La importancia de acompañar y educar en el uso de la tecnología
Desde la cooperativa de telefonía e internet consciente 'Somos Conexión' celebran el compromiso por parte de la administración por proteger a los menores en la red, pero, del mismo modo, recuerdan que “no se trata de delegar el trabajo educativo a una aplicación”.
“Debemos entender que las aplicaciones son un apoyo, una herramienta que puede ser útil para los adultos, y que es necesario, siempre que sea posible, explorar todos los recursos al alcance de las familias antes de recurrir a una aplicación de control parental. Preferiblemente, es prioritario apostar por acompañar y educar en el uso de la tecnología”, afirma Mercè Botella, psicóloga social y cofundadora de Somos Conexión.
En este sentido, la experta alerta sobre el peligro que conlleva optar únicamente por el uso de las herramientas de control parental, pues se puede caer en dar un mensaje contradictorio: “la tecnología se puede hacer cargo de lo que debería hacer yo”. Según indican desde la cooperativa, “eso es especialmente peligroso en una etapa vital en la que es muy importante que los niños y adolescentes reciban atención y se sientan escuchados y acompañados”.
Las aplicaciones de control parental por sí solas no ayudan a proteger a los niños
Botella no pretende poner en duda la utilidad de estas aplicaciones, pero expresa la necesidad de darles un enfoque adecuado y responsable.
En el momento de poner límites, detalla la experta, lo fundamental es compartir con los hijos los motivos y objetos de la decisión, para que así puedan entenderlo como una decisión conjunta por su bien: “sin escondernos ni utilizarlo como elemento de control y vigilancia, sino hacerlo entender como una herramienta aceptada por parte de los hijos y que nos ayudará a avanzar en el descubrimiento del uso de los móviles. Además, es recomendable utilizarlo de manera acordada con el/la menor. Mientras no nos podemos autorregular, hay que considerar elementos externos que nos ayuden”.
“Prohibir o limitar antes de poner a debate con los niños y jóvenes el uso de la herramienta, nos hace perder oportunidades de aprendizaje para todos”, asegura Botella, quien recuerda que hacer uso del control parental no debe ser sinónimo de eximir a los padres de este proceso de diálogo con sus hijos para que entiendan los riesgos del uso de los móviles e Internet.
“Si controlamos o miramos el móvil a escondidas, si no damos feedback, también estamos reforzando que ellas se escondan, busquen maneras de escapar del control, y que sientan que desconfiamos de ellos. Cabe recordar que no estamos vigilando a nuestros hijos, les estamos acompañando y ayudando para que puedan convertirse en personas adultas con criterio propio, y así se lo tenemos que explicar”, concluye.