Claves para un correcto diagnóstico en el caso de la brucelosis ovina y caprina
La brucelosis es una enfermedad infecciosa causada por bacterias encuadradas taxonómicamente en el Género Brucella. De acuerdo con el ‘Manual de Pruebas de Diagnóstico y Vacunas de la OIE’, clínicamente, la enfermedad se caracteriza por uno o más de los síntomas siguientes: aborto, retención de placenta, orquitis, epididimitis y, raramente artritis, con excreción de los microorganismos en las descargas uterinas y en la leche.
El diagnóstico depende del aislamiento de Brucella del material infeccioso de los abortos, de las secreciones de la ubre y de tejidos analizados post-mortem, según recuerda el Ministerio de Agricultura en un informe sobre el diagnóstico de la enfermedad.
En las campañas oficiales de erradicación se realiza un diagnóstico preliminar determinando la respuesta serológica frente a los antígenos de Brucella. Cuando la prevalencia es muy baja en una región, el aislamiento y caracterización taxonómica, de biovariedades y de secuenciación, constituyen una herramienta epidemiológica de gran valor. Igualmente, los presuntos falsos reaccionantes positivos en zonas libres han de investigarse en profundidad.
El diagnóstico de la brucelosis debe siempre centrarse en la unidad epidemiológica, que debe ser el referente en la planificación de las labores de diagnóstico. El diagnóstico etiológico de la enfermedad permite confirmar la infección, aunque debido a su limitada sensibilidad el resultado negativo no permite excluir la presencia de la infección en la unidad epidemiológica.