La emisión mundial de CO2 se puede ver disminuida gracias a los edificios inteligentes
Los edificios inteligentes aumentan su valor maximizando eficiencia, confort y productividad
Se estima que alrededor de un 40% de las emisiones mundiales de CO2 provienen de los edificios y más de un 30% de la energía que les llega se desperdicia, y las personas pasan en ellos en torno a un 90% del tiempo. Con estos datos sobre la mesa, los edificios del futuro tienen que ser edificios inteligentes, que a su vez cuenten con una infraestructura digital y electrificada, con el objetivo de que sea más sostenible, resiliente, eficiente y se ponga a disposición de las necesidades de las personas que lo habitan. Esto último, se traduce también en unos edificios inteligentes, pero también saludables.
Para alcanzar el objetivo de contar con un parque de edificios inteligentes, estos deben contar con una plataforma colaborativa conectada (IoT) que permita conectar de forma segura elementos como el hardware, software y servicios a una red troncal IP Ethernet.
Soluciones de conectividad para edificios inteligentes
La transformación hacia los edificios inteligentes debe apoyarse en soluciones que sean de carácter abierto, para adaptarse al nivel de cualquier usuario. La integración de los sistemas hardware, software y subsistemas tiene que ser fácil y accesible. Los habitantes de los edificios inteligentes tendrán acceso a experiencias personalizadas, que serán capaces de prever averías y lograr también una mayor eficiencia energética gracias a la planificación de uso de los espacios. La conectividad de los edificios inteligentes no debe dejar a un lado la seguridad. Una mayor conectividad conlleva un mayor riesgo y exposición de los sistemas.
La eficiencia de los edificios inteligentes se tiene que sustentar en soluciones como las plataformas de control EcoStruxure Building, sensores y termostatos inteligentes, room controllers o incluso válvulas y actuadores conectados. Un conjunto de soluciones que colaboran para maximizar la eficiencia de los edificios inteligentes.
Estos avances en la tecnología y contar con dispositivos compatibles con la conectividad que proporciona el IoT, hace que los propietarios y habitantes de los edificios inteligentes puedan emplear el Big Data y la Inteligencia Artificial para una optimización de los propios edificios. Logrando disminuir los costes operativos del edificio, aumentar la productividad con una mejor gestión de los espacios y, a su vez, los habitantes de los edificios inteligentes mejorarán su eficiencia operativa y su experiencia en ellos.
Los edificios inteligentes no pueden descuidar la salud de sus ocupantes
Diversos estudios apuntan que los edificios inteligentes, que a su vez también son saludables, tienen un impacto positivo en el bienestar y la productividad de las personas que los habitan. La conectividad que proporcionan los edificios inteligentes permite monitorizar elementos que pueden afectar a la salud de los ocupantes, y saber en todo momento la calidad del aire del edificio, condiciones ambientales como la temperatura o la humedad, e incluso conocer si hay compuestos orgánicos volátiles en el ambiente y qué cantidad de ocupación hay en cada parte del edificio.
Que un edificio sea inteligente y saludable a la vez proporciona en el caso de las oficinas ventajas como que se disminuyen 3,5 días la baja por enfermedad por cada empleado. Además, en aspectos de rentabilidad, el potencial de alquiler de la infraestructura aumenta un 20%.
Situaciones como la pandemia mundial que se ha vivido por la COVID-19 ha puesto sobre la mesa la necesidad de que los edificios inteligentes además también sean saludables. Soluciones como la plataforma EcoStruxure Building o la EcoStruxure Connected Room Solution colaboran para lograr el objetivo de obtener un edificio saludable. Las métricas que proporcionan los edificios inteligentes como el control de calidad del aire o la humedad óptima con estas soluciones pueden supervisarse de forma activa y al momento. Esto permite que el gestor pueda distribuir y adaptar las condiciones de confort (temperatura y humedad) en función de los datos que está obteniendo al momento. Incluso el control que proporcionan los edificios inteligentes, gracias a los sistemas de gestión de edificios (BMS), podrían tener un papel fundamental en la identificación de las amenazas de enfermedades infecciosas o la reducción de los riesgos de transmisión.