Patología abortiva: Diagnóstico, etimología y evolución (Aragón 1998-2017)
PRIMERA SESIÓN / Seminario sobre Control de Abortos (MSD Animal HEALH)
TERESA NAVARRO. DVM - ECSRHM Resident.
La patología abortiva no es algo nuevo. Sin embargo, a pesar de todo el tiempo que se ha trabajado en ella, continúan los problemas para su control. Sigue generando dudas y problemas para su diagnóstico.
Se ha realizado un estudio únicamente con datos microbiológicos recabados en Aragón, pero agrupando 19 años de seguimiento con un total de 13.774 muestras que proceden de 6.113 brotes, lo que supone una base de trabajo muy amplia. Son muestras de ovino y caprino, aunque la mayor parte es ovino. No se han incluido serologías y se han excluido algunos agentes como el border o la neospora, porque no se miraban de forma rutinaria. La valoración de los datos siempre es sobre brotes abortivos, por lo que no se incluyen datos de analíticas individuales de abortos, sino que siempre se ha trabajado con brotes clínicos. Dependiendo de cada explotación, son granjas que suben del 3% o 4% en el porcentaje de abortos, porcentaje hasta el que se puede considerar una situación normal.
PROCESO DIAGNÓSTICO
El proceso diagnóstico empieza por una visita a la explotación, se recaba toda la información posible, se toman muestras y se remiten al laboratorio. A partir de estas muestras, se obtienen unos resultados que se interpretarán posteriormente. Se trata de llegar de la granja al diagnóstico final. Sin embargo, la manera en la que se realicen cada uno de esos pasos intermedios es determinante para la calidad de los resultados. Obviando el análisis que se hace en la explotación, que a veces resulta complicado determinar el número de ovejas que han abortado, la siguiente fase sería la toma de muestras. Las muestras que se tomen van a determinar si se tienen más o menos probabilidades de encontrar un diagnóstico. A veces no se pueden tomar las muestras que se quieren, sino las que están disponibles en ese momento. Cuantas más muestras mejor, pero hemos observado que en ovino aumenta la probabilidad del diagnóstico si aumenta el número de muestras. Sin embargo, en el caprino no es así. Una de las posibles hipótesis es que en caprino tienen más peso los abortos no infecciosos.
Si se obtiene un resultado negativo, el veterinario debe plantearse si se fía de ese resultado. Hay varias opciones. Una de ellas es que sea un resultado negativo porque realmente no hay ningún germen que esté causando el brote, sino que se trata de abortos no infecciosos, que pueden ser carenciales, tóxicos, estrés... También puede ser que la muestra esté mal tomada o mal conservada, puede ser que el animal esté ya tratado o que el germen que causa los problemas no esté incluido en el panel de diagnóstico que se esté utilizando. Este último ejemplo se ve muy claro cuando se analizan los casos de coxiella y toxoplasma en Aragón, porque parece que el toxoplasma aparece de la nada en Aragón en el año 2001, pero lo que ocurre es que se introduce el PCR como diagnóstico en los laboratorios, por lo que hasta ese momento se diagnosticaba con histopatología. Con el PCR se localizan mejor los resultados. En el caso de coxiella, es similar. Por lo tanto, estamos a merced de las pruebas diagnósticas. En ovino, de todas las muestras que se toman se consigue un diagnóstico positivo en el 72% de los casos, mientras que en caprino no se consigue en cerca de la mitad.
En el caso de los resultados positivos, se pueden analizar los gérmenes implicados en nuestro periodo de estudio. La mayor parte de los abortos se reparten entre cuatro agentes. Así, las clamidias significan el 57%, después están coxiella (8%), salmonella (8%) y toxoplasma (3%). Además, el 6% son combinaciones de clamidias y coxiella. La brucelosis es minoritaria. Son datos de presencia en los brotes abortivos, pero no la causa de los abortos. Si se separa por especies, se observan diferencias en el caso de las clamidias, que estuvieron involucradas en el 72% de los casos de los abortos en ovino y en caprino se queda en el 47%. En coxiella, se observa que tiene un peso especial en el caprino, ya que llega hasta el 35%. Por lo que respecta a salmonella, curiosamente no se encuentra en caprino.
El resultado puede ser de un aislamiento puro. Incluso con estos diagnósticos claros se debe dudar, o al menos deben ser sometidos a interpretación. En este sentido, se ha realizado un estudio en el que se analiza la excreción de clamidias, enfrentando datos de histología con datos de PCR. Se observa que hay una serie de animales que excretan clamidias, pero en los que no se ve ningún tipo de lesión en histología. El estudio realiza un corte para que pueda considerarse como aborto clamidial. Los técnicos no se deben conformar con un positivo, porque se trabaja con gérmenes ubicuos y técnicas sensibles. Por lo tanto, se deben interpretar los resultados, incluso en los abortos puros.
En el caso de los brotes mixtos, que significa que se encuentren varios gérmenes en el brote, se puede encontrar un rebaño que tenga antecedentes de abortos por salmonella, se tomen nuevas muestras y den resultados de abortos por clamidias o coxiella por hisopo vaginal, que implica que se subestimen algunos agentes. En la muestra de placenta, se encuentran coxiella y toxoplasma. Y en otras muestras, están clamidias, coxiella y toxoplasma. Y en la última de ella, se encuentran clamidias. Se trata de resultados del mismo brote en una explotación real. Lo que debe hacerse es intentar aumentar el número de muestras, intentar apoyarse en otras herramientas e intentar cuadrar con la historia clínica. Afortunadamente, se está trabajando en este aspecto. Así, un equipo francés, que trabaja en fiebre Q, diseña un árbol de decisiones para interpretar los resultados. Ante un brote de abortos, por ejemplo, si dos de tres muestras son positivas a coxiella, lo más probable es que sea un aborto por coxiella. Si de las tres, sólo una es fuertemente positiva, hay que apoyarse en muestras serológicas y buscar al menos el 50%. Si no sale ninguna, se tiene que buscar otro germen.
En Canadá también se está trabajando en este aspecto, enfrentando el diagnóstico histológico con PCR. Se hace frente a coxiella y clamidia, porque son prevalentes y la excreción persiste durante muchos días. En el caso de coxiella, se observa que las muestras que el patólogo diagnostica como abortos por coxiella, se corresponde con los resultados del PCR. Sin embargo, en el caso de los abortos por clamidias, un 89% tiene una excreción considerable de coxiella. Lo mismo ocurre con el toxoplasma. Por lo tanto, no hay que centrarse únicamente en el examen microbiológico. Si el germen no se corresponde con un daño y una lesión, pueden faltar indicios. Las PCR son muy sensibles y se debe tener cuidado en su interpretación.
Hemos observado que hay unos agentes que tienen más predisposición que otros a ser diagnosticados en solitario. Las clamidias suelen aparecer en brotes en solitario en un 78%, mientras que el resto de agentes se encuentran más o menos por la mitad.
EVOLUCIÓN DE LOS DATOS
La clamidia es la más destacada durante todos los años. Los causados por campilobacter son más o menos estables, mientras que los de brucelosis están sometidos a una campaña de saneamiento, por lo que baja mucho y desaparece en 2008. En el resto de agentes, excepto dos picos importantes de coxiella, están bastante estables entre el 6% y el 20%.
Analizando algunos germenes, la brucelosis comenzó con un 12% en 1997 y en poco tiempo, baja y desaparece, debido a las campañas de erradicación.
En el caso del toxoplasma, se encuentra bastante estable, alrededor del 10% en función de las zonas.
En salmonella, que es posiblemente la gran olvidada, tiene una ligera evolución al alza, por lo que hay que mantener una precaución.
Por lo que respecta a coxiella, se confirman las impresiones generales. Está subiendo en los últimos años, ya que empezó con el 11% en 1997 y llegó después la influencia por el cambio de técnicas diagnósticas, por lo que en la actualidad está cerca del 20%.
En el caso de las clamidias, va en descenso porque los ganaderos son capaces de adecuar el manejo en la granja y las pautas preventivas funcionan. Se ha bajado nueve puntos porcentuales en últimos veinte años.
Por su parte, las tendencias estacionales confirman lo que dice la bibliografía. En invierno sube el toxoplasma, porque los animales están más tiempo estabulados y pasan más tiempo con el hospedador, que es el gato. En primavera y otoño suben las clamidias. Una posible implicación es que hay una mayor implicación de corderas de primer parto en esas parideras más grandes. En verano sube la coxiella, porque hay más polvo y favorece su contagio.
CONCLUSIONES
Se avanza en el diagnóstico de abortos y en el conocimiento de los gérmenes, además de funcionar las campañas de saneamiento. Sin embargo, se debe tener cuidado con el diagnóstico porque se sigue teniendo problemas en los casos mixtos, que son bastante complicados, por lo que hay que ser rigurosos en la interpretación y realizar un análisis exhaustivo de los datos.