“Abogamos por la concienciación de ejercer un liderazgo: liderar centros, equipos, familias y comunidades para transformarlos y empoderarlos”
En griego Axia (αξία) significa valor, interpretado en este caso como el reconocimiento del mérito, el honor y la dignidad de un trabajo como el de director de centro escolar. La asociación de directivos de la educación pública de Catalunya, Axia, aboga desde hace casi dos décadas por la profesionalización y dignificación de esta profesión, básica para alcanzar un sistema educativo público de calidad. Con su presidenta, Isabel Sánchez, hablamos de su actividad, centrada sobre todo en la formación de los directivos y de la interlocución con la Administración.
Axia nació en 1999 durante una reunión de directores donde se debatía la importancia de la función directiva y la necesidad de crear un órgano de defensa de la profesión independiente a la administración educativa. “La cultura de los centros públicos por aquel entonces era que todos los profesores tenían que pasar por dirección de forma rotatoria y así a todos les tocaba ser director una vez. Eso provocaba la pérdida de talento, porque cada vez que un profesor asumía el cargo tenía que volver a empezar de cero y toda la experiencia adquirida desaparecía. Esto es de una ineficiencia increíble porque así se van una cantidad de recursos ingente”, nos cuenta Isabel Sánchez.
Recibir una formación específica para dirigir centros es básico, una necesidad de primer orden en el sistema básico. Pero a pesar de esto, en la formación de magisterio no hay asignaturas ni especialización. “Solo se forman específicamente los profesores que son conscientes de su necesidad”, explica la presidenta de Axia. Actualmente, en Catalunya, centros como la Universitat de Barcelona, la Autònoma y la Fundació Martí l’Humà ofrecen estudios de posgrado especializados en dirección de centros educativos. También, desde Axia se ofrece el ‘Título de experto universitario en liderazgo y dirección escolar’ en colaboración con Blanquerna. El curso cuenta con 11 módulos que se pueden cursar por separado, y que se completan con un trabajo final. Actualmente, con la LEC (Llei d’Educació de Catalunya) se contempla que para acceder a dirección es necesaria una formación inicial, con un mínimo de 120 horas y para la LOMCE es obligatorio a partir de 2018. “Afortunadamente mucha gente ha tomado consciencia y se está formando. Hay esta necesidad y esta sensibilización actualmente. Pero también es cierto que a las direcciones de centro también llega gente sin preparación”, explica Isabel Sánchez. Porque dirigir un centro “no es solo es representar, abrir y cerrar, gestionar las bajas de los profesores y hacer horarios. Estamos hablando de gestión de recursos públicos, recursos que deben verse invertidos en el beneficio de los alumnos. Este concepto comprende un cambio de cultura y un cambio de mirada respecto a la escuela pública del ‘entre todos lo haremos todo’, o el ‘todo es gratis’. Tomemos consciencia de lo que realmente cuesta la escolarización”.
Liderazgo educativo
“Nosotros abogamos por la concienciación de ejercer un liderazgo: liderar centros, equipos, familias y comunidades para transformarlos y empoderarlos”. Se ha hablado mucho del modelo finlandés e Isabel nos confirma que es un referente por muchas causas. Axia organizó un viaje a Finlandia la primavera pasada e Isabel tuvo la oportunidad de hacer una sesión de trabajo con el fundador del Instituto Nacional de Liderazgo Educativo de la Universidad de Jyväskylä. “Me contaban que en Finlandia hicieron el gran cambio en 1993, pasando de un sistema ‘top-down’ a dar todo el poder a los centros y a las municipalidades tras recibir el encargo del presidente de Finlandia. Se parte de la base que las decisiones se deben tomar desde los centros, dándole toda la importancia a la proximidad porque cada territorio es diferente, y, por tanto, al frente de los centros deben haber responsables que estén preparados y concienciados que ellos están construyendo el futuro de su país”. A partir de aquí, se diseñaron planes de formación y el modelo directivo profesional que necesitaban los centros educativos del país siguiendo esta visión. “Su ley de educación tiene solo diez hojas y lo único que garantiza es que es gratuita para todos, comida incluida, es universal y obligatoria de los 7 a los 16 años”. A partir de aquí buscaron directores con los perfiles necesarios, definieron sus competencias y perfil profesional y diseñaron el currículo de esta formación en función de lo que necesitaban, de cómo debían ser estas personas. “No es un camino de hoy para mañana ni fácil, pero en Finlandia son conscientes de que su principal riqueza son las personas. Cuando un niño nace, se le proporciona un ‘coach’ a la familia hasta la edad escolar para garantizar que tenga una buena crianza. En lugar de que Servicios Sociales le pague una ayuda o prestación, lo que se hace es un acompañamiento. No es necesario copiar este modelo sino reflejarnos en él y adaptar algunas cosas”, explica Isabel Sánchez.
Y para la dirección óptima del centro es imprescindible una buena formación, un liderazgo y una actitud personal. “Las batallas del día a día no nos deben vencer. Si tienes que coger la manguera y apagar un incendio es que no eres un buen director. Un buen director es el que no es necesario que esté en la escuela para que todo funcione. Cuando empieza el fuego, debes tener clarísimo quien debe ‘apagarlo’ y que todo funcione automáticamente. Debes pensar siempre un poco más allá, hasta dos años más allá. No hay nada peor que un director que dice ‘trabajo de director’. Un director deber ‘ser director’, igual que un maestro es maestro, no ‘trabaja de maestro’. Hay un valor añadido importantísimo y fundamental que es la actitud, la visión de cuál es tu papel en la organización. Del mismo modo, debes identificar las capacidades de tu equipo, porque no todo el mundo vale para liderar los equipos. Cuando el director diseña la estructura organizativa es muy importante definir los nodos de la red interna”.
Pero ¿es posible, ley en mano, definir todos estos papeles? “Precisamente, la normativa que tenemos ahora en este momento en Catalunya, la LEC, fue una de las leyes más posibilitadoras. El problema es que no se ha desplegado al 100%”. Con el famoso ‘Decreto de plantillas’, la intención de la LEC era permitir que los centros educativos definieran perfiles de puestos de trabajo de acuerdo con el proyecto educativo, y que fueran los centros que seleccionaran esas personas de acuerdo a unas capacidades y competencias. “En mi opinión, el problema es que no se puede lanzar algo tan potente en manos de gente que no sabe hacerlo y para eso se necesita formación. Cuando defino un perfil específico de un puesto de trabajo, por ejemplo, si necesito un especialista en TAC, no quiero un simple coordinador de informática; quiero una persona que dinamice a todo el claustro e impulse el uso de las tecnologías en los procesos de educación y aprendizaje. Que no tenga un certificado que sabe usar, sino que tenga esta visión desde un punto de vista pedagógico y didáctico. Debo saber definir este perfil y también cómo haré la selección de estas personas. Debo saber hacer esta entrevista y tener formación en gestión de recursos humanos para la selección. El problema es que se dejó en manos de gente sin formación y se desvirtuó el decreto. La gestión de personal no es la gestión de las altas y las bajas; esto lo hace el departamento administrativo”. Isabel Sánchez también explica que en el posgrado de Axia hay un módulo específico de gestión de personal. “Como directora, una vez por curso, me siento con el personal para hablar de cómo le va el proyecto que se había propuesto, si es necesario reconducir, etc. Si queremos que el sistema funcione, la dirección es imprescindible, una dirección preparada para gestionar lo que tenemos entre manos. Yo creo que esto es el futuro del país, es fundamental”, concluye.
Marketing en los centros educativos
Conseguir tener las aulas llenas de alumnos es uno de los objetivos de los centros educativos, tanto públicos como privados. Y cada vez más escuelas ven la necesidad de aplicar técnicas propias del marketing empresarial en sus centros para, no solo buscar nuevos estudiantes, sino también mostrar una buena imagen del centro. “El tema del marketing y la comunicación parece ser un tema tabú para los centros públicos, pero evidentemente es una necesidad y aunque muchos no lo reconozcan, ya se está haciendo. Al fin y al cabo las escuelas necesitan ‘clientes’; y sin niños, el centro no tiene ninguna razón de ser”. Por ello, el posgrado de Axia de dirección de centros dedica uno de los módulos principales a la comunicación y el marketing escolar y ayudan a los centros a preparar sus jornadas de puertas abiertas junto con Educaweb. “Cuando imparto cursos de proyectos de dirección y planificación estratégica pido a los asistentes que piensen los objetivos que se plantean y que quieren conseguir y cuál es la visión de la empresa. Cuando me dicen que eso no es una empresa, siempre les digo que los centros educativos son empresas de servicios cuyos clientes se llaman alumnos; que gestionamos recursos y que tenemos objetivos. O lo entendemos así y somos responsables de hacer una gestión eficiente y eficaz de nuestros recursos públicos o ‘apaga y vámonos’”, explica Sánchez.
El mejor ejemplo de la aplicación del marketing en un centro escolar es la propia escuela que dirige Isabel Sánchez. La Rius i Taulet es la escuela que más inmigración tiene de todo el barrio de Gràcia de Barcelona. A causa de unas obras realizadas en el centro, en 2009 descendió mucho el número de matriculaciones y toda la matrícula viva llegó a Rius i Taulet. “Llegamos al 20% de alumnos inmigrantes y, a pesar de tener unos resultados académicos por encima de la media, la escuela empezó a tener mala fama a través del boca a boca”.
Cuando Isabel asumió la dirección del centro, su primer objetivo fue darle la vuelta a la situación y convertir la escuela en referente en el barrio: “No se trataba de renegar de lo que teníamos sino transformar la situación en otra realidad”. El cambio pasaba por llenar las matrículas a principios de curso “sin importarnos los orígenes de los alumnos”, porque es problemática la llegada de alumnos de matrícula viva a lo largo del año. “En un año llegaron hasta 18 nuevos alumnos”. Con los cursos llenos desde septiembre “los profesores trabajan en mejores condiciones y los alumnos aprovechan mejor la continuidad de los procesos de aprendizaje sin verse afectados por los continuos cambios”. Afortunadamente, el pasado curso se empezó a dar la vuelta a la situación y se llenó P3. “Además, más de 50% de estos alumnos había asistido a guardería, que ayuda a trabajar mejor a los profesores”.
En gran parte, el cambio se ha ido produciendo por la estrategia de marketing del centro, comenzando por el cambio de modelo en las jornadas de puertas abiertas y mejorando la comunicación y la proyección de la imagen del centro. En cuanto a las puertas abiertas, “las organizamos de manera totalmente diferente para que las familias interesadas conocieran bien la escuela. Por ejemplo, no hicimos ninguna presentación en power point, cosa que los padres nos agradecieron mucho”. Durante cuatro jornadas, y coincidiendo con el horario escolar, las familias pudieron conocer este centro con una larga trayectoria histórica. Fundada en 1957, Rius i Taulet albergó la primera escuela de adultos de la Ciudad Condal. Parte importante de este primer contacto con las familias era recabar información y pedir opinión sobre la enseñanza. “Les dábamos una cartulina donde escribir cinco cosas que ellos consideraran esenciales como elementos de calidad en una escuela y que les hiciera tomar la decisión de llevar ahí a sus hijos. Mientras se visitaba la escuela se explicaba el proyecto educativo sobre la marcha. Después se reunían a los padres en una sala de actos donde responder sus dudas. También se pasó una encuesta sobre la visita donde se preguntaba cómo nos habían conocido. Estos cuestionarios nos aportan una información increíble sobre los intereses de las familias que nos visitaron y mayoritariamente nos habían conocido por el boca a boca. Para nosotros esto es muy importante porque de la mala fama de la escuela a que nos quisieran venir a conocer porque han tenido buenas referencias, es un salto cualitativo”.
Para Isabel es esencial recibir la valoración a través de encuestas de satisfacción. “Necesitamos saber cómo enfocar nuestro proyecto en base a esta información”. Y también señala que es importante “explicar nuestra visión de futuro sobre el terreno, porque no nos tenemos que esconder de nada. En las visitas a la escuela explicamos los puntos a favor del centro, como su situación privilegiada, en plena Plaça Lesseps, y su luminosidad, y también las cosas a mejorar, como el patio, en el que estamos ya trabajando. Ponemos en valor lo que tenemos, esto es marketing puro y duro, pero también los posibles defectos, porque así puedes actuar para mejorarlos”.
Innovación y tecnología
La innovación en la educación y en la gestión de los centros es otro punto esencial para Axia, sobre todo quién y cómo la lidera dentro del centro. Incluso, su último congreso, celebrado en febrero de este año, se tituló, ‘Dirección de la innovación, innovación de la dirección’. “Se deben detectar las necesidades de cambio, trazar un plan de mejora, implementación, revisión, y una vez implementado en el centro, entonces ya podemos decir que hemos innovado, pero todo tiene un proceso que es resultado de una política educativa. Para Axia está muy claro: el papel del equipo directivo es fundamental para que tire adelante la innovación. Puede salir de una iniciativa, de propuestas de maestros que detecten la necesidad de innovar, evidentemente, pero la innovación debe ser desde el centro, debe tener una transcendencia más allá de lo que es un aula e impregnar el sentido y el proyecto de la escuela. Hay que ver que sea realmente necesaria, bien planificada y bien estructurada para poder revisar, evaluar y modificar sobre la marcha”.
En cuanto a la tecnología, la presidenta de Axia considera que “es un factor fundamental pero no es el único que hay. Afortunadamente, ahora ya sabemos que la tecnología es una herramienta más, muy potente, pero una herramienta al fin y al cabo. El objetivo no es la tecnología, el objetivo es el aprendizaje, con los medios que sean, porque durante años se pensó que solo había innovación si había tecnología y puede haber innovación sin tecnología”.
Sobre las corrientes educativas que plantean la educación sin tecnología, Isabel opina que “es un absurdo, porque la tecnología es un instrumento más que posibilita muchas cosas, que acerca al alumno al mundo y lo estimula, fomenta su atención y concentración. Tiene muchísimas posibilidades y vivir de espaldas a esto es un absurdo en el momento en el que estamos viviendo. Es impensable que un niño no sepa utilizar las herramientas tecnológicas en su día a día. Por tanto, es un tema de necesidad de alfabetización porque si no estás sentenciando a esta criatura a vivir fuera del mundo real, como si viviera en una burbuja”.
Y el día a día del uso de la tecnología en clase también plantea problemas. “No siempre tenemos la conectividad que necesitamos. Tenemos una pequeña aula de informática, pero también ordenadores portátiles en las aulas (no uno por niño) y tabletas. Pero tenemos un problema, que es que si están funcionando los 50 ordenadores a la vez, tenemos problemas de conexión”. Y como no, el problema del reciclaje del profesorado, que a diferencia de sus alumnos, no son nativos digitales. “Los profesores también debemos estar preparados para usar las nuevas tecnologías, porque los alumnos a menudo te superan en conocimientos. Nos hemos tenido que reciclar, hacer cursos que a menudo quedaban obsoletos, etc.”.
La educación de aquí 10 años
Le pedimos a Isabel Sánchez que nos dijera como cree y como quiere que sea el modelo educativo de aquí 10 años:
“Confío que la educación evolucionará en la medida que seamos capaces de definir el modelo de sociedad que queremos. Como no lo tenemos definido, vamos dando palos de ciego y la educación, como consecuencia, también va dando palos de ciego. Tanta reforma educativa es consecuencia de esta incertidumbre y el no saber qué es lo que queremos exactamente. Por tanto, confío que de aquí 10 años haya realmente un consenso generalizado de cuál es la sociedad que queremos. Creo que es de los primeros proyectos que se deberían llevar a cabo en los parlamentos y en los espacios de representación y participación democrática. Espero que una vez definido este modelo, la educación no continúe siendo moneda de cambio política. Después de 35 años de maestra y 20 años de directora creo que hay esta necesidad de ponernos todos de acuerdo de hacia dónde queremos ir y qué queremos ser cuando seamos mayores, y en función de esto nos pondremos de acuerdo sobre qué oportunidades damos a los chicos y chicas para que puedan ser partícipes de este modelo de sociedad.
La educación debe participar de este cambio continuo de la sociedad y sobre todo la administración debe dejar ir el estribo y dejar que los centros crezcan por sí solos y que sean capaces de atender a las realidades y necesidades y que realmente la administración confíe en los centros y que todo se base en una cuestión de confianza, cada uno en su papel”.