Medidas sanitarias y de manejo para evitar la difusión de la agalaxia contagiosa en una ganadería
Christian de la Fe, catedrático de Sanidad Animal de la Universidad de Murcia, presentó en una reunión celebrada la pasada semana en Zamora los resultados de la evaluación del Programa de Control de Agalaxia Contagiosa en Castilla y León, que fue pionero en España y motivó la aprobación de un plan nacional. “La inversión en mejora sanitaria en las explotaciones ganaderas es imprescindible para aumentar la competitividad productiva, facilitar los canales comerciales y lograr la apertura de mercados”, según destaca la Consejería de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural de la Junta de Castilla y León, promotora del encuentro, en concreto el Servicio de Sanidad Animal, con Olga Mínguez al frente.
En esta reunión, De la Fe señaló las medidas sanitarias y de manejo que se deben implementar en las explotaciones afectadas, que son las siguientes:
- Mejora de bioseguridad de las explotaciones a través de un programa integral que incluya protocolos de limpieza y desinfección de la explotación, adaptados a cada aptitud productiva. En explotaciones extensivas o semiextensivas, el programa tendrá en cuenta las vías de transmisión indirecta.
- Cuarentena de todos los animales (particularmente sementales) que se introduzcan en la explotación, realizando al menos un análisis para la detección de portadores antes de su incorporación al rebaño.
- Separación y aislamiento específico y efectivo de los animales positivos y con sintomatología clínica. Aunque los animales positivos podrán permanecer en la explotación hasta su sacrificio, que debe realizarse lo antes posible, se establecerá un plan de desvieje precoz de los animales con sintomatología clínica.
- Recomendar la puesta en marcha de un sistema de diagnóstico de mamitis clínicas con medidas específicas de manejo en estos casos (ordeño en último lugar), valorando la eliminación de los animales positivos a algún agente asociado a la agalaxia contagiosa.
Un 68,34% de las explotaciones adheridas al programa de Castilla y León fueron regativas a todas las pruebas, no detectando por tanto ni micoplasma en excreción de leche ni portadores inaparentes.