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Afrontar la jubilación sin miedo

Ricard Agustín, fundador de Family Business Solutions y consultor de empresas familiares12/09/2018
Ricard Agustín, especialista en empresas familiares
Ricard Agustín, especialista en empresas familiares.
La jubilación supone siempre un punto de inflexión en la vida de una persona. Es natural tener miedo a salir del mundo laboral y a cambiar la rutina diaria, sobre todo cuando en nuestra sociedad todavía persiste la creencia de que dejar de trabajar significa dejar de ser útil. En concreto, en las empresas familiares esta idea ha calado mucho y suele costar más que en otras compañías encontrar el momento de salir del negocio, ya que significa dejar una empresa a la que se le ha dedicado casi toda una vida de trabajo y en la que parte del equipo suele estar formado por miembros de la familia.
En algunos casos, este miedo a la jubilación lleva al fundador o fundadores del negocio a retrasar sine die su jubilación, con todas las dificultades que esto entraña para el relevo generacional. De hecho, se pueden llegar a dar algunos casos en los que nos encontramos con tres generaciones que conviven en el negocio de manera que los abuelos no han sabido o no han querido encontrar el momento para jubilarse y dejar de mandar; los padres nunca han podido dirigir el negocio; y, los hijos, ya muy formados y con experiencia profesional, presionan para empezar a tomar las riendas del negocio. Si hemos llegado a una situación tan compleja como la del ejemplo anterior es, en buena parte, por el miedo de la primera generación a la jubilación y por la incapacidad de aceptar que ha llegado el momento de pasar el testigo a los sucesores.

Riesgos de retrasar en exceso el momento de la jubilación

En las empresas familiares la voluntad es, por definición, que la siguiente generación tomes las riendas del negocio y le de continuidad cuando la anterior generación se jubile. Y si bien es cierto que un período de cohabitación y de convivencia entre las distintas generaciones puede ser positivo, porque permite realizar el relevo generacional de manera paulatina y realizando un acompañamiento de la nueva generación, cuando llega el momento, la generación saliente debe saber dar el paso y jubilarse a tiempo del negocio. En caso contrario, seguir en el negocio cuando ya no es el momento, entraña ciertos riesgos para la continuidad de la empresa familiar.

Por un lado, supone un freno para el cambio, ya que es probable que alguien que se encuentra en las puertas de la jubilación deje de arriesgarse y de innovar. Hoy en día, en este cambio de época que nos ha tocado vivir, si queremos hacer frente a nuestros competidores no podemos permitirnos el lujo de ‘no hacer nada’, debemos buscar el progreso y la mejora continuamente.

Por otro, la primera generación, con en el afán de sentir que sigue estando al mando, y especialmente cuando no haya confianza en los sucesores, no delegará en ellos, probablemente autoengañándose, diciéndose que la nueva generación todavía no dispone de las capacidades o del espíritu emprendedor necesario para ello. Esto va a impedir que el relevo generacional sea paulatino y que la nueva generación asuma la dirección de la empresa familiar con el acompañamiento necesario, poniendo en riesgo la continuidad del negocio.

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Motivos que hacen retrasar sine die la jubilación en la empresa familiar

De entre las razones más habituales que explican el retraso sine die de la jubilación, destacan las siguientes:

  • La generación saliente piensa que ‘será eterna’ y no ve la necesidad de salir de la empresa familiar. Esto es bastante frecuente en gente muy emprendedora.
  • Ignorar que, desde la jubilación, que idealmente debe ser gradual, se puede seguir aportando valor y dando soporte a los que nos han relevado en la gestión del día a día del negocio.
  • Falta de confianza (o percepción de confianza) en la generación entrante, por lo que no se delega en ella.
  • No tener hobbies o aficiones ajenas al negocio, ya que el trabajo es y ha sido siempre el centro de su vida.
  • Carecer de un círculo de amigos fuera del entorno laboral.
  • No disponer de órganos de gobierno (principalmente un Consejo de Familia y un Consejo de Administración) que permitan el reparto de roles entre la generación entrante y la saliente.
  • No tener asegurado el respaldo económico tras la jubilación y necesitar seguir trabajando para mantener el nivel de vida y el estatus social.

Aprender a jubilarse sin miedo

En estos procesos de cambio de liderazgo, para sobrellevar mejor el miedo a la jubilación, es conveniente contar con apoyo externo que ayude a preparar la sucesión. Si se planifica bien el relevo generacional, se ayudará a la generación entrante a asumir sus nuevas funciones y a la generación saliente a encontrar otras maneras de aportar valor a la empresa familiar, por ejemplo, a través de los órganos de gobierno (principalmente el Consejo de Administración y el Consejo de Familia), centrándose en temas estratégicos y desvinculándose paulatinamente de día a día del negocio, lo que permitirá que la nueva generación asuma este rol, facilitando así el relevo generacional y la jubilación.
Si se planifica bien el relevo generacional, se ayudará a la generación entrante a asumir sus nuevas funciones y a la generación saliente a encontrar otras maneras de aportar valor a la empresa familiar

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