Disrupción tecnológica en la gestión de Recursos Humanos
Me hubiera encantado comenzar escribiendo sobre de la importancia de la 'gestión del talento en la era digital', pero me he dado cuenta que ya hay 824.000.000 páginas que hablan de talento, así que he pensado en comenzar de otra forma, presentando algunos datos: 140 billones USD es el gasto estimado en el mercado de formación a nivel mundial y 420 billones USD es el que corresponde al segmento de selección de personal.
Estas cifras podrían resultar sorprendentes si pensamos aún en la historia reciente de los recursos humanos, donde muchos empleados pensaban que la gran aportación de este departamento consistía en pagar la nómina. Resulta llamativo entonces darse cuenta que el mercado global de servicios de externalización de nómina es 8 veces más pequeño que el de formación, con una cifra de unos 17 billones USD.
Y es que realmente no podemos hablar de que el mundo de la tecnología de HR haya cambiado, sino que lleva varios años reinventándose de forma constante. Este proceso obedece a las demandas del mercado laboral donde 1 de cada 5 trabajadores cambian de empleo cada año, y no ya sólo los milenials, sino buena parte de los empleados más cualificados están dispuestos a sacrificar salario por oportunidades en las que aprender cosas nuevas, en compañías en las que se reflejen unos valores determinados o donde se puedan conciliar los proyectos personales con el crecimiento profesional.
En un entorno donde se está perdiendo el miedo al cambio y donde los modelos laborales están mutando, los procesos clásicos de recursos humanos dejan de ser efectivos. Incluso esa 'gestión del talento en la era digital' donde triunfaban la formación online, la fijación de objetivos en cascada, los jobsites o el 9-grid-box empiezan a tener cierto sabor a rancio. La nueva generación de soluciones que dan soporte al futuro del trabajo está proporcionando cobertura a nuevas necesidades: branding, sourcing social, búsqueda activa de candidatos, gestión de fuerzas de trabajo externas, gig-workers, formación por realidad virtual y aumentada, feedback continuo, análisis de emociones, analítica predictiva, organization network analysis, robotización de procesos… son solo algunos ejemplos.
Cinco años han bastado para cambiar de paradigma y pasar de una situación en la que la tecnología actuaba como cuello de botella en la evolución al panorama actual, en el que los proveedores de servicios cloud ponen al alcance de la mano una oferta tan amplia que las empresas no tienen capacidad para abordar ni un 30% de las opciones de innovación disponible. En este contexto, la propuesta de valor del mundo cloud ha llegado para quedarse, variando la actitud mediante la que se abordaba el cambio y la transformación. Quizás aquí es donde encuentra la auténtica disrupción. No se trata de cambiar de tecnología sino de perder el miedo a experimentar, a ser ágil, flexible y adaptarse rápido a las nuevas realidades, lo cual, para bien o para mal, ya no puede hacerse sin tecnología.