Preocupación en Países Bajos por un brote de enfermedad en salud humana relacionada con granjas de cabras
Las personas que viven cerca de granjas de cabras tienen entre un 20% y un 55% más de riesgo de desarrollar neumonía, dice Dick Heederik, un experto en riesgo de enfermedades de humanos y animales de la Universidad de Utrecht. Cuanto más cerca de la granja de cabras, mayor es el riesgo, agrega: “El análisis indica que el mayor riesgo se observa en un radio de 1 a 1,5 kilómetros”. Los efectos varían, algunas personas no presentan síntomas y otras desarrollan fiebre, escalofríos, fatiga y dolor muscular.
Tener un segundo riesgo de enfermedad zoonótica relacionado con las cabras es, según dicen los productores, frustrante, confuso y estresante. El brote de fiebre Q siguió a un período de rápido crecimiento en la industria lechera de cabras en los Países Bajos y sus secuelas aumentaron las tensiones en torno a las amenazas de enfermedades zoonóticas, especialmente en el sur del país, donde se encontró el mayor número de granjas de cabras y tasas de infección.
Los investigadores holandeses continúan investigando el vínculo de la neumonía. Jos Tolboom, quien preside el departamento de cabras en el sindicato de agricultores holandés, la Asociación de Agricultura y Horticultura de los Países Bajos (LTO), sostiene que debido a que aún no existe un vínculo causal definido entre las cabras y un mayor riesgo de neumonía, otros factores podrían estar en juego. “Podría ser que desde el brote de fiebre Q las personas que viven cerca de granjas de cabras sean más rápidas en acudir al médico”, dice.
Para la investigadora Johanna van der Giessen, una causa zoonótica es plausible. “Ahora estamos buscando una causa y dado que no hay fiebre Q y no hay tanta evidencia de que esté relacionada con las partículas finas de polvo, nuestra hipótesis es que podría tratarse de una nueva enfermedad zoonótica, pero realmente no lo sabemos”, dice ella.