En una zona ampliada hace más de diez años en la que se sitúan la sauna y el jacuzzi

Los polideportivos se caracterizan por ofrecer una gran oferta de actividades, tanto deportivas como recreativas, jugando un importante papel en la promoción de un estilo de vida saludable entre los ciudadanos. Estos espacios suelen estar equipados con una variedad de instalaciones: canchas de baloncesto, de fútbol, gimnasios, pistas de tenis y de pádel…. No obstante, en ocasiones el proyecto inicial de este tipo de edificios no contempla una serie de servicios que, con el paso de los años, son reclamados por los usuarios, teniendo que realizar una ampliación de las instalaciones con el objetivo de mejorar sus prestaciones.

El área donde se ejecutó el trabajo en este complejo deportivo es una zona que se amplió hace más de diez años y en la que se sitúa la zona de sauna y jacuzzi.

Esto puede ocurrir en complejos deportivos que no vislumbraron en un principio la utilidad de contar, por ejemplo, con servicios de bienestar y salud, como es el caso de un área dedicada a la relajación, que incluya zona con jacuzzi, sauna, baños turcos y spa, entre otros. Un escenario que se encontró recientemente GeoNovatek, ya que la compañía tuvo que llevar a cabo una doble actuación en un polideportivo de Navia, Asturias: la consolidación del terreno y el recalce de la cimentación de una zona dentro de dicha instalación deportiva que fue ampliada años atrás. Se trata del lugar en el que se construyó un jacuzzi y una sauna para ampliar y mejorar su dotación.

Al poco tiempo de la construcción de esta zona anexa, en 2011, en el interior de esta nueva área apareció una grieta de separación vertical localizada en el encuentro del edificio original con el cuerpo de la ampliación, evidenciando un movimiento diferencial entre ellos. Esta grieta se caracterizaba por comportarse como una bisagra con su punto de giro ubicado en el extremo inferior, incrementado significativamente su espesor en el extremo superior del muro.

Cabe destacar que la estructura de esta ampliación está formada por pilares y vigas metálicas y muros de carga de bloques de hormigón. En cuanto a la cimentación se resolvió bajo los muros de carga mediante una losa de hormigón armado de 90 centímetros (cm) de espesor, sobre la que apoya una solera de 25 cm de canto.

No es raro que algunas instalaciones deportivas incorporen nuevas dependencias para ofrecer una mayor oferta de servicios.

Ante esta situación, y teniendo en cuentas las características del terreno, GeoNovatek resolvió esta patología mediante el empleo, en primer lugar, de la técnica Lift Pile, un método que permitió realizar el recalce de la cimentación por medio de la instalación de nueve micropilotes MP60 hincados a presión.

Para lograrlo, se lleva a cabo una perforación de 65 mm de diámetro que traspasa la cimentación en su totalidad. Tras esta tarea se forman los anclajes para el pistón de hinca y —mediante la perforación ejecutada al inicio— se hincan los elementos que componen el micropilote. Cada uno mide un metro de longitud conectados entre sí y ambos se hincan en profundidad dentro del terreno gracias a la presión ejercida por un pistón hidráulico. El pistón va acompañado de un manómetro que muestra la presión necesaria para que los micropilotes de acero se hundan en el terreno, al mismo tiempo que se comprueba la capacidad portante de cada uno de ellos.

Una vez que el micropilote encuentra una formación geotécnica que resiste la fuerza de hincado, se interrumpe esta acción, ya que el micropilote ha llegado a su tope. A continuación, se introduce el dispositivo de precarga regulable en la parte superior del micropilote para, acto seguido, accionar el dispositivo de precarga con un atornillador dinamométrico hasta el nivel de elevación que se desea. Por último, el micropilote se une a la cimentación vertiendo un mortero fluido de alta resistencia tipo Sika Grout, Emaco S55 o similar.

La técnica Lift Pile de GeoNovatek es un método que permite recalzar la cimentación.

Tras el recalce y elevación de la cimentación, el siguiente paso fue actuar en el espacio debajo del terreno que se quedó vacío, consolidándolo mediante el uso de la resina expansiva HDR300 de Geonovatek. En este caso se emplearon ocho inyecciones simples. El objetivo de este proceso, entre otras finalidades, era incrementar la capacidad portante del terreno bajo la cimentación, además de rellenar los huecos y microvacíos que pudiera haber.

Para ello se realizan varias perforaciones de entre 10 y 26 mm de diámetro que atraviesan la losa. Tras esta fase de los trabajos se insertan una o varias cánulas metálicas en cada una de dichas perforaciones y a través de las cuales se realizan las inyecciones de resina HDR300, inyecciones que se llevan a cabo justo debajo del plano de apoyo de la losa, que, gracias a una reacción química, se expande hasta llegar a un estado sólido. Antes de su solidificación, la resina rellena todas las oquedades y crea un estrato de elevada resistencia a la compresión entre la cimentación y el terreno.