Recomendaciones para evitar los problemas de estrés por calor en las granjas ovinas
El estrés por calor es el conjunto de cambios fisiológicos que se desencadenan en los animales sometidos a altas temperaturas, que han excedido su capacidad para disipar el calor. En el caso del ovino, cuando se ve sometido a temperaturas por encima de su rango de bienestar térmico, puede llegar a responder mediante mecanismos compensadores como la evaporización respiratoria y cutánea, pero cuando estos mecanismos son insuficientes, la temperatura corporal aumenta produciendo hipertermia o estrés térmico. Así, lo destaca la Organización de Productores de Leche de Oveja de Castilla y León (Opecyl).
La organización destaca la importancia de utilizar un transporte adecuado en vehículos específicamente preparados y que cumplan la legislación ya que, en caso contrario, pueden llegar a ser causa también de estrés por calor.
Lote de ovejas lecheras en una explotación ganadera.
La dieta que se proporcione a los animales ha de generar poco calor. “En contra de lo que pueda parecer, el consumo de cereales les proporciona la energía suficiente para mantener la temperatura corporal, mientras que el consumo de forrajes de baja calidad obliga al organismo a realizar un esfuerzo mayor para cubrir las necesidades energéticas de cada animal”, señala la organización.
Para evitar cualquiera de los problemas derivados del estrés por calor, desde la Organización de Productores de Leche de Oveja de Castilla y León se recomiendan las siguientes medidas:
- El fácil acceso al agua para evitar la deshidratación y, por tanto, aliviar el aumento de temperatura de los animales.
- Disponer de zonas con sombra en la explotación.
- Elegir la raza adecuada según la zona.
- Recurrir a suplementos vitamínico-minerales en las épocas más calurosas.
- Aportar los alimentos al final de la tarde.
- Adecuar las instalaciones para mantener las naves ventiladas.