente se evapora antes y puede dejar restos de jabón aún no disuelto en el suelo, quedando un efecto de empañado de la madera.
• ¿Agua sola o con jabón? El agua sola para una primera limpieza, si el suelo está muy sucio, puede funcionar, aunque lo habitual será usar agua con jabón, ya que desinfecta al mismo tiempo que retira mejor las grasas acumuladas. Los jabones tienen unas moléculas en su composición que son tensioactivas, lo que quiere decir que atraen la suciedad y la confinan dentro de unas pequeñas burbujas que son arrastradas con el agua.
• ¿Es correcto el uso de vinagre en el agua? En poca cantidad, probablemente no afectará, pero, en grandes cantidades y a largo plazo, el vinagre sí afectará al parquet. Si bien es desinfectante y puede llegar a dar algo de brillo, tiene un ph muy ácido que, a la larga, deteriorará el suelo. Además, se debe evitar su contacto con suelos de piedra y metales, ya que los corroerá. Soy de la posición de que el vinagre, a la cocina.
• La lejía, si bien es un potente desinfectante, es, de nuevo, muy corrosiva; además de que emite vapores que pueden afectar a la salud, en el caso de inhalarlos frecuentemente. Además, puede decolorar la madera.
• Aplicar cera en un parquet barnizado crea una película superficial que puede hacer que brille más el suelo, pero, con el tiempo, se oscurece y atrae la suciedad. No quisiera descartar las ceras que se comercializan en el mercado, pero sí abundar en su uso comedido. Además, estas ceras pueden penetrar en la madera cuando la capa de barniz está desgastada –que es cuando más se usan para recuperar el brillo– lo que puede crear incompatibilidades en el caso de volver a barnizar con determinados productos, incluso en forma de repulsión entre la cera y el barniz, quedando cercos sin cubrir con el nuevo barniz.

El mejor producto para fregar con agua es un buen jabón. Y de estos hay varios tipos:

• Jabones o limpiadores con bioalcohol. Son desinfectantes, se disuelven y se evaporan rápidamente y son respetuosos con el medio ambiente, al ser ecológicos, ya que no contienen cloro ni amoníaco, lo que los hace ideales para personas con alergias o problemas de respiración.
• Jabones tensioactivos. Lo que hacen estos jabones es ayudar a disolver o emulsionar las sustancias insolubles en el agua.
• Jabones neutros. Son aquellos que tienen un ph o grado de acidez similar a la piel humana, con lo que, al contacto, son totalmente inocuos para la piel así como para otros materiales.
• Jabones antiestáticos. Muy utilizados, sobre todo en pavimentos resilientes como las tarimas de composite o los suelos laminados, su particularidad es que se disuelven en agua con una mezcla mucho menos diluida que otros jabones, para que, una vez fregado, quede una fina capa superficial, normalmente incolora, que es conductora eléctrica; de este modo, reducen la fricción con el suelo y descargan a su través las pequeñas cargas electrostáticas que producimos al caminar o con la fricción con la ropa. Muy recomendados para estos pavimentos en ambientes muy secos, eso sí, si se diluyen con agua de lluvia –en el caso de las terrazas– o con fregados alternos con otros jabones, su efecto puede quedar diluido.

En ocasiones, oiremos que se ha de fregar con dos cubos. No es una costumbre, a mi entender, que esté aquí extendida, pero sí tiene su lógica. En el primer cubo tendremos el agua con jabón y, en el segundo, agua limpia. La fregona se introduce en el primer cubo y se friega; a continuación, se enjuaga en el segundo cubo. De esta forma, la fregona sucia no entra normalmente en el cubo con jabón y, únicamente, iremos cambiando la del segundo cubo para que, de esta forma, el cubo con agua jabonosa esté siempre más o menos limpio.

La frecuencia de limpieza dependerá del uso. Yo solo querría indicar que una humectación intensa y frecuente puede derivar en el ennegrecido de las juntas del parquet, si bien una inexistencia de limpieza en húmedo también hará que la madera se pueda resecar, ya que es un material higroscópico y que necesita algo de humedad para mantenerse como nueva.

A partir de aquí, solo quedará disfrutar del parquet.