Un estudio revela que los secadores de manos contaminan el aire de los baños públicos
20 de noviembre de 2014
Según un estudio reciente, los secadores de aire caliente y de chorro de aire pueden proyectar las bacterias por el aire, a los usuarios y a las personas que se encuentren cerca.
El estudio, concebido por el especialista en microbiología médica profesor Mark Wilcox, de la University of Leeds y Leeds Teaching Hospitals, y financiado por el ETS, compara métodos diferentes de secado de manos y el riesgo de dispersar bacterias de las manos al aire. Según la investigación, los secadores de chorro de aire son los que esparcen más gotas de agua que contienen bacterias, y también los que más lejos las dispersan. Además, estas bacterias permanecen en el aire durante un tiempo considerable después de que el secador haya parado.
El estudio, que ha sido revisado por otros expertos, se ha publicado en el Journal of Hospital Infection. El trabajo se presentó ante un auditorio de expertos internacionales, como epidemiólogos, microbiólogos, profesionales de la sanidad pública y directores de equipos de prevención y control de infecciones, en el congreso internacional de la Healthcare Infection Society (HIS) que se celebró en la ciudad francesa de Lyon del 16 al 18 de noviembre de 2014.
El control de infecciones en los espacios públicos y sobre todo en los baños es también una prioridad para los gobiernos y los expertos en salud pública. Los casos de propagación de infecciones en centros hospitalarios no dejan de poblar las páginas de los medios europeos. El hecho de que los secadores de aire caliente y de chorro de aire dispersen microbios en los baños suscita serias dudas sobre las políticas que se están siguiendo para evitar infecciones en hospitales y otros lugares públicos. El estudio dirigido por el profesor Wilcox demuestra que, al secarse las manos con toallitas de papel de un solo uso, hay menos riesgo de contaminación microbiana por el aire. “Cada vez hacemos más hincapié en la necesidad de lavarse las manos para controlar la propagación de las infecciones, pero no hemos pensado lo suficiente en la mejor manera de secárselas. La mejor manera no solo significa la más cómoda. Secarse las manos con aparatos eléctricos conlleva el riesgo de dispersar microbios en los baños, lo que evidentemente no es deseable si lo que intentamos es limitar la propagación de bacterias o virus de una persona a otra.”