Tres consideraciones esenciales para el futuro del edge computing

Con la creciente cantidad de datos que los negocios y las empresas tienen en sus sistemas en la nube, junto con la adopción de la Inteligencia ArtificiaI y el 5G, muchas organizaciones se ven sometidas a una mayor presión para avanzar hacia el modelo edge. Sin embargo, hay tres requisitos previos a los que las organizaciones deben prestar especial atención para no tropezar en su viaje hacia el edge:

1. Normalización de las tecnologías abiertas. La infraestructura en el edge depende de que las tecnologías puedan interactuar de forma fiable, y la separación geográfica normalmente provoca cierta tendencia hacia una diversidad de equipamiento. En este contexto, el escenario ideal supone evitar el lock-in con un proveedor en particular. Para hacer viable una red en el edge diversa y dispar, las organizaciones deben adoptar tecnologías abiertas, garantizando que cada componente pueda interactuar con sus homólogos.
2. Empleo de la nube híbrida. En la práctica, una red en el edge será el resultado de una combinación de muchas cargas de trabajo diferentes que operan de forma concertada. Con cargas de trabajo especialmente intensivas en datos, como lo es la Inteligencia Artificial que exigen arquitecturas de microservicios, la computación en el edge debe ser capaz de conciliar estas tareas complejas con cargas de trabajo más tradicionales y rutinarias. Crear una base común sobre una nube híbrida permitirá a los equipos gestionar miles de dispositivos en red como lo harían con un servidor centralizado.
3. Atención a la escalabilidad. Una de las mayores fortalezas de la computación en el edge es su capacidad para escalar, donde la adopción de estándares abiertos y de infraestructuras de nube híbrida es fundamental para este objetivo. Y la planificación de la seguridad es precisamente un claro beneficio cuando se conciben infraestructuras escalables desde un principio: orga¬nizar adecuadamente el sistema de permisos con antelación siempre va a ser mucho más fácil que tener que reemplazar una estructura ad hoc que no resulte adecuada.

El valor añadido del edge está llamado a cambiar las reglas del juego para muchas organizaciones, permitiendo que las tecnologías y aplicaciones de próxima generación ofrezcan enormes beneficios para la sociedad y en términos de rendimiento. Si atendemos estos tres principios, el futuro de la computación en el edge será capaz de cumplir estas promesas, consiguiendo que las inversiones en el edge sean resilientes y escalables.