Estrategia de vacunación contra la peste de los pequeños rumiantes en zonas de orografía montañosa
Casi el 30% de los hogares en Afganistán poseen cabras y ovejas. Los animales son fuentes de alimentos y de ingresos para las familias. Cualquier amenaza a estos animales puede ser devastadora para las familias de ganaderos y poner en riesgo la seguridad alimentaria de las comunidades dependientes del pastoreo.
Hasta la fecha, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) ha vacunado 12 millones de ovejas y cabras contra la peste de los pequeños rumiantes. Combatir enfermedades no es una tarea fácil en un país con una orografía montañosa a menudo inaccesible, fronteras internacionales porosas y una población rural en gran parte analfabeta. El personal de la FAO y más de 1.000 trabajadores comunitarios de sanidad animal llevaron a cabo controles de rutina, vacunas y crearon conciencia sobre la prevención de enfermedades animales contagiosas a través del tratamiento temprano y mediante la creación de puestos de divulgación en los mercados locales de animales en todo el país, y la publicación de folletos ilustrados dirigidos a agricultores que no saben leer.
Los productores también recibieron información sobre cuándo y dónde podían obtener medicamentos, y durante el proceso sus animales fueron vacunados contra la peste de los pequeños rumiantes. Los trabajadores de salud animal también emitieron tarjetas de vacunación para cada animal, detallando el historial de vacunas. La mayor parte de los ganaderos, que al principio eran reacios a la vacunación, finalmente se han convencido de las ventajas de la vacunación.
La FAO también restauró y equipó el laboratorio central de diagnóstico del ganado en Kabul, la capital de Afganistán, con equipos de última generación, un laboratorio de formación, capacidad de almacenamiento para 10 millones de dosis de vacunas y un equipo de profesionales que pueden diagnosticar rápidamente la enfermedad.