El BYOD en el aula está cambiando la forma de enseñar
La primera 'aula invertida' tuvo lugar en el instituto Woodlank Park de Colorado 10 años atrás. Jon Bergmann y Aaron Sams, dos profesores de química que querían pasar más tiempo con cada estudiante y desarrollar una mejor interacción en clase, fueron los primeros en poner en práctica estas técnicas. Desde entonces, el concepto se ha vuelto popular en todo el mundo.
BYOD en el aula
‘Disculpe, ¿puedo usar mi teléfono?’ Esta es una pregunta que los maestros oyen a menudo en clase. Actualmente el uso BYOD (Bring Your Own Device) de smartphones y tabletas debe tenerse en cuenta ya que puede contribuir al contenido relacionado con el curso. Le corresponde a la escuela moderar y establecer reglas previas sobre los contenidos digitales compartidos por los estudiantes, pero los centros tienen claro que las políticas BYOD facilitan que cada uno pueda contribuir al esfuerzo del equipo y así aumentar su motivación e interés ante el curso. El profesor de matemáticas francés Christophe Le Guelvouit, por ejemplo, decidió promover la visualización de vídeos en sus smartphones. El plan de trabajo indicaba qué video debía verse para estudiar un tema en particular, lo que permite que cada estudiante avance a su propio ritmo ofreciendo la oportunidad de continuar desde casa.
Paralelamente, la posibilidad de trabajar en un aula invertida puede mejorar significativamente la colaboración entre los estudiantes y cada día hay más soluciones tecnológicas que responden a esta reciente tendencia. Los sistemas de presentación inalámbricos, por ejemplo, permiten conectar varios dispositivos móviles a la pantalla general del aula para compartir contenido y dirigir actividades de grupo.
Control y buen uso
Las reglas de las escuelas deben ser evaluadas y replanteadas, dando la oportunidad de implementar la filosofía de BYOD en las aulas. El smartphone resulta ser una herramienta de aprendizaje útil siempre que se lleve a cabo con su uso regulado por el profesor.
Para aumentar la interactividad entre los estudiantes se construye un aula invertida alrededor del concepto de colaboración, favoreciendo el trabajo en grupo. En este tipo de aulas es donde la aplicación de las tecnologías colaborativas integradas puede demostrar todo su potencial. Desde intercambio en tiempo real, interacción, compartir contenidos de todas las fuentes y formatos, discusión del trabajo desde los terminales móviles de los estudiantes o control absoluto de las presentaciones y los contenidos.
La importancia de disponer de un buen equipo
Si queremos vincular los sistemas de visualización de la clase a los dispositivos utilizados por los estudiantes sin preocuparnos por los cables u otras conexiones, se requiere un sistema de presentación inalámbrico. Un buen ejemplo lo encontramos en las aulas de la escuela secundaria Ptech en las cercanías de Nueva York. Su diseño fue establecido como un espacio de colaboración para una sala de reuniones o de trabajo colaborativo de una empresa. La sala se compone de cuatro a cinco sub espacios, todos equipados con una gran pantalla, colocada delante de una mesa alrededor de la cual se sientan los estudiantes y colaboran con los proyectos en grupos pequeños. Todos ellos pueden conectar sus dispositivos periféricos (computadoras, tabletas, smartphones) a la pantalla a través de su sistema de presentación inalámbrica, lo que permite a los maestros moverse de mesa en mesa y trabajar con el grupo o individualmente con cada estudiante. Los estudiantes son los protagonistas de sus proyectos, aprendiendo a guiarlos interactuando los unos con otros.
En un aula invertida, los alumnos deben estar más involucrados, dentro de un entorno donde el contenido del curso debe construir y guiar su camino de aprendizaje. En ese sentido, las tecnologías móviles y colaborativas apoyan la autonomía de los estudiantes y refuerzan la noción de trabajo colaborativo, que es exactamente en lo que esta pedagogía activa basa su ideología. Proporcionar una mejor experiencia educativa con herramientas digitales está influyendo positivamente en el desarrollo del estudiante y la motivación en el aula.