Más mujeres STEM, más igualdad
Mar Angulo, coordinadora académica de los dobles grados en ‘Matemática Computacional e Ingeniería del Software’ y de ‘Física Computacional e Ingeniería del Software’ en el Centro Universitario U-tad
21/02/2022Una joven que hoy decide estudiar una carrera STEM tiene una garantía de empleabilidad que alcanza el cien por cien, y esto, mucho más que un número que cuantifica la facilidad con la que encontrará un empleo, significa una garantía de que podrá elegir en qué sector y en qué lugar quiere desarrollar su carrera profesional, y de que podrá hacerlo además en igualdad con el resto de sus compañeros hombres, porque es precisamente en las profesiones tecnológicas donde sí hay mayor igualdad laboral y salarial.
Es, por tanto, en la captación de talento femenino donde las universidades hemos de concentrar esfuerzos si queremos reducir la brecha digital que, según datos recientes, hace que, en nuestro país, del total de universitarios haya cinco veces más hombres que mujeres con formación tecnológica. Las capacidades que se adquieren en una carrera científica son consideradas, por su transversalidad, tremendamente atractivas, incluso indispensables, en cualquier equipo multidisciplinar y en todos los sectores empresariales.
Mar Angulo, U-tad.
Vivimos además un momento clave; las empresas demandan con avidez expertos en software, inteligencia artificial, redes, ciberseguridad, matemáticas, física o programación gráfica; y lo hacen porque la transformación digital, acelerada por la pandemia, ofrece grandes oportunidades -cerca de cien millones de nuevos empleos- pero exige también nuevas habilidades.
Las profesiones STEM representan por tanto un gran activo; la propia Comisión Europea cifraba en 9 billones de euros el incremento del PIB europeo si logramos equiparar la participación de mujeres y hombres en el mercado de trabajo digital. Debe ser una aspiración como sociedad contar con más, y cada vez mejor formados, profesionales de la ciencia y la tecnología porque son un auténtico factor de competitividad para el país. Y en todo este proceso las mujeres no podemos quedar al margen, es más, tenemos que ser las protagonistas. Es fácil adivinar que un desequilibrio hoy en la entrada de alumnas STEM se traducirá mañana en un desequilibrio en los puestos directivos y de decisión.
Promover una actitud positiva y contagiar ilusión por las carreras científicas entre nuestras jóvenes, convencerlas de que aprender ciencias es aprender a pensar, a demostrar, a dudar, a crear, a vivir un aprendizaje intenso y apasionante, es ahora mismo una tarea de todos y muy especialmente, de los profesores, los medios de comunicación, y por supuesto, de la Universidad.
Enseñar ciencia mostrando su aplicación práctica a la resolución de problemas reales y actuales a través de planes de estudios muy especializados y de proyectos multidisciplinares que incorporan las demandas y la forma de trabajo real de una empresa, son instrumentos muy valiosos a la hora de desterrar algunos estereotipos y de invertir tendencias. En U-tad hemos encontrado en los Dobles Grados, combinando Matemática y Física Computacional con Ingeniería del Software una clave de éxito en la incorporación de alumnas que están encontrando en ellos su mejor opción.
Las carreras STEM ofrecen respuestas a cualquiera problema, incluso a cualquiera de los retos a los que nos enfrentamos como sociedad, y en esa capacidad de respuesta las mujeres, como los hombres, debemos estar, es el camino necesario para eliminar la brecha de género digital.