La ganadería de montaña fija la población y mejora la economía de la zona
La ganadería de montaña es un sector que contribuye a fijar la población y mejorar la economía de la zona, además de que ayuda a mantener el paisaje y colabora en la lucha contra incendios pero requiere que los gobiernos tengan "las ideas muy claras" del territorio por el que hay que apostar.
El presidente del Colegio de Ingenieros Técnicos Agrícolas de España, Javier Lorén, clausuró la jornada técnica "Ganadería de Montaña y Despoblación" organizada por este organismo y el de Aragón con motivo de la Feria Internacional de Producción Animal que se celebra en Zaragoza.
Aunque la agricultura de regadío también es un elemento sustentador de la población, Lorén incidió en que lo que hay que poner en valor es la agricultura de montaña, porque además de servir para fijar población y generar economía, ayuda también a mantener "esos paisajes con unas características concretas que de desaparecer la agricultura o ganadería de montaña, también desaparecerían".
En la prevención de incendios, este ingeniero técnico agrícola recordó que la mejor lucha es el trabajo preventivo y para ello, "el que puede realizar el ganado en las masas forestales o en los prados es importantísimo".
Lorén es partidario de potenciar esta "ético-ganadería" porque aunque desde un punto de vista competitivo es más costoso generar un kilo de carne, también ayuda a que haya población.
Ganado bovino, ovino y caprino serían los tres tipos de ganadería que más posibilidades tienen en este tipo de medio porque se adaptan mejor, mientras que otro tipo como el porcino se adapta mejor a la producción intensiva.
Según Lorén, las políticas agrarias de la UE ya están tratando de incentivar a este tipo de ganadería y los gobiernos de cada país también tendrán que hacer más esfuerzos pero "lo que pediría -ha reclamado- es que tengan las ideas muy claras de dónde consideran que hay que mantener núcleos de población".
Y es que, "no todos, ni en montaña ni en el llano, van a tener futuro, porque hay poblaciones con veinte habitantes de más de 70 años que difícilmente tendrán posibilidades".
"Se tiene que hacer un esfuerzo en buscar qué poblaciones pueden tener futuro y apostar por ello con inversiones para que la gente, los ganaderos y quienes viven allí tengan acceso a interne o, buenas carreteras, y eso requiere un esfuerzo", advirtió.
En Aragón, los Pirineos y la serranía de Teruel, territorios que se encuentran a cierta altitud, serían los que, a juicio de Lorén, se tendrían que desarrollar, pero siempre que en un radio de entre 50 y 80 kilómetros los ganaderos dispongan de servicios porque si no, se van a ir.
En la jornada se abordó la visión desde el punto de vista institucional, a cargo del comisionado del Gobierno de Aragón para la despoblación, Javier Allué; de la Universidad, con el profesor Chaime Marcuello, y el trabajo que está desarrollando la Asociación para el desarrollo de la Serranía Celtibérica y que ha expuesto la investigadora de análisis geográficos y demográficos en este territorio, María Pilar Burillo.
El papel de los ganados bovino y ovino en las zonas de montaña y la población desde la perspectiva de la comunicación fueron otros de los aspectos que se debatieron durante esta jornada.
