Aprender se convierte en un ‘juego’ gracias al uso de drones
El uso de la robótica en clase permite captar la atención y curiosidad de los alumnos más fácilmente, y utilizar sus propios intereses y motivaciones, para mejorar su rendimiento académico.
Estamos en un momento de cambio en el ámbito educativo en el que cada vez más las nuevas tecnologías van tomando peso como una herramienta educativa más. Una muestra de ello es que cada vez encontramos más colegios que apuestan por una nueva metodología a la hora de enseñar que permite motivar a los alumnos y hacer que su proceso de aprendizaje sea más dinámico y participativo.
Uno de los nuevos recursos educativos que se han introducido en las aulas son los drones, que toman ahora el protagonismo que en el pasado lo hicieron los ordenadores, las pizarras digitales o las tabletas.
Los centros escolares se han dado cuenta de las múltiples posibilidades que ofrecen estos pequeños robots. Con ayuda de estos aparatos, los profesores enseñan de una forma diferente y los niños prestan más atención pues aprender ahora se convierte en un juego.
Gracias a ellos se puede aprender los siguientes conceptos en una enseñanza a adaptada a la innovación y las nuevas tecnologías: matemáticas y trigonometría, diseño, tecnología y electrónica; topografía y geografía; programación y robótica; y el trabajo en equipo.
Para los profesores, el uso de drones puede ser una herramienta más confortable para enseñar programación, mecánica, matemáticas y ciencia que herramientas actuales.
Como explican desde DeflyDrone, organización que ofrece formación en pilotaje y kits con los componentes necesarios para montar drones en los talleres que ofrece, el uso de la robótica o los drones como herramientas formativas, en un programa educativo bien estructurado, ha permitido a los profesores contar con una serie de ventajas:
- Inspiración y retención de la atención. El uso de la robótica en clase, permite captar la atención y curiosidad de los alumnos más fácilmente, y utilizar sus propios intereses y motivaciones, para mejorar su rendimiento académico. Sin esta motivación y pasión adicional del alumno, éste hubiera llegado más difícilmente a adquirir y retener el mismo nivel de conocimientos. El factor sorpresa de los robots voladores dentro del aula facilita a los profesores transmitir unos conocimientos deseados.
- Adquisición de conocimientos tecnológicos y competencias básicas. Conocimientos de programación y mecánica básica van a estar muy pronto presentes dentro del currículum de los colegios. Para los profesores, el uso de drones puede ser una herramienta más confortable para enseñar programación, mecánica, matemáticas y ciencia que herramientas actuales. Existen varias apps para ello o modificaciones de Scratch, y distintos modelos de drones, incluso no voladores como Sphero o Jumping Sumo. Se pueden crear competiciones y retos de programación de drones, para que los alumnos programen misiones automáticas de sus drones, mientras aprenden el código de programación y trabajan en equipo. Se establecen circuitos a sortear y superar por equipos con distintos drones. La primera vez no saldrá, pero los alumnos vuelven a modificar el código tantas veces como sea necesario hasta superar el circuito. Lo mejor, es que cada equipo ha realizado un programa distinto para superar el mismo reto. Después, se pone toda esta información en común para facilitar el aprendizaje y superar retos más difíciles.
- Redefinición del método educativo curricular. La introducción de la robótica, los drones y el sistema educativo STEAM (Science, Technology, Engineering and Math) implica la redefinición del currículo y la manera de enseñar, como en su día lo fue la introducción de la informática o más recientemente las tabletas en el aula. Los drones no solo pueden cambiar la manera de enseñar, sino que van a cambiar algunos conceptos de nuestras vidas: mensajería, soporte y rescate, fotografía, video, aficiones, social, geografía, cartografía, 3D mapping, carreras… A los estudiantes se les puede retar con una situación de emergencias real (como una inundación, incendio o terremoto), una gestión medioambiental, o una gestión económica/social de un evento. También pueden ser proactivos y plantear ellos mismos esta situación. A partir de este desafío, los alumnos deben innovar en la búsqueda de una solución cómo los drones pueden ayudar a aliviar el problema. Los alumnos buscan un problema que puede ser real en el mundo, aprenden de esta materia, procesan toda la información, buscan una solución, y finalmente redactan, sintetizan y exponen toda la situación. Como conclusión a este trabajo, y a sus conocimientos de la normativa en el uso de drones y su tecnología, se les puede hacer reflexionar de todas las soluciones planteadas son posibles, o que les falta para ello.
A los estudiantes se les puede retar con una situación de emergencias real (como una inundación, incendio o terremoto), una gestión medioambiental, o una gestión económica/social de un evento.
Buena acogida por parte de los alumnos
Son considerables los departamentos de ciencias y tecnología de centros escolares en España que están incluyendo en sus programas lectivos el empleo de la robótica y los drones con fines educativos.
Es el caso, entre muchos otros, de Brains International Schools, que desde hace varios meses ha empezado a impartir clases con drones para que los alumnos estén al tanto de las aplicaciones y usos de las nuevas tecnologías.
“La innovación es una de las piezas clave de la enseñanza del futuro. Tiene que ser una prioridad para los profesores usar unas herramientas adaptadas al presente y no al pasado”, afirma David Gómez, coordinador del departamento de Innovación de Brains International Schools. “A nivel práctico en el aula, los drones son una herramienta muy bien percibida por los alumnos con la que podemos profundizar en el conocimiento de los componentes de la aeronave, potencia de vuelo y maniobrabilidad, mecánica, matemáticas, aerodinámica, electrónica, comunicaciones, trigonometría y un largo etcétera”, explica.
No es el único ejemplo. 350 estudiantes de la comunidad de Aragón participan durante este año en un curso pionero con drones para mapear edificaciones históricas.
El programa es impulsado por el Instituto de Biocomputación y Física de la Universidad de Zaragoza (BIFI) y el Departamento de Educación conocido como ‘Drones y Mazmorras’. Y tiene el objetivo de que los alumnos conozcan la historia de castillos aragoneses con el uso de vehículos aéreos. Durante el curso, los participantes toman fotografías aéreas de diferentes estructuras y tratarán esas imágenes para crear maquetas que puedan construirse usando impresoras 3D.
El proyecto se realiza de enero a diciembre de este año 2017 con la colaboración de diversas empresas que proveerán el equipo, incluyendo los drones. La primera fase ha consistido en enseñar a alumnos y profesores sobre el uso de los vehículos aéreos, captura y tratamiento de imágenes, así como el manejo de impresoras 3D y cortadoras láser. Posteriormente, en marzo y abril los participantes se desplazaron a los castillos, dejando la captura de imágenes aéreas a un responsable del BIFI con licencia de vuelo. La exposición de las maquetas finales está prevista para el mes de diciembre.
El Programa ‘Drones y Mazmorras’ tiene el objetivo de que los alumnos conozcan la historia de castillos aragoneses con el uso de vehículos aéreos.