Entrevista a Miguel Ángel Guardeño, director de la Línea de Negocio de Software Empresarial Sage de Grupo Solitium
Hablamos con Miguel Ángel Guardeño, director de la línea de negocio de software empresarial de Grupo Solitium, que comercializa e implanta en nuestro país soluciones ERP de Sage. Guardeño, que cuenta con más de veinte años de experiencia en software empresarial, captación de nuevo negocio y alianzas, estrategia de ventas e implantación de software, nos recuerda la necesidad de que las empresas actualicen su ERP con la entrada de vigor de la ley Antifraude o la ley Crea y Crece. Repasamos con Miguel Ángel los principales retos que suponen estos cambios legislativos y le pedimos algunos consejos para compañías que estén pensando implantar un nuevo ERP.
Grupo Solitium ha hecho una gran apuesta por incorporar el software empresarial dentro de su porfolio de productos y servicios. ¿Qué lugar ocupa dentro de su catálogo de soluciones?
Tenemos claro que el software empresarial es la columna vertebral de la pyme. Por eso mismo, con el objetivo de ofrecer un servicio 360 al cliente, Grupo Solitium, a través de su estrategia de crecimiento, incorporó hace dos años al mayor partner de Sage en España, Control Group, que cuenta con un equipo de 150 profesionales dedicados en exclusiva a la implantación de software ERP, con más de 40 años de experiencia y más de 4.500 clientes en suscripción activa. En definitiva, hoy el software empresarial es una pieza clave dentro de nuestro catálogo.
Nos encontramos en un contexto de cambios en materia legislativa. Podríamos mencionar la ley Antifraude o la ley Crea y Crece, entre ellos. ¿Qué retos plantean estos cambios?
Antes de julio de 2024, toda pyme debe estar preparada para los cambios que van a introducir ambas normativas. Se trata de cambios en la organización del día a día de la empresa; pensemos en el flujo de información o los sistemas informáticos.
Los aspectos clave de ambas normativas son, entre otros, la lucha contra el fraude fiscal, la protección al consumidor o la lucha contra la morosidad. Sin embargo, el más importante de los aspectos comunes dentro del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia es la digitalización de la pyme.
Por otro lado, no sólo supone un cambio de software. Hay que cambiar también la forma de trabajar y de relacionarnos con nuestros clientes.
Para las compañías que nos lean, ¿les podría indicar algunas de las exigencias que plantean? Y, lo más importante, ¿cuáles son las consecuencias de no cumplir con estas leyes?
La ley Antifraude obligará a las empresas a utilizar programas que impidan la manipulación de facturas y permitan su trazabilidad. Además, tendrán que estar capacitadas para enviar registros de facturas a la AEAT. A su vez las empresas desarrolladoras no podrán comercializar software que no esté certificado.
Por otro lado, la ley Crea y Crece obligará a facturar electrónicamente tanto a las empresas como a los autónomos. No se podrán eliminar ni modificar facturas y deberán añadir código QR y huella en factura. También han de estar preparadas para comunicar con AEAT automáticamente o a petición, controlar y comunicar estados de factura. En cuanto a las sanciones por no cumplimiento, podrían alcanzar los 50.000 euros por ejercicio.
Sabemos que la implantación de un ERP no es tarea inmediata. El panorama actual lleva a muchos proveedores de ERP a una estrategia de aceleración. ¿Comparten esa idea?
En efecto, ante el panorama actual las empresas no pueden esperar a última hora para efectuar los cambios. No obstante, es fundamental realizar correctamente el proceso de selección de ERP e implantación, y no actuar de forma precipitada llevados a lo mejor por una oferta de promoción agresiva.
Este proceso requiere dar pasos correctos de toma de datos, identificar necesidades y, antes de decidirse por un proveedor, tener un escenario claro tanto temporal como económico. De esta forma evitamos las tan incómodas sorpresas o desviaciones en el proyecto. En Grupo Solitium damos toda la importancia a esta fase inicial.
Se habla mucho del coste y tiempo que supone implantar un software empresarial en una empresa, pero no del coste de hacerlo mal. ¿Sale muy caro implantar mal un ERP?
Las repercusiones económicas de una implantación fallida son muy diversas. Entre ellas tenemos el importe de la compra de ERP y de los servicios realizados. Por otro lado, están los costes que nos puede ocasionar no tener un buen control de nuestro negocio, a nivel de precios, márgenes, stock, escandallos, compras, etc.
Además, hay otro coste no económico, pero que es más que importante, que es el “coste humano”, y de cómo afecta al usuario. Una mala implantación va a afectar directamente en el rendimiento y motivación del trabajador, en la seguridad en sí mismo, en su actitud con el resto del equipo o, en el peor de los casos, aunque frecuente, que se abandone la compañía y se pierda talento.
Solitium trabaja con un líder en su mercado, Sage, pero Solitium siempre ha destacado por sus servicios ¿Qué porcentaje del éxito de implantación de un ERP depende del proveedor?
El cien por cien. Por supuesto, existen diferencias de funcionalidad entre software ERP, pero, desde mi punto de vista, lo más importante es la elección del proveedor.
Nuestra compañía invierte mucho, muchísimo en formación, certificación técnica, gestión del cambio o metodología en la gestión de proyectos. En 40 años nuestros clientes también nos han enseñado mucho. Un buen ERP es el 50%, el resto depende del trabajo del proveedor, del papel que tenga durante el proceso para que la empresa nunca se sienta sola.
Supongamos que nos están leyendo empresas en dos situaciones: la que le ha ido mal con su ERP y la que no se ha decidido. Ante el desánimo de la primera, ¿qué consejo le daría?
Le diría que es fundamental contar con un partner con experiencia probada, que le cuente todos los escenarios posibles, que le diga la verdad, que sea realista, le dé garantías de que le va a acompañar, pero que también le diga lo que le puede pasar en un escenario u otro. Y, sobre todo, debe invertir tiempo en la búsqueda, debe comparar.
En el caso de la segunda, entenderá la reticencia y la desconfianza que pueda generar un cambio tan importante como puede ser decantarse por un nuevo ERP. ¿Por dónde empezar?
Con un buen plan que contemple todo el conocimiento de su negocio. Cuando cambiamos de ERP hay que implicar a todos los departamentos la empresa y analizar las carencias y necesidades de cada área; eso sí, sin convertirlo en la “carta a los Reyes Magos”. Se trata de elaborar un documento donde reflejar todos los requerimientos.
Es fundamental liderar dicho proceso, y apoyarnos en nuestro asesor o consultor si no contamos con un liderazgo interno; hacer un filtro de fabricantes o implantadores de ERP; ver qué experiencia tienen, estructura, servicio, clientes del sector…
Y, por supuesto, el cliente ha de exigir una propuesta clara de implantación, cerrada, documentada y con un planning adjunto.
Para cerrar esta entrevista, dígame tres palabras, tres razones por las que una empresa debería confiar en Solitium para implantar un nuevo ERP.
En primer lugar, experiencia. Llevamos “toda la vida” en este negocio, aportamos conocimiento y soluciones a nuestros clientes. En segundo lugar, garantía. Tenemos una tasa de renovación del 98% en nuestras suscripciones porque nuestro equipo acompaña siempre al cliente en la resolución de incidencias para alcanzar el éxito en las implantaciones. Y, por último, método, evolucionado año tras año, ejecutando los procesos de forma transparente, documentada, y enfocados siempre a eliminar sorpresas o desviaciones en la implantación.
